٬ 🌙 ․⠀Midnights. ˚ . ✦ (Hyunlix) [Swiftfic]

01. Humo de lavanda

Esta es la típica historia de dos jóvenes que se encuentran en la transición a adultos. Hyunjin, un muchacho de cabello castaño que sueña profundamenete con ser un exitoso psiquiatra y poder sacar a su familia de la pobreza en la que viven actualmente. Por otro lado, está su novio Felix, hijo de "La antigua dinastía Lee" y heredero de una gran fortuna por su parte.
Hacía ya dos años que convivían en un pequeño apartamento en el centro de West Village, a pocos metros de la calle Cornelia.

El jóven castaño era una persona que al sentir que su cuerpo tocaba las sábanas lograba entrelazarse entre sueños con facilidad, las noches no eran un problema para él, mientras que para Felix las veladas nocturnas se volvían infernalmente eternas. Aún así, era consciente de la paz que le transmitía su pareja, pero los pensamientos oscuros lo atormentaban día y noche, ¿Por qué Hyunjin nunca decía nada al respecto de las críticas de la sociedad? ¿Por qué jamás lo defendía de los comentarios hirientes que los demás expresaban? ¿Sería él mismo el problema de todo esto y por ello no puede dormir? El insomnio le carcomía la mente, el estrés estaba acabando con él.

Hasta que se dió vuelta, y allí lo vió. Tenía todo lo que necesitaba a su lado.

Hyunjin estaba despierto en plena media noche por alguna extraña razón que el rubio intentaba encontrar, pero lo único que encontró fue la sonrisa de su amado novio mirándole con ternura. El chico de cabello castaño y sonrisa encantadora abrió sus brazos con lentitud, para luego recibir a su novio entre ellos, indicándole de forma suave que acomodara la cabeza contra su pecho.
Ambos jóvenes observaban detenidamente el techo de la habitación, cómo si en él se hayaran todas las respuestas del universo. Felix comentaba un par de cosas sobre sus últimos escritos, más su novio no contestaba en lo absoluto.

—Nunca dices demasiado. —Susurró algo exhausto del implacable silencio que reinaba aquellas cuatro paredes, como de costumbre para ellos.

—Perdóname, tienes toda la razón. Debería ser más empatico y comprensivo con tus recurrentes problemas de insomnio. —Contestó el castaño de la forma más tranquilizante posible.

—No, discúlpame. Toda esta mierda es nueva para mí.

Al terminar la frase, suspiró de forma audible y se separó muy despacio de su pareja. Decidió levantarse de la cama e ir a lavarse la cara con agua tibia, la confusión atacaba sus pensamientos continuamente. Las ganas de llorar lo invadieron, ¿Por qué su vida tenía que ser tan complicada? Todo el mundo pensaba que por ser de una familia de dinero tendría su vida resuelta, pero resultó no ser así. Lo abandonaron, lo abandonaron por enamorarse de un hombre de clase baja.
La gente por las calles susurraba maldades de él y de su pareja, eran "El pobre y el Nini" de West Village.
Cuando menos se lo esperó, una lagrima recorrió su mejilla, seguida de otras tantas. Su rostro era un mar de lamentos, su vida no tenía rumbo. Sintió unos suaves brazos rodear su cintura, pudo visualizar en el espejo que se encontraba frente a él a su amado novio.

—Bebé, ¿Estás bien?

Y con solo aquella acción, la mentalidad de Felix cambió por completo. Le tenía que importar un bledo lo que opinara la gente, mientras Hyunjin estuviera a su lado toda la vida no necesitaba absolutamente nada más.
Se dió la vuelta, observando fijamente los hermosos ojos que poseía el castaño.

—Solo estoy pensando en nuestro futuro. —Respondió de forma honesta, jamás podría mentirle a su persona favorita.

—Cariño, para los demás siempre seremos cosas que ni por asomo se nos acercan. Si, sacan a relucir la historia de tu familia únicamente para decir que soy un interesado, siempre murmuran que me quiero casar contigo por tu dinero, más nosotros sabemos que eso no es verdad. Me acostumbré a no escuchar los comentarios absurdos de la gente, lo único que quieren es pudrirnos la cabeza.

Felix asintió suavemente, su novio siempre tenía la razón, estaba enamorado de su filosofía vital desde el primer día en que lo conoció.
Escondió su rostro con suavidad en el cuello del castaño, aspirando aquella fragancia con olor a lavanda que utilizaba diariamente y lograba volverlo loco en todos los sentidos de la palabra.
Los latidos de su corazón se aceleraron al encontrar una cruda realidad en las palabras de su amante, la gente hablaría cualquier idiotez con tal de tener el típico chisme fresco, entonces, ¿Por qué le daba importancia? Si lo único que importaba era el amor que fluía entre ambos, como un espiral morado de amor que se enreda de una forma complicadamente hermosa.

Y sólo quería quedarse allí, en aquella neblina lavanda de amorío que nublaba su mente día a día.