Al final, acordaron encontrarse en casa de Carlos para hablar sobre lo ocurrido, Maia había metido la excusa de que no estaba vestida adecuadamente para presentarse en su casa y debía cambiarse, la realidad era que estaba retrasando el momento lo máximo posible.
—¿Y si se me declara? ¿Y si le digo que no por accidente y luego no puedo decirle que sí? – Algunos traumas de relaciones pasadas resurgían cuando Maia se encontraba en este tipo de situaciones. – Ya, Maia, debes enfrentarlo y dejar de sobrepensar, quizás y nada de eso pase.
Al darse cuenta que no podía retrasarlo más decidió salir de su departamento, tocó la puerta y fue Mercedes la encargada de abrirle. — ¡Hola! ¿Cómo estas Mercedes?
—Ale, mi niña, todo bien por aquí pero pasa, supongo vienes a ver a Carlos, está en su habitación.
—Si, tengo que hablar con él. – Una puerta se abre y una bola de pelos corre directo hacia la castaña – ¡Urkito! Tenía tiempo sin verte.
—Quiere más al perro que a mí. – Habla Carlos desde la entrada de su habitación, este recibe un asentimiento de Alessia confirmando lo dicho, solo para molestarlo. – Vení, que tenemos cosas que hablar.
—¿Ha ocurrido algo? – Pregunta Mercedes con curiosidad.
—Aparte de que su hijo me quiere meter a un psiquiátrico, nadita. – Mercedes ríe y Maia pasa a la habitación del chico, quien cierra la puerta para mayor privacidad. – ¿Tú no prendes hoy o qué?
—Prendí temprano, supongo que estarías en ensayo. – Quedaron en un silencio algo incómodo por unos segundos, hasta que Maia decide terminar con ello.
—Lo siento.
—¿Por qué me besaste? – Pregunta con la mirada fija en ella.
—¿Por qué lo seguiste? – Evitar la pregunta con otra pregunta era su mecanismo de defensa para no ser la primera en hablar, no quería ser ella la que diera el paso de hablar de lo que siente sin saber lo que pasaba por la mente de Carlos.
—No... No lo tengo muy claro, ¿Sabes? Creo que fue un impulso, la situación se había dado para eso y mi cabeza se dejó llevar, nada más. – Carlos notaba algo en Alessia, había miedo en sus ojos.
—Kar, no quiero que esto afecte nuestra amistad, yo...
—Lessy, tranquila, solo fue un momento en el que ninguno pensó, por favor respira. – Carlos abraza a su mejor amiga quien no tarda en corresponder, empezaba a asustarse. – Esto no tiene por qué afectar absolutamente nada, todo está bien ¿Okey?
Maia asiente sin decir nada más, quizás había malinterpretado las cosas y todo si había sido algo dado por un impulso. Carlos, por otro lado, quiso esperar antes de decir lo que sentía, el miedo en los ojos de Alessia le indicaban que ella no estaba lista o no estaba segura de lo que estaba pasando, pero tampoco se quedaría de brazos cruzados.
Los próximos días Carlos se dedicó en demostrarle a la chica de forma indirecta que no tenía nada que temer, que arriesgarse no significaba arruinar una amistad más bien, era evolucionar a algo mejor; Alessia notaba que la actitud de su mejor amigo había cambiado luego de aquella charla, poco a poco se daba cuenta que quizás no había sido un impulso, notaba que si había algo más por parte de su amigo.
Pero debía dejar eso a un lado, el proyecto estaba empezando a consumir más tiempo del que la chica hubiera pensado por lo que era su foco principal junto con los streams, que ahora, los realizaba con día de por medio para no sobrecargarse, lo que le había servido mucho para avanzar.
Por otro lado, la academia se encontraba en un viaje para una de las competencias nacionales de la que era participe, era un mes bastante movido y Dereck no paraba de pedirle a Alessia que intentará regresar al equipo titular, pero la chica mantenía firmemente su decisión por lo que se quedó en casa apoyando desde la distancia.
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Una Nueva Vida | Streamers
FanfictionMaia Fernández Una chica de 17 años con una pasión por el baile que decide darse la oportunidad de irse por un tiempo a España desde Venezuela durante las flexibilización de la pandemia, sin imaginar que no solo se encontraría con un nuevo aire, si...