El sonido del reloj era lo único que podía escucharse en la sala. Hao vió la polaroid en manos de su novio que parecía molesto y disgustado por su hallazgo. Definitivamente Hanbin era un chico muy gracioso, no tenía el derecho de reclamarle nada y mucho menos pensar mal sobre él.
– Eres una caja de sorpresas. –dijo Hanbin sentándose a su lado – ¿Quién es él?
– ¿No vas a decir que salgo lindo? Me veo muy joven pero creo que es una foto favorable. –alzó su mano y con facilidad le arrebató la polaroid.
Los recuerdos no dejaron de atormentarlo, como si fueran ayer todos los momentos vividos con su primer novio. Le mintió a Hanbin desde el comienzo cuando dijo que nunca había estado en una relación porque era un detalle irrelevante que no aportaría nada en su primera cita. Tenía el derecho de escoger qué contar sobre su pasado, en especial una de las etapas más caóticas de su vida.
No fue fácil sobrevivir a su primer tormento, al primer chico que le enseñó lo que es el amor, el que lo hizo dormir en un profundo sueño de fantasías cegando su vida por completo, permitiendo ser usado como mejor le venía en gana. El primer amor nunca termina bien.
Zhang Hao no quería ni recordar su nombre pero lo tenía presente aún consigo, escondido entre letras, con una tinta que no podía borrarse y siempre allí lista para ser leída cuando olvide como se fue al carajo su primera relación. No permitiría que pase de nuevo, no con Hanbin que era el chico perfecto muy lejos de lo que su primer amor lograría ser. Hanbin seguía con él, a su lado y sus besos aún le pertenecían, lo de ahora solo era un mal momento y de nuevo todo florecerá como alguna vez fue. No quería que Hanbin se quede en su corazón siendo un recuerdo que puede leer con el pasar de los años.
– ¿No tienes hambre? Podemos pasar el resto del día aquí. –se levantó en dirección a la cocina escuchando los pasos de Hanbin siguiéndolo por detrás.
– Deja de evitar mi pregunta y responde Zhang Hao ¿Quién es él?
No le dió importancia y siguió buscando los ingredientes para preparar un delicioso pastel, algo que lleve chocolate para levantar sus ánimos, o algo más nutritivo pero por estos días tan estresantes merecía comer lo que quisiera.
– Amor, deja de preocuparte por cosas sin sentido, cumplimos siete meses hoy y lo estás arruinando. –volteó para verlo- A veces creo que no llegaremos al año de relación pero en el fondo estoy seguro de que en unos instantes cumpliremos diez años juntos. ¿Crees que Matthew aguante tanto tiempo? ¿O tendremos que invitarlo a nuestro matrimonio?
Definitivamente invitaría a Matthew a su matrimonio, claro que aún faltaba un tiempo para cumplir ese anhelo pero no veía ese futuro tan lejos.
Escuchó a su novio reírse. No, no debía tomarlo como un chiste, eso evidenciaba que la posibilidad de casarse aún no estaba en sus planes. ¿Hanbin no pensaba en un futuro junto con él?
– No pienso casarme contigo Zhang Hao. –agarró su rostro ejerciendo presión para que no pueda apartar su vista de él. – Ni ahora, ni nunca.
Otra vez solo el reloj se escuchó desde la sala después de las palabras de Hanbin. Su respiración dejó de ser automática y el aire comenzó a faltarle, trató de inhalar y exhalar calmadamente.
Hanbin lo soltó y caminó en dirección a la puerta para irse, dejando a un Zhang Hao estupefacto sin poder moverse pero aún con mucho por decir.
– Discúlpate o te juro que no me vuelves a ver. –dijo en voz alta para detener a su novio.
– No pienso hacerlo al igual que tú no quieres contarme del idiota que estaba contigo –respondió Hanbin para luego seguir su camino y abrir la puerta.
Zhang Hao fue corriendo para cerrar la puerta con uno de sus brazos dejando salir un sonido fuerte debido al golpe. Empujó a su novio contra la pared posicionando su otro brazo en su pecho, deteniendolo ante el poco valor que parecía tomarle a sus palabras.
Hanbin agarró su brazo para romper el contacto y tratar de irse. Esta vez Zhang Hao puso su espalda contra la puerta para no dejarlo ir.
– ¿Piensas dejarme? No tienes idea de todo el dinero que gasté para celebrar hoy, no puedes solo largarte y tirarlo a la basura. – dijo serio Hao sin ganas de jugar o tratar de molestarlo.
– No me interesa tu dinero, déjame salir.
– Eso no decías cuando te regalé el auto, si me dejas voy a quitarte todo Hanbin, absolutamente todo lo que te regalé y te quedarás igual de necesitado cuando te conocí. –el enojo que sentía comenzó a hablar por él.
Zhang Hao conocía bien el tema económico de Hanbin y fue por lo mismo que le brindó su ayuda desde el primer día haciéndolo dependiente de manera inmediata. No lo hizo con mala intención, realmente Hanbin le gustó y no lo quería ver tan preocupado por un problema que podía desaparecer al instante. Compartir su dinero con su novio lo hacía feliz y ver la sonrisa de Hanbin no tenía precio ni valor. Podría darle el mundo entero si se lo pedía y Zhang Hao se encargaría de comprar cualquier vanidad que su novio solicitaba, siempre y cuando permanezca a su lado, amándolo.
– Nunca pedí tu estúpido dinero, tú quisiste ayudarme y lo permití porque lo necesitaba. Eres un idiota, ¿crees que no voy a dejarte solo por eso?, quedate con cada cosa que me diste, no me interesa. –metió su mano a sus bolsillos buscando las llaves del auto y también sacó su billetera tirándolo al piso. – Cancela las tarjetas si te da la gana.
– Hanbin, y-yo… –su nerviosismo tocó su garganta, sus ojos saltaban de un lado al otro y sus lagrimas amenzaban con salir.
– ¿No puedes hablar ahora, cariño? Tu asqueroso dinero no puede comprarlo todo. –Hanbin acercó su rostro, chocando su frente con la de Zhang Hao. – Mírate, estas a punto de llorar luego de hacerte el fuerte, eres patético mi amor. ¿Quieres dejarme ir ahora?
– N-no, quédate p-por favor. –las lágrimas de Zhang Hao se encontraban resbalando por sus mejillas.
Las manos de Hanbin apretaron su cintura pegando su cuerpo al suyo sin ningún espacio que sobre. Zhang Hao entrelazó sus brazos en su cuello.
– ¿No vas a disculparte? –Hanbin susurró en su oreja.
– Lo siento, no debí decir esas cosas, estaba enojado y no pensé…– los labios de Hanbin se pegaron a los suyos sin permitirle continuar.
No era un beso delicado, ambos desataron su enojo con el otro de la única manera que sabían hacerlo, besándose. Zhang Hao abrió un poco su boca para dejar la lengua de Hanbin ingresar, trató de seguirle el ritmo sintiendo la saliva derramar por los costados de su boca. Soltó un quejido cuando Hanbin mordió su labio inferior dejando un sabor metálico producto de la sangre.
Una de las manos del menor tomó su rostro y comenzó a acariciar su mejilla fría por las lágrimas de hace unos minutos, sus ojos seguían a sus dedos sin mirar a Zhang Hao pero el mayor lo miraba a él. La mano de su novio bajó para posicionarla en su cuello apretando levemente, el mayor se estremeció y una ola de calor pasó por todo su cuerpo. Aún seguía rodeado por el fuerte agarre de Hanbin en su cintura, evitando que pueda moverse o escapar.
Ambos sumergieron sus problemas en el placer del otro, sintiéndose y tocando cada parte de sus cuerpos para olvidar la ruina de su relación. Pero Zhang Hao no dejó de pensar en lo dicho por su novio respecto al matrimonio, él quería casarse con Hanbin, vivir una vida a su lado hasta ser ancianos además de tener hijos y criarlos juntos. De alguna forma iba hacerlo realidad porque Hanbin era su novio, el chico que eligió para ser suyo y dejarlo ir no estaba en sus planes.
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Good Enough - Haobin
FanficHanbin le es infiel a Zhang Hao con su mejor amigo, Seok Matthew. Atrapados en una relación tóxica, ambos no pueden dejarse ir. - Pareja principal: Haobin. - Pareja secundaria: Mattwoong. ✓ Historia original, mía.