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Bélgica - Inglaterra, Fase de grupos, grupo G.

Y ahí estaba él, Kevin de Bruyne. Y también ahí estaba ella, Mara Sánchez.

No es que porque esté ella ahí se pondría nervioso y no jugaría bien. De hecho, él no estaba jugando, estaba en la banca.

Por lo que podía verla mejor, prestarle más atención, observar cada detalle de ella, como si fuera a dibujarla.

Sonrió inconscientemente mientras la observaba. Realmente la sonrisa que tenía ella era hermosa, según los pensamientos de él.

¿Te hizo un amarre o por qué la miras tanto? Detente un poco, mira a nuestros compañeros un rato, ya pareces obsesionado se burló Eden.

Tampoco para tanto negó el pelirrojo.

Sí, claro asintió sarcástico.

Podía tener algo de razón en el amarre. Es decir, ¿quien se enamora de una fotógrafa a primera vista? Solamente Kevin de Bruyne.

Era tan patético que estando tan enamorado de ella tuviera tanta vergüenza que no podía ni siquiera hablarle. Era como un amor de secundaria.

¿Y por qué no le hablas? Digo, si te gusta tanto deberías hablarle.

¡Wow! ¿En serio? Qué genio eres, eh. No se me había ocurrido antes lo halagó sarcásticamente.

Bueno rodó los ojos, pero algo tienes que hacer.

Ya lo sé, pronto pensaré en eso.

Siguió concentrándose en el partido, o bueno, eso era lo que ella hacía. Kevin solamente la miraba.

La rubia estaba tan enfocada en el partido. El fútbol era de las cosas que amaba, estaba en su lista.

1. La fotografía
2. El fútbol
3. Su hermano mayor.

No amaba muchas cosas, pero si odiaba muchas cosas. Y el amor estaba entre ellas.

( . . . )

Hey, ¿Mara, verdad? se acercó el arquero a ella.

¿Courtois? preguntó la joven con sorpresa.

El partido había terminado 1 - 0, había ganado Bélgica, y ya estaba clasificado a Octavos de final.

Ese mismo, bonita sonrió de forma coqueta.

Jamás hubiera creído que el arquero del Real Madrid y de la selección belga estuviera hablando con ella. Sinceramente, creía que tal vez el colorado se acercaría, pero no fue así.

En su lugar, tenía a un arquero completamente diferente al mediocampista. Era lindo, sí, pero no era lo que ella esperaba.

¿A qué se debe el acercamiento? Calculo que no querés que te saque la foto del DNI, así que pregunto bromeó, causando la risa del belga.

Bueno, oí que tienes un gran talento con la fotografía y quería saber si podría contratarte para una sesión de fotos. Es el cumpleaños del gato de mi hermana, ella lo ama demasiado.

Quizás si no estuviera realmente enamorada de Kevin, se habría enamorado perdidamente de él con tan solo escuchar su petición. Fotografía, gatos, cumpleaños. Todo lo que a ella le gustaba lo había nombrado.

¡Obvio! Decime el día, la hora y voy corriendoaceptó sonriendo.

El arquero la miró con una sonrisa victoriosa. Tal vez algo más tramaba detrás de las fotografías de aquel supuesto cumpleaños.

El cumpleaños es el nueve, pero todavía no tenemos arreglada la hora. Podrías pasarme tu número de teléfono para decirte una vez que sepa, y tal vez pedirte una cita propuso el pelinegro.

La rubia sonrió con sorpresa. No se esperaban aquellas palabras del arquero.

Vos sí que no perdés el tiempo, ¿eh? rió. Te voy a pasar mi número para que me digas bien el horario del cumpleaños, pero me temo decirte que para una cita no negó con la cabeza.

El belga soltó un suspiro, pero no se iba a rendir tan fácilmente.

Puedes decir que no ahora, pero no pararé de preguntar se encogió de hombros con una sonrisa.

La argentina soltó una breve risa y volteó a verlo nuevamente. Era lindo, pero no era el colorado.

Nos vemos en Octavos, Courtois se despidió.

Eres la cábala, claramente nos vemos en Octavos bromeó el belga, haciendo reír a la joven nuevamente.

Su risa le generaba ganas de hacerla reír siempre, era realmente linda.

Se quedó mirando como el portero se iba al vestuario. Decidió sacarle una foto de espalda. Estaba ideal para una fotografía.

( . . . )

Oye, Kev llamó el portero al colorado, que alzó la cabeza haciendo saber que lo escuchaba, a tí no te gustaba la fotógrafa, ¿no?

No, solo somos amigos, ¿por qué? volteó a verlo. El portero estaba sonriendo.

Bien, porque acabo de invitarla a salir.

Jamás unas simples palabras lo habían hecho tan mierda como lo hicieron esas.

Ah.. ¿y te dijo que si? quitó la mirada de él. Ahora miraba el piso.

¿Tengo cara de que me dijo que no? mintió.

No, claramente no negó con la cabeza y forzó una sonrisa.

No sabía cuál de las dos respuestas del portero lo había hecho más mierda, si la primera o la segunda.

Tengo que irme.

Salió corriendo de ahí hacía la cancha dónde pensaba que no había nadie.

Error.

No tardó ni dos minutos en hacer contacto visual con la joven, que ni bien lo vió sonrió.

Podía salir corriendo afuera del estadio. Correr hasta quedarse sin aire. Correr de ella. Huir. Pero... ¿para qué? No podía hacer eso cada vez que se encontraba con la chica que le gustaba. Tenía que enfrentarse a ella.

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𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑 | kevin de bruyneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora