euphoria - YoonTae

07

TaeHyung había sido amigo de YoonGi durante siete años. Eso implicaba largas noches de conversación, sobre gustos, disgustos, situaciones, familia, otros amigos, discusiones.

Muchas discusiones.

Secretos, traumas, miedos, costumbres.

Es por eso que sabía de antemano, que si YoonGi faltaba y no le avisaba, algo andaba terriblemente mal. Porque jamás, jamás faltaba a la universidad.

Las únicas razones eran porque estaba enfermo, pero siempre le avisaba. Así que, definitivamente, algo estaba mal. Mordió su labio inferior ansioso, sin dejar de mirar el teléfono, revisando si le llegaba algún mensaje del mayor o cuánto faltaba para terminar la clase.

La hora se le hizo eterna sin poder prestar ni siquiera un poco de atención, recibiendo dos regaños y una pregunta de parte de JiMin cuestionando si se sentía mal. Se obligó a tranquilizarse un poco, siendo convencido por su amigo de que YoonGi seguramente se había quedado dormido y que, posiblemente, todavía estuviera en cama. Prometió que lo acompañaría a casa una vez terminaran las clases del día. TaeHyung accedió, sabiendo que quizás era lo mejor que podían hacer antes de que él entrara en pánico.

Estaba guardando los libros en su maleta para entrar a la siguiente clase cuando su teléfono sonó con esa notificación especial que tenía para cuando recibía un mensaje o una llamada de su Hyung, Salto en su puesto tomando el teléfono y contestando rápido.

— ¡Hyung, hola! ¿Estas...? — Se quedó en silencio cuando identificó una pesada respiración de fondo, mezclados con un silencioso llanto, sintió una detestable presión en su pecho y se levantó rápidamente, tomo su maleta y salió del salón sin pensarlo y todavía con la llamada corriendo, ignoró los gritos de Jimin llamándolo. — Hyung, ¿Dónde estás?

— T-tu campus. — Lo escucho susurrar con dificultad y empezó a correr hacia donde le fue indicado.

— Bien, espérame ahí, por favor, no cuelgues. — Pidió, escuchó un murmullo como respuesta y continuó corriendo esperando llegar rápido, el campus era enorme y él no estaba seguro de si su Hyung estaría en ese lugar donde permanecen juntos en ocasiones.

En cuestión de siete minutos TaeHyung estaba bajo las gradas, con la respiración agitada y el cabello revuelto, todavía oía el llanto mal contenido de YoonGi. Empezó a buscarlo, incluso le preguntó pero el mayor solo respondió con un sollozó. Desesperado, corrió hacia el final de las gradas, dónde los puestos se encontraban con el campo y un árbol enorme que jamás quitaron de allí, le dió la vuelta al tronco, suspirando cuando vio a YoonGi sentado allí y con el rostro cubierto, su teléfono con la llamada en curso estaba en el suelo.

No lo pensó mucho cuando tiró su mochila y teléfono, le importó poco el ardor de sus rodillas cuando se dejó caer al suelo y abrazó torpemente a YoonGi. El mayor, por su parte, suspiró al sentir la calidez de sus brazos, los hipidos de llanto ya empezaban a dolerle, sentía la garganta destruida y la cabeza a punto de colapsar. Cómo pudo, escondió su rostro entre el cuello y el hombro de TaeHyung, dejando que este lo arrullara entre cariños susurrados y suaves caricias.

Cuando el menor se aseguró de que YoonGi había dejado de llorar y su respiración se sentía menos dolorosa, se separó y se sentó abriendo sus piernas, dejando a YoonGi acurrucado en medio de ellas. Le ofreció una sonrisa mientras acunaba su rostro y le limpiaba las lágrimas con los pulgares y tiernas caricias, acomodó sus cabellos oscuros tras sus orejas y fuera de su frente para finalizar por subir sus gafas por el puente de su nariz. El mayor tenía los ojos rojos y más pequeños por la hinchazón, sus mejillas y nariz también lucían rojos y el puchero en sus labios termina por revelar que había llorado demasiado.