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Ambos decidieron desayunar juntos por la mañana. Se encontraron en uno de los cafés más cercanos a la casa de Hanbin, el mismo donde se conocieron por primera vez.

Recordó el sentimiento culposo que sintió al mirar por varios minutos a ese chico universitario esperando por su café. Vestía de jeans haciendo el color blanco de su camisa resaltar.

Hao estaba perdido en la aterradora ciudad que era Seoul, llena de edificos y luces resplandecientes que nunca se apagaban, no por nada era conocida como "la ciudad que nunca duerme". Hace apenas unos días dejó su país para empezar un nuevo capítulo de su vida aquí en Corea, le haría muy bien las vacaciones y conocer personas nuevas.

Zhang Hao quería a ese chico de la cafetería.

Sin esperar más se levantó, no sin antes llevar su café en mano notando el poco líquido a nada de estar vacío, agarró su botella de agua y llenó el vaso que se tornó en un color semejante al café. Caminó en su dirección y pasó a su lado chocando con aquel extraño.

Sus hombros se encontraron y Zhang Hao se apresuró en voltear para poder mirarlo más de cerca, iba a disculparse pero el chico bonito se adelantó.

Sin notar que el vaso de "café" cayó de sus manos, escuchó por primera vez su voz.

—Lo siento, lo siento mucho no pude verte, estaba distra..no, esa no es excusa, es mi culpa, te manché la ropa, lo siento de veras, lo siento mucho.— Habló de inmediato tratando de disculparse por el desastre que ocasionó. Zhang Hao sonrió, "bonito y con buenos modales" pensó.

— No, no, no. No te preocupes soy yo el que debe fijarse por donde va. —Cambió de rostro a uno preocupado ante la cara llena de angustia por parte del desconocido. Zhang Hao no quería verlo triste, su corazón sintió doler ante los ojos sinceros que lo miraban con sumo arrepentimiento.

— Yo debería tener más cuidado, enserio lo siento tanto. —siguió disculpándose. Sus manos no sabían si tocar al chico con la ropa llena de café, llevarlo al baño y secarlo o si irse corriendo. Hao lo notó casi temblar.

— Creo que soy muy suertudo al escoger ropa negra el día de hoy. —Bromeó un poco para calmar al coreano, seguido de una sonrisa.

Logrando su cometido, el chico sonrió ante tal comentario. Sus ojos se quedaron mirándose el uno al otro por unos segundos. El tiempo se detuvo, solo eran él y el extraño que derramó café encima suyo. Pudo apreciar mejor sus facciones e inspeccionó su rostro.

Hao no dejaba de sonreír ante los recuerdos que pasaban por su cabeza. Nunca le confesó a Hanbin que fue idea suya el accidente en la cafetería, mucho menos pensaba hacerlo en un futuro.

Hanbin le guardaba secretos y él también debía hacerlo. Volviendo a la cruel realidad agarró su celular para tomar foto a las conversaciones de su novio con Matthew. Sin tiempo, se apresuró para tomar todo lo que pudiera, ya en casa decidiría cuál mandársela a Jiwoong.

El novio de Matthew era un ingenuo, le decía que la relación entre ambos siempre fue muy cariñosa y que él estaba de acuerdo con eso, porque eran como "hermanos".

Zhang Hao no olvidó la gran carcajada que soltó luego de escuchar al pelinegro justificar la infidelidad de Matthew. ¿Tan poco se valoraba?

Vió a su novio salir de los servicios dirigiéndose a su asiento.

—¿Todo bien? ¿sientes calor? —Preguntó sentándose.

Sus ojos se posicionaron en el celular sobre la mesa olvidando de llevárselo junto al baño. Seguía en el mismo lugar, no parecía que Hao lo haya tomado. Se sintió orgulloso, las terapias en pareja estaban dando sus frutos.

— ¿Qué? Claro que no, estamos en invierno cómo voy a sentir calor. — Se pronunció con duda. Hanbin a veces hacía preguntas estúpidas.

— Hao, amor estas sudando. Puede que te haya dado fiebre, te dije que no debimos salir con este clima. —Se acercó a él tratando de tocar su frente.

El mayor trató de evitar el contacto físico haciéndose para atrás, Hanbin entendió y no insistió. Conocía muy bien a su novio, a veces era un poco especial.

El pie de Zhang Hao trató de alcanzar su celular, lo había tirado debajo de la mesa cuando vió al menor regresar. Si Hanbin lo encontraba antes que él todo iba a desmoronarse otra vez. Lo acusaría de invadir su privacidad y él quedaría como el villano de la película.

Con mucho esfuerzo movió su pie tratando de buscar dónde diablos se encontraba. Fue entonces que chocó con el pie de Hanbin, ganándose una mirada interrogante, su novio miró debajo de la mesa.

Good Enough - HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora