- Última llamada para los pasajeros del vuelo con destino a Madrid - la voz del altavoz hace que Nadia y yo nos soltemos del abrazo entre lágrimas.
La semana ha pasado tan rápido que apenas he tenido tiempo de disfrutar de ella por las clases y los turnos en la cafetería. Los chicos le han hecho compañía y la han invitado a ir a varios ensayos porque saben lo mucho que le gusta, y también porque no querían que estuviera sola mientras yo estaba en la uni, cosa que tendré que agradecerles luego. Por las tardes, ha venido a visitarme al trabajo y ha tomado café conmigo y con Bella en los descansos. He de decir que me siento muy aliviada de que ella y Bells se lleven tan bien. Desde el primer momento que las presenté fue como si hubieran sido amigas de toda la vida, y ahora yo nos llamo Rachel, Mónica y Phoebe de broma.
Pero ella tiene que volver a España, siento un vacío en el pecho a pesar de que la veré en un par de meses, aunque también me quedo con el corazón lleno como me pasa cada vez que estamos juntas. Entre Georg y ella no ha pasado nada importante, pero por lo que me ha dicho Bill, no se han separado ni un día y sé que a mi amiga le gusta mucho asique espero que puedan volver a verse pronto y lo que sea que hay entre ellos florezca. Ella me ha dicho que Georg prometió ir a visitarla en cuanto pueda y puedo ver la emoción en sus ojos. Espero que cumpla su promesa o tendré que romperle el bajo en la cabeza. Pero no es momento de violencia.
- Avísame al llegar - digo mientras me seco las lagrimas de la mejilla y ella hace lo mismo.
No dice nada, solo asiente y vuelve a abrazarme y yo me quedaría así eternamente. Nadia es mi lugar seguro, mi hilo rojo, mi media naranja, y mi persona, todo en uno y odio tener que separarnos pero lo hago porque no quiero que pierda el avión, aunque en el fondo no me importaría.
- ¡Te quiero Se! - grita mientras se aleja corriendo hacia la puerta de embarque y se gana unas cuantas miradas de la gente allí esperando.
- ¡Te quiero! - respondo y la veo desaparecer por el pasillo que conduce al avión.
De repente, tengo la sensación de que el aeropuerto se hace más grande y cada vez hay más gente que me acorrala y me asfixia. Me cuesta respirar, no llevo bien las despedidas y esto lo demuestra, asique como puedo me abro paso entre la gente y salgo por fin a la calle. Me doblo un poco sobre las rodillas intentando recuperar el aliento y otra lágrima rueda por mi mejilla.
Ahora mismo solo me apetece meterme en la cama y llorar hasta que se me pase, pero en vez de eso mis pies instintivamente comienzan a caminar hacia la playa y yo no los freno.
Sé que el mar me hará bien, siempre lo hace.
Ya son las seis de la tarde y el sol se empieza a esconder cuando mis pies por fin tocan la arena. No hay mucha gente y tampoco mucho oleaje asique aprovecho y me siento a la orilla para que el agua me roce la piel. Observo el atardecer y mi mente se deja llevar por mis pensamientos, por todo lo que he vivido en estos dos meses, la universidad, las clases, el trabajo, los amigos que he hecho y otros que no lo son tanto. Y mi cabeza vuelve a Tom.
No le he visto desde aquella noche en su casa porque cada vez que tenía un rato para los chicos, él no estaba. Me pregunto si me está evitando o ha sido coincidencia. Probablemente sea lo segundo, ya sabemos todos que es un chico ocupado con sus miles de pretendientes y apenas le queda tiempo para el resto.
Mi vocecita interior suena molesta asique me pongo los cascos, sin dejar de observar el océano, e intento acallarla.
Cuando oscurece del todo pido un taxi y regreso a casa porque mañana tengo clase a primera hora y no me gustaría que el Sr Smith - mi profesor de fundamentos - me cogiera manía por llegar tarde de nuevo. Pago y cruzo la puerta para subir las dichosas escaleras que siguen sacándome el corazón por la boca cada vez que las uso.
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Todas mis vidas | tom kaulitz.
FanficSer adolescente nunca fue fácil, y no es una excepción para Serena, de 18 años, cuya vida se pone patas arriba cuando es aceptada para estudiar en la universidad de sus sueños. ¿El problema? Tendrá que dejar atrás su país, su familia, todo cuanto co...