Kogoro estaba junto con Plutón, en la habitación oscura del cuarto piso arrastrando hasta el fondo del sitio algo que estaba dentro de una bolsa.
–Carajo, no sé que demonios me hicieron esas niñas en la cara. No volveré a entrar nunca a su habitación.
–...
–Solo fui para preguntarle a mi padre dónde demonios estaban mis pastillas para mi celo, ¿Y en qué terminó? Ahora tengo una maldita limpieza facial.
–...
–Deja de burlarte, solo me pusieron sus cosas de chicas para cuidarse la piel–Dicho esto, el joven soltó la bolsa.
–...
–¡Ya, Plutón! Deja de molestar. Aquí está el tercero de estos dos años.
–...
–Sí, ya sé que me faltan dos, pero no puedo matar a nadie más por ahora, me cuesta mucho trabajo ocultar los cuerpos ahora que Lenore ya está grande. Era más fácil cuando era bebé, nadie me prestaba atención por cuidarla. Pero ahora está en su fase de curiosa, no quiero que descubra que su hermano es un maldito asesino de animales...y al parecer, ahora personas.
–...
–Ya cállate y trágate su alma o lo que sea. Escogí un pésimo día para asesinar a alguien y ocuparme de su cuerpo. Además no pensé que fuera tan difícil subir su cadáver sin que alguien me viera.
–...
–Claro que no me arrepiento, nadie le habla de esa forma tan vulgar a mi hermana, y no debió intentar tocarla...con esa asquerosa cara lascivia.
–...
–Se lo merecía. Y lo repetiré: No me arrepiento de nada.
–...
–Solo has lo que debas de hacer, y apúrate, en lo que pienso qué hacer con el cuerpo, antes de que empiece a apestar y lo descubran.
El gato maulló fuertemente, simulando una contestación. El joven sólo lo miró con indiferencia y salió de la habitación, cerrando con llave.
–Odio tener que servir a ese gato–Se quejó mientras bajaba las escaleras con algo de velocidad, recorría los grandes pasillos en dirección a su habitación pero se detuvo en la puerta del baño del segundo piso, al escuchar un llanto dentro.
–¿Eh? ¿Fumiya...? Fumiya, ¿te sientes bien?
–Ah, sí, estoy bien–Su voz se escucha entrecortada.
–Tu voz no dice lo mismo.
–Ah, no es nada, en serio, créeme.
–¿Segura? ¿Puedo entrar?
Fumiya abrió la puerta y miró a Kogoro con timidez, él sacó a la chica del baño y la abrazó.
–Kogoro...
–Tranquila, si necesitas llorar, hazlo.
–N-no, así estoy bien, en serio.
Kogoro abrió sus ojos como plato, miró a Fumiya.
–F-Fumiya, liberaste tus feromonas–Dicho esto se tapó la nariz.
–¿Eh?
El joven entró al baño, tomó unas pastillas, se las dio a la joven y abrió la ventana.
–Eres omega, Fumiya, estás en tu primer celo. Tómate esas pastillas, rápido. Yo debo...bañarme, tengo tu aroma.
Fumiya se sonrojó más de lo que ya estaba, trató de controlarse para no ir sobre Kogoro. Se tomó las pastillas rápido y vio como su acompañante entró al baño rápido.
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Nunca lo di por perdido. (Ranpoe)
FanfictionDespués de tener algunos amoríos fallidos, Ranpo cree encontrar a la persona indicada para él, persona la cual está a punto de perder por haber descuidado a su pareja y a su relación, por lo que deberá intentar salvar el amor entre él y su novio. Es...