Charles no ha estado mejor en semanas. La vergüenza aún lo invade, y es incapaz de esconderlo, cuando Erik lo espera durante las tardes sentado. Guarda una sonrisa radiante que se incrementa cuando lo ve, sentado en su lugar habitual antes de agacharse cuando Charles llega. Erik levanta sus camisas, pega sus labios a la piel de Charles, y deja un camino de besos antes de morder con sumo cuidado. Un proceso que se convierte rápidamente en una rutina las siguientes semanas durante el cambio de estación, en dónde la piel de Charles deja de sufrir urticaria o dolor o hinchazón, porque ya tiene a alguien que come de él, que disfruta de sus flores.
Charles nunca fue tan feliz, nunca se sintió tan bien. Esconder humillado su cuerpo durante el último mes había sido molesto y vergonzoso, oculto debido a la falta de cuidado tan obvio que estaba atravesando. Gabrielle dejó de comer sus flores, de una manera repentina y cruel de la cual aún no sabía el por qué. Tiempo atrás, la mujer solo dejó de comer las flores que Charles cortaba para ella de su cuerpo. Gabrielle había dejado su interés en comer de él, y Charles pensó que cortándolas para ella, tal vez así las aceptaría, creyendo de forma ingenua que su desinterés se debía a falta de tiempo para hacer el proceso como se debe. Alta fue su decepción cuando, aún con sus esfuerzos, su esposa pasó de él y rechazó sus flores.
Gabrielle le estaba rechazando, y no había nada que Charles pudiese hacer más que recriminarse y culparse a si mismo, preguntándose día tras día ¿por qué? Como si importara, como si Charles mereciera tener una respuesta. Se forzaba a olvidar, a ignorar el doloroso hecho para seguir adelante, a no odiar a Gabrielle por lo que estaba haciendo para justificarla. Porque si un comeflores no quería comer lo que su floricultor le daba, ¿qué tan desagradable debería ser el floricultor para ocasionar esa reacción?
Eso es lo que había pensado, la excusa en la que había buscado refugio para ignorar el dolor que atravesaba su pecho con profunda vergüenza. La culpa era pesada y amarga, consumía su cuerpo por dentro, mientras que las flores lo hacían por fuera. El ánimo de siquiera podarse para mantener su propia salud había desaparecido, siendo la poda un doloroso recordatorio de que su comeflores no lo quería. Un error que casi le había costado la vida, de no ser por Erik.
Erik, que no era un humano, era un mutante. Que tenía poderes y además, era, técnicamente hablando un comeflores, uno que estaba encantado con él.
El simple pensamiento lo hacía sonrojar. Erik era tan sorprendente como su naturaleza. Dulce, fuerte, seguro. Se convirtió en un amigo y en la esperanza, en un ancla para seguir cada día. Erik lo ayudó, en uno de los errores de Charles, cuando no logró negarse a brindarle sus flores a Erik. Charles es consciente de lo incorrecto que había sido eso. Lo escandaloso, e indebido. Hay culpa creciendo en él ante lo que, sentimentalmente hablando, se siente como infidelidad. Es un sentimiento extraño, que Erik no comprende. Erik lo consuela diciendo que no están haciendo nada indebido, que fue Gabrielle quien le descuidó y que Charles solo está buscando otras medidas para sobrevivir, pero Erik no es humano, él no puede dimensionar los sentimientos de Charles tan contradictorios. Charles desea creer en sus palabras, pero aunque por momentos en verdad lo siente así, por otros era difícil procesarlo.
Su vida se ha resumido en secretos y vergüenzas, en risas dentro del invernadero y besos en su piel antes tan lastimada. Y a pesar de la culpa y el dolor, Charles se sorprende a si mismo al pensar en que no tiene arrepentimientos.
Él cree que puede soportar mentir por un tiempo, y sabe que debe guardar eternamente el secreto de Erik para su protección. Él puede hacerlo, se convence de ello, hasta que levanta sospechas y se ve acorralado.
ㅡTienes menos flores recientemente.
Charles se sorprende cuando la voz de Gabrielle lo interrumpe, estando a punto de dirigirse al invernadero como de costumbre. Gabrielle está preparando las maletas para su viaje, cuando sus ojos pasan por la figura de Charles, barriéndolo con la mirada de arriba abajo. Charles se estremece ante esa mirada.
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The Day Dream - CHERIK WEEK [2023]
Fanfiction"Tú me enseñaste este lenguaje, Charles. Si lo hablo, es por ti." Charles se siente tan ingenuo y estúpido, traicionado de corazón y de cuerpo, cuando sus sentimientos simplemente flotan sobre él, en el idioma que ambos bien saben y aman. Atrapado e...