Cuando el mundo comenzó a acelerarse, Kishibe Rohan se encontraba en su casa trabajando en el nuevo capítulo de su manga.
Su escritorio estaba colocado frente a la ventana del estudio por lo que pudo ver a la perfección los cambios en el cielo. Después de que el primer ciclo de día se cumpliera, su cuerpo reaccionó y comenzó a dibujar sin parar, ignorando por completo el mundo exterior al otro lado de la ventana.
No entendía qué estaba pasando. Resultaba obvio que se trataba de un usuario de stand, pero desconocía a alguien capaz de hacer una manipulación temporal como esa, por lo que decidió no enfocarse en ello y en su lugar concentrarse en lo que sí sabía. Sin importar qué estuviera pasando, debía continuar con su trabajo. Si el tiempo se aceleraba y los días acababan más rápido, significaba que las actualizaciones de su manga también se adelantarían y por ello debía trabajar.
En sus 17 años de carrera como mangaka, nunca había llegado tarde a una entrega y no lo haría incluso si algo extraño le estaba pasando al mundo. Su trabajo era lo más importante en su vida, su obra era lo que más amaba en el mundo, no podía fallarle ni insultarle al dejarla incompleta aun estando en un aparente fin del mundo. Dejar su obra incompleta sería una traición a sí mismo, así que continuó.
Después de tantos años como profesional, sus habilidades para el dibujo se incrementaron y perfeccionaron, siendo capaz de dibujar a una velocidad mucho mayor a la que lo hacía en sus primeros años. Ahora le bastaban tan solo tres minutos para lograr completar casi 10 páginas y dadas las circunstancias, hizo uso de todas las habilidades adquiridas al paso de los años.
Sus manos se movían a una velocidad sobrehumana al mismo tiempo que su cabeza se concentraba en la historia y en la trama para así seguir moviendo sus manos, ya que la historia siempre nacía primero en su mente. Se enfocó por completo en ello, ignorando los gritos de pánico que provenían desde la calle.
No podía distraerse.
No podía desconcentrarse.
Debía enfocarse en su obra. Había dedicado su vida entera a ella y por ende le correspondía dedicarle también su muerte.
Lo cierto era que no necesitaba ver al exterior para darse cuenta de cómo avanzaba la situación, pues la luz del sol y la luna le indicaban qué tan rápido estaba pasando el tiempo. El día cada vez duraba menos, el tiempo se aceleraba más y más y los gritos de las personas iban en aumento. Podía escuchar el pánico y el miedo en las voces de todas esas personas, pero no podía dejarse llevar.
Aún había mucho que quería hacer.
Aún había mucho que quería dibujar.
Todavía tenía muchas personas con las que quería hablar.
Y a pesar de eso solo hubo una que apareció en su mente. Le vislumbró con su uniforme de policía, sonriendo de la manera infantil y descuidada de siempre. Por un momento se preguntó qué era lo que ese sujeto estaría haciendo en esos momentos, pero rápidamente se respondió a sí mismo.
Josuke debía estar ayudando a todas esas personas asustadas, guiándolas al lugar más seguro posible si es que algún lugar en el mundo lo era. Lo haría porque era su deber como oficial de policía, pero también porque su propia convicción y determinación se lo ordenaban.
Desde que se conocieron, Higashikata Josuke siempre tendía a ponerse en primera línea contra el peligró en pro de ayudar a otros y ese aspecto no había cambiado ni un poco en los últimos 12 años, aunque por la aceleración del tiempo seguramente ya se habrían cumplido 13 años desde que le conoció cuando era un imprudente estudiante de secundaria.
Josuke no había cambiado mucho en realidad. Seguía siendo el mismo. Lo que en realidad cambió fue su percepción sobre él, pero eso no importaba mucho ahora.
Ni Josuke, ni él mismo importaban en este momento, lo único que importaba ahora era terminar su obra.
Debía terminarla porque había dedicado su vida entera a ella.
Debía terminarla porque era lo que más amaba en el mundo.
Sin embargo sus manos se detuvieron cuando sus ojos vieron que el último dibujo que hizo no se trataba del protagonista de su manga. Frente a él tenía el rostro sonriente de Higashikata Josuke.
Higashikata Josuke fue lo que apareció cuando recitó en su cabeza que debía dedicarse a lo que más amaba.
La pluma se deslizó de su mano hasta el suelo, haciéndole entender qué era lo que verdaderamente le importaba estando en el fin del mundo. Sus ojos se dirigieron de nuevo a la ventana, tapándose con el cielo completamente oscurecido. Supo que el final estaba ocurriendo de verdad y por primera vez en su vida sintió que su lugar no era dibujando su manga. Sus piernas se movieron de inmediato levantándose de la silla y corriendo hacia las escaleras.
La casa era grande, pero Kishibe Rohan nunca se percató de cuánto lo era hasta ese momento. Sus piernas se movían, pero sentía que no estaba avanzando, pues su mente trabajaba a una mayor velocidad pensando en aquel sujeto.
Aún había mucho que quería hacer con él.
Aún había mucho que quería decirle.
No podía terminar así.
Sus ojos visualizaron la puerta y su mano se estiró para abrirla de inmediato, planeando seguir con su carrera, pero cuando la abrió se topó con un cuerpo obstruyendo su paso.
Allí, afuera de su casa se encontraba Higashikata Josuke portando su uniforme de oficial de policía. Su cabello estaba ligeramente despeinado y su respiración era agitada además de expresar angustia y urgencia en su mirada.
Era la misma mirada de Kishibe Rohan.
Ambos se miraron con gran sorpresa y un notable alivio, pero un deje de tristeza les cubrió al entender que esa podría ser la última vez que se verían.
Sus ojos se encontraron y Josuke fue el primero en sonreír con tristeza, ofreciéndole su mano a Rohan, quien también sonrió con tristeza, pero con alegría al saber que podría pasar sus últimos momentos con él. Rohan dio un paso al frente y estrechó la mano que le ofrecían.
Dejaron que el tiempo y el fin del mundo pasaran mientras se miraban a los ojos y esperaban poder encontrarse en otra vida.
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Ahhh~ con una semana de retraso, pero finalmente pude terminar la week de este año nwn
¡Me moría de ganas por participar! Y aunque fue tarde estoy feliz de haberlo hecho, espero que el próximo año sí pueda mantenerme al día nwn
Para este último día, Free Day!, quise escribir sobre el reseteo, pues al igual que muchos siempre me he preguntado cómo fue la experiencia en Morioh, ya que para ellos no había explicación alguna de lo que pasaba y debieron sentirlo como el fin el mundo. Lo único que sabemos es que Rohan seguía dibujando.
Espero que hayan disfrutado mis OS y que se la pasaran bien, muchas gracias por leer.
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JosuHan Week 2023
RandomÁlbum de OS con las tématicas de la JosuHan Week 2023. 1. Bakin. 1.2. Vacations. 2. Celebrations. 3. High School. 4. Age Gap. 5. Confessions. 5.2. Family. 6. Red String of Fate. 7. Free Day!