Simplemente Gate con cambios y más inclinado al estilo del manga y en España.
Veo que hay muchas historias de Gate por ahí, pero ninguna de España, así que he pensado en crear una. Intentaré hacer esta historia lo más realista posible a modo de prá...
Llegó el mediodía en el nuevo mundo, el cielo era azul con escasas nubes y el viento soplaba en las verdes estepas y bosques, todo sería agradable si no fuera por la carnicería que rodeaba la colina. Columnas de humo de la artillería imperial y los campamentos abrasados y los pocos árboles envueltos en llamas junto a los numerosos cuervos y buitres entorpecían el azulado cielo ya que no paraban de llegar debido a la abismal cantidad de cadáveres. Los estadounidenses ya habían desplegado artillería de la 41º Brigada de Artillería de Campaña, habían unos pocos M777A2 de 155 mm, un gran numero de M119A3 de 105 mm y 3 M270 MLRS situados cerca de la puerta en la altura de la colina, mientras que la artillería española estaba ingresando y estaba siendo desplegada en otras áreas.
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*M777A2
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*M119A3
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*M270 MLRS
Durante la mañana la artillería estadounidense disparó varias veces para arruinar cualquier intento de reorganización de las fuerzas imperiales en la lejanía, todo gracias a numerosos observadores, gracias a ello el área estaba vacía de enemigos y debido a la falta de presencia enemiga todos se quitaron las máscaras de gas ya que hacía bastante calor.
Félix y su pelotón recibió órdenes de examinar los campamentos aparentemente abandonados que rodean la colina. Los 26 hombres acompañados por 3 vehículos VAMTAC, uno medicalizado y un BMR, avanzaban por el campo de muertos, muchos de los cadáveres estaban amontonados y calcinados, otros simplemente estaban tan desfigurados que no parecían cadáveres. Uno de los soldados empezó a vomitar obligando a la unidad a detenerse mientras que su sargento trataba de tranquilizarlo. Mientras tanto Félix observaba el paisaje, concretamente el cadáver sentado de un soldado muy jóven, tenía muchas pecas y pareció morir con mucha tristeza. El paracaidista observó el cadáver con mucho desagrado, tanto, que empezó a sentir una fuerte presión en su pecho.
