MONSTERS (ADAPTACIÓN- TRADUCCIÓN)

PARTE 10

Después de la escuela, Katya y Nadya se pusieron sus uniformes en el vestuario y se miraron en secreto mientras las chicas de su equipo hablaban sin parar sobre patear traseros.

—Una de ellas mide seis pies de altura.

—Todavía vamos a patear traseros, sin embargo.

No hace falta decir que sus compañeras de equipo estaban emocionadas.

Después de que todas se fueran, las dos chicas se quedaron atrás para conspirar.

—¿Lo sabes? — Katya pregunta misteriosamente.

—¿Tú lo sabes?

—Oh, claro que lo sé.

—¿Entonces también te dijeron que mañana no será martes de tacos? — Nadya recibe un golpe en el brazo que la hace reír.

—Estoy bromeando, Kat. Entonces, Lena y Yulia.

—Yulia y Lena —. Katya chasquea la lengua.

—Están tan enamoradas.

—Literalmente.

Katya y Nadya suspiran soñadoras. Cuando sus ojos se encuentran saben lo que tienen que hacer.

—Yulia dijo que es solo lujuria. ¿Está ciega?

—¡Lena dijo lo mismo! Y, oh, por favor, pude sentir los ojos de Yulia tocando un arpa enamorada desde el otro lado de la cafetería. Confía en mí, está muy metida.

Lena está sentada sola en las gradas del gimnasio, esperando pacientemente a que su lo que sea de ojos color cielo haga acto de presencia.

Cuando Yulia entra al gimnasio, la sigue de cerca alguien que Lena ha visto muchas veces en los pasillos, pero nunca alguien a quien haya visto interactuando con Yulia.

Irina es la ruina de la existencia de Lena.

Donde Lena estaba en la clase de último año en el número cuatro, Irina se sentó cómodamente en el número tres, brillando con sus dientes perfectos y moviendo su cabello perfecto. Donde Lena era capitana del equipo de debate, Irina era capitana del equipo de fútbol. Lena no podía patear una pelota para salvar su vida, ni correr si es honesta.

Lena, honestamente con todos los dioses, se ha esforzado mucho por odiar a la niña, pero Irina es literalmente un ángel enviado desde los cielos para, probablemente, algún día salvar al mundo de la destrucción masiva. Ella es muy dulce.

Hace que Lena se enferme.

Entrecierra los ojos hacia la chica mientras comparte una risa genuina con Yulia, quien se despide tontamente y se acerca a Lena, la chica en la que sus ojos siempre se posan cuando están en la misma habitación, y en este momento no era diferente.

Lena solo tiene ese efecto en ella.

(Ella siempre lo ha tenido.)

—Ey.— Yulia dice con una sonrisa.

Lena, sin embargo, no tiene nada de eso.

—¿De qué estabas hablando con Irina?

Yulia la mira de forma extraña, por razones obvias.

—Estaba hablando de su verano en España. Le pregunté sobre eso porque siempre quise ir allí, ¿estás bien?

El ojo de Lena había comenzado a contraerse sin ningún permiso real de su cerebro, y ahora se da cuenta de que sus puños se habían estado apretando lentamente.

Por supuesto que Irina consiguió unas vacaciones españolas.

Todo lo que hizo Lena fue quemarse con el sol junto a la piscina de Nadya mientras los veintitrés parientes de la niña competían por quién podía comer más pollo sin vomitar.