Débil
El museo histórico de Godwell era pequeño. Estaba rodeado de pinos y tenía un patio de recreo delante, con columpios y toboganes muy viejos.
Dargan se apresuró a pararse sobre el tobogán y me siguió con la mirada hasta que desaparecí por la entrada.
Pagué una entrada simbólica para poder recorrerlo y, como era temprano, estaba totalmente vacío. Merodeé sin guía, chusmeando las fotografías de los inicios de Godwell y de las personalidades que nacieron ahí, aunque pare mi eran desconocidos absolutos.
Mis pasos resonaron por los pasillos y galerías hasta que llegué al sector dedicado a la bruja, decorado con panfletos de festivales anteriores y guirnaldas conmemorativas. La vitrina que tenía los supuestos objetos que habrían sido de ella o pueblerinos de esa época estaba debajo.
Parecía un altar y se notaba que el festival era su mayor atracción. Le dedicaban tiempo y amor y no tenía que ver con el miedo a que la bruja volvería. Eso era algo antiguo; era un pensamiento mágico que se perdió con los años. Ahora, era motivo de fiestas, de alegrías y de la llegada de turistas.
Miré los objetos en silencio, pero me concentré en la piedra gastada que tenía la marca de la bruja. Saqué un papelito cuidadosamente doblado del bolsillo de mi pantalón corto, donde había dibujado el símbolo de mi talismán, y lo comparé, apoyándolo sobre el vidrio. No me atrevía a sacar mi pieza, por si me veían.
Asentí, estando segura de que se trataba del mismo dibujo. Ya estaba segura antes, pero la confirmación era la señal que necesitaba y me puse a mirar las antiguas notas de diarios enmarcadas en la pared. Había algunas de 1852, el día de la bruja, el 21 de marzo, que aseguraban haber visto a una chica desconocida merodeando en la oscuridad de la noche. A la mañana siguiente descubrieron el símbolo pintado en la plaza. Días después, una familia entera apareció muerta. No se supo que enfermedad silenciosa e invisible los mató.
Era demasiado curioso, así que comencé a tomar apuntes en las notas de mi teléfono. En ningún lado se mencionaban nombres que pudiese usar de referencias, pero otra nota de diario antigua, esta vez de principios del siglo anterior, hablaba de una desaparición en el pueblo para la fecha aniversario. Una joven viuda que se había mudado hacia un par de años y se esfumó sin dejar rastro de un día para el otro. Le adjudicaban su destino al malvado ente que todavía buscaba venganza.
Datos, sí, pero no datos que me sirvieran, al fin y al cabo, por lo que después de anotar todo lo que pude, salí del museo y me senté en los columpios a buscar artículos del tema en internet. Dargan voló hasta sentarse en la otra hamaca.
—Hm —susurré, para él. Para el tiempo que llevábamos juntos, ya estaba muy acostumbrada a hablarle como si fuese una persona—. Los artículos de estos blogs paranormales son muchísimo más entretenidos —le conté—. La bruja fue vista, según ellos, dando vueltas por la plaza en círculos, después del festival. Ja. Si es una Daevitaen, si es un ángel de la muerte, ¿por qué se entretendría tanto aterrando a un pueblo por tantos años?
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Sueños enterrados (Suspiros Robados 2)
ParanormalSegunda parte de Suspiros robados. • Serena ha vengado su muerte, pero ahora debe encontrar los cuerpos de las demás chicas asesinadas para darles justicia y detener otra serie de muertes que podrían implicar un nuevo círculo de sangre...