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Nadie decía nada y él miraba a Andréi fijamente, Víktor y yo nos miramos compartiendo nuestra confusión mientras Andréi lo miraba como si supiera el por qué viene así.

—¿Todo bien padre? —Víktor se atrevió a preguntar y el levantó su mano para que se callara.

—¡¿LE ENTREGASTE EL MALETÍN AL ITALIANO?!—Su voz cargada de molestia hizo eco en la habitación.

—Intento secuestrarla por ese Maletín—Soltó Andréi con un tono bastante similar y está vez Víktor también quedo algo confundido

El ruso frunció las cejas mientras pasaba su mirada a mí escaneándome por completo.

—Le daba el maletín o se armaba un tiroteo en dónde ella estaría en el medio, no es un grito lo que debería estar recibiendo—Andréi volvió a hablar mientras el ruso se mantenía en su puesto sin quitar su mirada de mí

Víktor y yo nos manteníamos en nuestro sitio sin entender del todo lo que estaba sucediendo, Andréi avanzó a lado del ruso queriendo salir de la habitación, pero al estar cerca de él este puso su mano en el hombro para hablar.

—Следи за своими словами, дорогой сын—Andréi soltó una risa irónica antes de terminar de salir.

La vista del ruso pasó a Víktor—Hablare contigo después.

El asintió también avanzando para marcharse y no fue hasta que cerró la puerta que su rostro se suavizó un poco.

Avanzó hasta mí y tomo mi muñeca sobándola encima de la venda.

—¿Te duele? —Negué y él se mantuvo un momento con su mirada sobre mi mano parecía estar pensando en cómo decirme lo que sea que quiera decirme.

—¿Todo bien? —Pregunte en un intento de que hablara.

—Te puse en riesgo—Soltó suavemente aún sin mirarme a los ojos.

Se que habla de lo que sucedió con el italiano.

—Estoy bien, solo fue algo estúpido—En ese momento me miró frunciendo las cejas.

—Pudo haberte matado—Tensó la mandíbula ante la sola idea.

—Pero no lo hizo e hiciste que Andréi llegará, no deberías enojarte con él—Acomodo un mechón suelto detrás de mí oreja.

—Estabas muy bien escondida—Su mirada no dejaba la mía aún después de pronunciar aquellas palabras.

Fruncí mis cejas sin entender de que hablaba.

—¿Dónde fuiste está mañana? —Pregunté casi en un susurro cambiando de tema

—Tuve que atender un asunto—Su respuesta fue limitante

—¿Que había en ese maletín? —Su rostro se confundió un poco ante mi pregunta.

No parece ser el mejor momento, pero necesitaba saberlo.

—No—Lo mire desconcertada—No puedes entrometerme en esto o morirás y no dejaré que eso suceda.

¿Le importo?

—Está bien no me meteré, a fin de cuentas, solo soy tu secretaria y solo eso seré—Sonrió de forma irónica.

Se acercó un poco más hasta mí y tomo mi barbilla para que le sostenga la mirada.

—No me gusta que intenten manipularme ангел—Intente apartar la mirada, pero volvió a sujetarme la barbilla—Mantente alejada de esto, solo lo diré una vez

Sus cambios de humor son peor que los míos y eso es mucho.

—Entendido—Contesté cortante.

Soltó mi barbilla despacio y se mantuvo sentado delante de mí sin decir nada y con su vista en la mía.

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