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—Dios, mi cabeza — dijo Yixing

Sentía su sien punzar con fuerza, tenía la garganta reseca y su cuerpo dolía como si hubiera peleado contra treinta hombres.

Levantándose de la gran cama se dió cuenta de su desnudez y de las marcas rojas que se esparcían por su pecho —¿Qué demonios me pasó?

Su mente era como un lienzo en blanco, no recordaba mucho, solo el que estaba bebiendo y de repente, estaba en su habitación con el pelinegro.

Después de realizar su rutina matutina, notó la ausencia de JunMyeon. Vió que su ropa estaba en el suelo pero no había ningún otro rastro.

Llamando a una de las criadas, ordenó que limpiara el desastre y salió de la habitación con el ceño fruncido en busca de su esposo. Buscó por casi veinte minutos pero no lo encontró en ningún lado hasta que Jongin llegó a su lado.

—Alteza, el rey JunMyeon está en la biblioteca, intentamos abrir la puerta pero solo nos encontramos esto — dijo dándole una hoja doblada

No quiero que nadie me moleste, por favor
JunMyeon

El alto solo asintió a su guardia y regresó a la oficina, tenía papeleo pendiente por hacer. Era viernes y ese día llegaría el barco con las semillas de trigo que exportaban desde Fleqila.
Además de que tenía una reunión con los jefes de los pueblos y otro baile al que debían asistir.
la hora de la comida, mandó a llamar a su esposo pero obtuvo otra carta

Tomé comida suficiente, no me molesten
JunMyeon

Un suspiro pesado salió de sus labios, JunMyeon estaba haciendo toda una escena. Al final, terminó comiendo con First y Sooyoung, otros de sus concubinos, charlando sobre cosas triviales, descubriendo que ambos eran muy amables y agradecidos con él.

En el transcurso del día, Yixing no pudo concentrarse, se sentía ansioso, estresado, preocupado y estaba de malas. Para la noche, su humor estaba por los suelos y lo único que quería hacer era dormir.

—Alteza, los Park lo esperan en el baile — le recordó Yibo

—Diles que enfermé, no tengo ganas de asistir — el contrario asintió y se fué —¿Lograron hacer que saliera de la biblioteca? — preguntó a Gawin

—No alteza, la puerta está cerrada con llave y al parecer hay algo más pesado que está obstruyendo el paso

Yixing entró a la habitación y cuando cerró la puerta dejó salir un gruñido. El comportamiento de su pelinegro logró fastidiarlo todo el día y ahora solo quería tomar un baño y dormir, su cabeza seguía con dolor y de vez en cuando se le resecaba la garganta.

Después de su relajante ducha realizó su rutina nocturna, se puso el pijama azul y se metió a la cama. Tomó una de las almohadas de JunMyeon y se quedó inhalando el olor que ésta desprendía. Frutos rojos.
El sueño y el cansancio del día pronto lograron hacer que cayera en un sueño profundo. Sueño en el que recordó la primera vez que había conocido a JunMyeon.

♧♧♧

Aquel día soleado, Yixing paseaba de la mano con JooHyun, la hija menor del rey WooHyuk.
Debía admitir que la menor era toda una belleza. Piel pálida, cuerpo pequeño, estatura adecuada, manos delicadas, cara agraciada y un comportamiento refinado. Pero no lograba despertar algo en él.

Mientras ambos platicaban sobre sus intereses, para al menos conocerse, Yixing vió entre los rosales del jardín a un joven de aproximadamente diecinueve años que reía por los lengüetazos que un pastor alemán le daba.

En ese momento, su corazón se aceleró y todo pareció dejar de existir. Sólo estaba el sol, bañando la cara de aquel joven, las rosas, el viento y él.

Tratando de parecer lo más desinteresado posible, preguntó por él y supo su nombre. JunMyeon, Kim JunMyeon.

Después de ese momento, se volvió adicto a mirar,  en secreto, al pequeño príncipe. Se volvió adicto a la forma de sus mejillas cuando reía, a la forma de sus labios cuando hacía un puchero y sobre todo, a su atención y fascinación.

Yixing siempre había obtenido lo que quería y lo quería a él.

♧♧♧

Sólo pudo aguantar un día la ausencia de su esposo. Ya era medio día y aún no veía ni su sombra. Harto del sentimiento de asfixia que lo consumía, decidió ir a buscarlo.

—JunMyeon, abre la puerta si no quieres que la derribe — pero no hubo ninguna respuesta desde la habitación

Dándole una orden a sus guardias, rompieron la cerradura y forzaron las puertas, y en efecto, había algo bloqueando la entrada.

—Entren por la ventana

Unos minutos después, desde el interior lograron quitar el mueble que estaba en la puerta y Yixing entró desesperado a la habitación.

—Alteza, ya buscamos pero no hay rastro del rey JunMyeon

El mundo de Yixing se detuvo.

Mandó a todos sus guardias a registrar el castillo, habitación por habitación, pero no había nada.

Luego de lo que parecieron horas, Gawin llegó a su lado con algo en las manos —Solo encontremos esto a lado de la ropa del rey

Yixing tomó la sábana en sus manos y vió que había sangre en ella. —Busquen en cada rincón del castillo, debajo de cada maldita piedra, cada casa… ¡ENCUENTRENLO!

Beloved [LayHo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora