Day 1: Bakin.

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Kishibe Rohan era una persona demasiado ocupada.

Ser mangaka era un trabajo demandante, especialmente para él, quien buscaba la perfección en cada uno de sus trabajos y para lograrla buscaba vivir la mayor cantidad de experiencias posibles para así tener una experiencia real de la cual poder dibujar con el mayor realismo posible.

A sus 21 años no tenía otro propósito más que el de hacer crecer su obra y mantener la calidad de esta. Toda su vida giraba en torno a su obra y a las experiencias que pudiera conseguir para ella. No tenía el más mínimo interés en otra cosa y le irritaba aquello que le distraía de su trabajo, por eso no pudo sentir más que irritación cuando Higashikata Josuke se apareció en su puerta en una tarde lluviosa.

— ¿Qué estás haciendo aquí? — Interrogó con marcado fastidio. Sus ojos analizaron de arriba a abajo al joven.

La apariencia de Josuke era deplorable, su ropa estaba completamente mojada, no llevaba su gakuran y su peinado estaba desarreglado y algo caído.

— Rohan, te lo explicaré, pero por el momento necesito que me dejes entrar a tu casa —.

— ¿Ah? — Una de sus cejas se arqueó en completa confusión. ¿Por qué le dejaría entrar a su casa?

— Vamos, rápido — Dijo el chico con urgencia, pero a regañadientes. Sostenía su gakuran enredado contra su cuerpo.

—  ¿Por qué te dejaría entrar a mi casa? — Cuestionó cruzándose de brazos y recargándose contra el marco de la puerta.

Ante tal respuesta, el chico frunció el ceño y decidió no esperar más, irrumpiendo en la casa haciendo al dueño a un lado.

— ¡Oye! ¡¿Qué demonios crees que estás haciendo?! — Exclamó en un reclamo, viendo cómo el chico se movía de un lado a otro buscando algo.

— Allí está — Susurró Josuke para sí mismo.

— ¡Oye! ¡¿Qué es lo que pretendes?! — Rohan continuó con sus reclamos cerrando la puerta tras de sí y siguiéndole, pues la lluvia era abundante y el viento corría con fuerza.

— Te dije que te explicaría, solo espera un momento... — Dijo el chico acercándose a la chimenea encendida.

— ¡¿Ah?! - La indignación del mangaka crecía más al verle ignorarle y solo agacharse frente al fuego colocando su ropa en el suelo. — ¡No pienso tolerarlo más! ¡Sal ahora mismo de...! —.

Los fuertes y profundos gritos llenos de indignación del mangaka fueron apagados al ver lo que había en la ropa del joven. Envuelto en el gakuran mojado, había un pequeño cachorro de pelaje brillante, era pequeño y temblaba al encontrarse mojado.

— Higashikata Josuke... ¿Qué es esto? —.

Josuke acomodó al cachorro sobre su ropa lo más cerca posible del fuego para que se calentara, dándole la espalda al propietario de la casa.

— Lo encontré en un callejón, estaba con su madre, parece ser un recién nacido... Necesitaba un lugar para protegerle de la lluvia y calentarle, mi casa está lejos, así que... —.

Rohan miraba al pequeño animal sobre la ropa, aun temblando del frio, luego dirigió sus analíticos ojos a la amplia espalda del chico.

— Solo necesita calentarse un poco, llamaré a un taxi para que me lleve a casa y--- —.

— No te muevas —.

Después de dar esa contundente orden, Kishibe Rohan se retiró del lugar. Higashikata Josuke no dijo nada, ni se molestó en seguirle con la mirada, bastó con escuchar el rechinido de las escaleras para saber que se dirigía al segundo piso. Se consideraba afortunado de no ser echado, así que no le dio importancia a la indiferencia del mangaka y se dedicó a vigilar al cachorro.

JosuHan Week 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora