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Después de tanto tiempo, YoonGi por fin sentía que estaba logrando algo. Es decir, desde que conoció a TaeHyung, se sintió atraído por él, y, ¿Cómo no? Si es que el castaño era una persona preciosa, además era dulce y atento, incluso divertido en una forma algo extraña pero sin duda encantadora. Pero más allá de la atracción, YoonGi valoró por completo su amistad, incluso se olvidó de su gusto por él y vivió cada momento a su lado con completa felicidad.

Hasta hace un año, que se dió cuenta de lo muy enamorado que estaba de él castaño y, bueno, simplemente ya era muy tarde para detenerlo.

¿Lo bueno? Que quizás no era muy evidente. Ya hacían muchas cosas juntos y compartían una intimidad especial, no eran uno sin el otro y eso definitivamente era una ventaja. ¿Quería abrazarlo? Está bien. ¿Mimarlo? A TaeHyung le encantaba. ¿Invitarlo a comer? Si, cada Viernes a las seis.

¡No era nada sospechoso! Eso hacían los amigos como ellos.

Ah, pero si era muy evidente para otras personas, como Tzuyu, quien fue la primera que se atrevió a decir algo.

— Se que te gusta mi hermano. — Le había dicho una tarde en la casa de los menores, TaeHyung estaba en la cocina buscando sodas y ellos se habían quedado esperando en la sala. YoonGi se había paralizado, sus mejillas se encendieron por completo y agachó la cabeza, temeroso. — Siempre lo noté, solo que ahora, algo cambió, supongo que te decidiste.

Y sí, lo había hecho.

No estaba seguro de si arriesgarse o no, independiente de que le gustará, su amistad con Tae era muchísimo más importante y valiosa pará él, entonces, ¿Que lo hizo decidirse?

Fácil, se dió el tiempo de analizar a TaeHyung.

De contemplar la manera tan dulce y encantadora en la que le miraba y le sonreía. Cómo siempre buscaba su contacto y estar cerca de él, incluso ayudarle en cosas aún si no era necesario. Fue por eso.

Por ese cariño más allá de lo fraternal que vio en TaeHyung que se decidió a intentar algo. No sabía qué intensidad, pero definitivamente era correspondido y no podía estar más feliz.

Y okey, esa parte fue la más fácil.

Lo jodido fue y es, lograr que TaeHyung se diera cuenta de sus intenciones, ¡Difícil! Por eso casi llora de felicidad cuando, una noche, Tzuyu le llamó murmurando encantada que su hermano lo empezaba a notar de "Esa" manera. Casi baila en un solo pie.  Y lo noto, por supuesto que lo noto.

TaeHyung estaba más atento y preceptivo a él, su toque y sus palabras, se sonrojaba con tanta facilidad que YoonGi a veces quería chillar tal cual colegiala por lo lindas y apetecibles que eran sus mejillas. Notaba como relamía sus labios y pensaba dos veces antes de hablar, incluso le gustaba ponerlo nervioso a propósito.

Veía avances y estaba demasiado contento con ellos.

Ah, pero su pequeño TaeHyung aún estaba muy perdido. Divagaba muy seguido en sus pensamientos, como ahora, que están caminando juntos por el parque de camino a casa del menor de ambos. YoonGi ha notado sus manos ansiosas y su mirada buscando cualquier cosa inexistente en el suelo, suspiraba cada tanto y sus labios hacían un puchero lastimero.

Sabía que la posible razón, seguramente, de que estuviera así, era él. Y aunque no estaba mal, detestaba verle tan confundido y, en cierta parte, asustado.

— TaeHyungie. — Llamó, pero el menor no le miró, sin embargo, identificó un suave cabeceó como respuesta. — ¿Estás bien?

Está vez TaeHyung si le miró, por sobre los párpados y con los labios hechos un morrito. YoonGi sintió como la saliva se atoraba en su garganta cuando ambas miradas se cruzaron, en contadas ocasiones, le costaba creer que TaeHyung tuviera tal belleza y fuera capaz de verse bien haciendo absolutamente nada. El menor negó, nuevamente con suavidad, entonces YoonGi ladeó la cabeza y se acercó un poco más a él, acuno la mejilla contraria en su mano derecha y, con la izquierda, acomodó los cabellos castaños que irrumpieron en su rostro. TaeHyung se abrazó a sí mismo y suspiró ante el toque, todavía sin dejar de mirar al mayor.

— ¿Quieres hablarlo? Sabes que puedes hacerlo conmigo, Tae. — Cuestióno, en verdad preocupado por el ánimo decaído del menor. TaeHyung sonrió dulcemente, enternecido por el gesto, entonces YoonGi casi suelta un suspiro de alivió. Apreció su sonrisa unos minutos hasta que por fin habló de nuevo. — Esa es la sonrisa que adoró.

TaeHyung soltó una risa avergonzada y negó, dando un paso hacia el azabache. YoonGi le miró en silencio, dejando suaves caricias en la mejilla del chico. — Lo sé, Yoonie. Pero por ahora solo quiero tenerlo para mí, prometo contarte después, ¿Sí? — YoonGi hizo un puchero pero asintió, haciendo reír nuevamente a TaeHyung.

El mayor sonrió y se separó, regresando a su lado, pensó unos minutos antes de tomar la mano contraria, entrelazarla con la propia y meter ambas en el bolsillo de su chaqueta negra. Vio de reojo como TaeHyung fijaba su mirada en ellas y sus mejillas estaban sonrojadas. Cayó en cuenta de que a lo mejor estaba siendo muy apresurado y, en este momento, no era lo que TaeHyung necesitaba. Tuvo la intención de retirar su mano y dejarla libre, sin embargo, TaeHyung le dió un apretón y básicamente se lo impidió, sorprendido, se giro a mirarle, riendo enternecido cuando vio al menor mirando hacia el frente con las mejillas todavía demasiado sonrojadas y los labios apretados.

Acarició levemente su mano y volvió la mirada al frente, una sonrisita feliz y atontada bailando en sus labios.

Definitivamente estaban en la misma sintonía.

El resto del camino fue básicamente lo mismo, TaeHyung demasiado distraído en sus pensamientos y con pucheros marcando sus labios cada nada. YoonGi intentó de todo, hizo chistes que, seguramente no eran graciosos, pero que tenían la intención genuina de retomar su atención. No funcionó.

Nada lo hizo, intento jugar, hablar de cualquier cosa, incluso seguir acariciando su mano. Pero TaeHyung no reaccionaba, entonces se rindió, decidiendo darle su espacio y cediendo cuando el menor por fin separó sus manos. YoonGi suspiro mirando el suelo, realmente le estaba inquietando demasiado.

— ¿Tae? — Llamó. El menor giró despacio y le miró, sin dejar de caminar, asintió asegurándose que tenía su atención. — Ya se que no me vas a decir y está bien, — se encogió de hombros, — pero, tal vez, no se… ¿Quieres que haga algo por tí? No me gusta verte tan distante y perdido.

Término en voz baja pero TaeHyung lo escucho perfectamente, ladeó la cabeza con ternura, sorprendiendose por lo realmente efectivo y lindo que era YoonGi con el, ¿Porque tardo tanto en darse cuenta? Tenía al hombre de sus sueños justo frente a él, lo tuvo por meses, años y recién su corazón revoloteaba dándose cuenta. Dió un paso hacia el mayor, suspirando, sintiéndose completamente perdido por esos ojitos gatunos, brillantes y oscuros, tiernos tras de ese cristal de marco negro.

De verdad que YoonGi le gustaba.

Pero no sabía cómo proceder. "¡Hey, Hyung, descubrí que me gustas, ¿Quieres ser mi novio?" No, demasiado fácil y YoonGi era demasiado especial.

Sintió sus ojos llenarse de lágrimas, frustrado. ¿Qué iba a hacer? ¿Qué tenía que hacer? Se sentía sofocado, angustiado, atrapado en su propio corazón siendo regañado por su mente.

¿Qué hará con tantos sentimientos?

Una pequeña y algo maltratada margarita blanca apareció frente a sus ojos, le miró con confusión y subió la mirada al pelinegro, abriendo los ojos muchísimo cuando vio las mejillas sonrojadas del mayor y una tierna sonrisa en sus labios mientras le extendía la margarita.

— La acabo de recoger. — Susurro con ojos brillantes, TaeHyung parpadeó perplejo. — Está algo maltratada, pero se cuanto te gustan y …

YoonGi se quedó en silencio cuando TaeHyung arremetió contra su cuerpo, abrazando su cintura con fuerza y escondiéndose en su cuello, dolió pero fue reconfortante. Lo abrazo devuelta por los hombros, dejando su mano con la flor quieta sobre su espalda y con la libre, acariciando sus cabellos castaños con parsimonia. Sintió como Tae se separaba un poquito, lo suficiente para dejar un tiendo y pequeño beso en su mejilla.

Dejó escapar el aire de sus pulmones con un jadeó y apretó el cuerpo en sus brazos, gratamente sorprendido.

— No digas nada Hyung, solo… — Suspiro, sobre su oreja, enviando escalofríos a cada uno de sus nervios. — Estemos un rato así, ¿Podemos?

YoonGi asintió, feliz, emocionado.

Enamorado.

Lo abrazó con más fuerza y soltó una risita atontada.

— Podemos, mi TaeHyungie.

euphoria - YoonTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora