Capítulo 10

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Kogoro estaba leyendo un libro en la biblioteca de su casa, estaba muy concentrado en el relato de su lectura, pero esa concentración se rompió al escuchar sollozos que provenían del piso de abajo, se le hizo algo raro, ya que en ese momento solamente estaba Ranpo en casa. El niño bajó las escaleras y entró a la habitación de su padre, de donde provenía el llanto.

–¿Padre? ¿Ocurre algo malo?–Dijo el joven mientras se adentraba en la habitación.

–No...Perdón, mi niño...Estoy un poquito alterado, eso es todo.

–¿Puedo saber la razón?

–Sí, de hecho debo de decírtelo–Dijo Edogawa mientras se secaba las lágrimas en su rostro, luego hizo una seña para que su hijo se sentara a su lado–Ven aquí, mi niño.

El pequeño obedeció, se sentó junto a su padre, esperando que este le contara del por qué de su llanto.

–Hijo...Huh...Yo voy a tener otro bebé. Vas a tener al hermanito que tanto querías, bueno, si es que resulta ser varón, como tú–Dijo Ranpo mientras forzaba una sonrisa para no preocupar a su hijo.

–Ya lo sabía, Plutón me lo dijo, pero eso no importa, lo importante es el por qué lloras...¿Tú estás bien con eso? ¿Realmente quieres tener otro hijo? No hace mucho que me habías dicho que no.

Ranpo se quedó callado durante unos segundos, no se esperaba esa pregunta.

–Claro que si quiero, no me molestaría tener otro hermoso bebé al cual pueda presumir.

–¿Y por qué llorabas?

–Bueno, eso es por que... no sé cómo decírselo a tu papi.

–Pues, solo dile, y ya.

–No es tan sencillo, mi niño...¿Sabes cómo reaccionó tu padre cuando de dije que estaba embarazado, cuando te tenía a ti?

–No. ¿Cómo fue?

–Cuando le dije que puso muy MUY contento.

–¿Entonces cuál es el problema?

–Que después le dio un ataque de pánico...porque pensaba que Fukuzawa lo mataría...Tardé casi una media hora en tranquilizarlo.

–Bueno, pero no le hizo daño esa vez, no será diferente con esta.

–Bueno...Luego de eso tu padre se deprimió, estaba muy asustado y no se sentía listo...Tuve que consolarlo durante semanas, y él a mi, fue algo duro, pero al final valió la pena.

–Entonces, ¿qué vas a hacer?

–Pues, obviamente tendré que decirle a tu papá, el problema es que no sé cómo.

–¿Cómo lo hiciste la primera vez?

–Je, literalmente le dije "Adivina cuántas semanas de embarazo tengo"

–Ah.

–¿Cómo que "Ah"? Fue lo mejor que se me ocurrió.

–Cualquiera lo pudo haber hecho mejor.

–Sí, pero yo no soy un cualquiera.

–Lo que digas. Volvamos al tema principal, ¿qué vas a hacer?

–Pues...la verdad no tengo idea. Ojalá fuera fácil hacerlo.

–Solo dile, y ya. Digo, no creo que se sorprenda, para algo los dejé solos ese día.

–Te dije que olvidaras ESO.

–Lo sé, perdón. Pero ya, en serio, mi padre Poe no tardará en llegar, ¿qué le dirás?

Nunca lo di por perdido. (Ranpoe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora