Good Enough - Haobin

08

La última vez que Hanbin había estado con Matthew, éste le anunció que su relación con Jiwoong pasaba por un mal momento, decía que el mayor no le daba la misma atención que antes además de cambiar la clave de su celular. Hanbin recordó como en el rostro de Matthew se dibujaba una gran decepción.

Allí sentado sobre la cama que compartió junto a Zhang Hao durante los últimos meses, volvió a marcar el número de su mejor amigo. El timbre de llamada no tardó en escucharse, el sonido se había vuelto angustiante y difícil de tolerar.

Tal vez Zhang Hao tenía razón, Matthew por fin lo había soltado y era momento de que él hiciera lo mismo, pero el ritmo acelerado con el que buscaba las llaves del auto no demostraba su falta de interés.

Cuando salió de la habitación encontró a su novio recostado sobre el mueble, durmiendo a pesar de haber discutido momentos atrás. Todo le parecía tan rutinario, tóxico y maligno. No quería seguir estancado en un lugar donde no se sentía completo.

¿Por qué se quedaba? ¿Por qué aguantar el comportamiento infantil de su novio? Era notorio que al lado de  Zhang Hao nunca llegó a sentir las sensaciones que Matthew provocaba en él. No existía comparación aunque si pudiera elegir y no darle aquella responsabilidad a su corazón, su decisión una y mil veces sería sentir por Zhang Hao, todo lo que una simple mirada de Matthew lograba causar en él. Los problemas dejarían de existir para siempre.

Hanbin sabía perfectamente que se comportaba como un idiota y los lujos que Zhang Hao le ofrecía y toda la devoción que tenía por él no conseguían hacer las cosas fáciles, de hecho lo encontraba intolerable y un recordatorio más de estar atrapado en un estúpido cuento mal contado. No era sencillo dejarlo todo cuando en el pasado las preocupaciones por el dinero eran constantes.

—¿Te irás? —preguntó Zhang Hao, intentando abrir sus ojos adormilados. Parecía inquieto por conocer la respuesta.

—Tengo cosas que hacer —. Hanbin fue hacia el pequeño estante al lado del televisor y encontró las llaves del auto. Las tomó fuertemente como si fuera a perderlas de nuevo.

Aún estando de espaldas podía sentir la mirada de Zhang Hao incrustada en cada movimiento. Cuando se encontró con los pequeños ojos llorosos, dudó en marcharse. Quería arrancarse el corazón y echarle la culpa por elegir erróneamente y hacerlo vulnerable.

"Matthew se casará con Jiwoong" recordó.

—¿A dónde irás? —volvió a preguntar Zhang Hao, esta vez con la voz entrecortada.

Hanbin se quedó en silencio.

—Tienes miedo. —Zhang Hao observó las llaves y se puso de pie—. No puedo imaginar lo desesperado que estás —dijo sarcástico.

—Déjame en paz.

Hanbin no supo en qué instante sucedió todo. De un momento a otro Zhang Hao le había tirado su celular en el rostro, provocandole un fuerte dolor en la nariz. No se quedó de brazos cruzados, ignoró el dolor y fue hacia Zhang Hao, lo empujó de vuelta al mueble, logrando que cayera sentado. No le dejó tiempo para reaccionar y colocó su mano alrededor de su cuello. Inmediatamente pudo sentir las uñas de Zhang Hao clavarse en su brazo, intentando de manera inútil lograr liberarse.

—¿Cómo te atreves a golpearme? —Hanbin frunció el ceño—¿Creíste que necesitaba tu estúpido permiso para irme? Yo no soy como tú, no tengo que estar dando explicaciones de a dónde mierda voy.

—Suel…ta..me —respondió Zhang Hao. Seguía luchando con ambas manos sobre el brazo de Hanbin, poco a poco perdiendo la fuerza por la falta de oxígeno.

—¡No volverás a cuestionarme nada, ¿me oíste?! No quiero volver a escuchar el nombre de Matthew salir de tu puta boca. No es culpa suya que seas un enfermo inseguro. Créeme, cariño que si vuelve a suceder algo igual, lo nuestro se termina. Me iré y te quedarás solo en esta puta casa mientras te ahogas llorando, porque lamentablemente es lo único que sabes hacer desde que te conocí.

Hanbin dejó de ejercer presión en el cuello de Zhang Hao, lo vió intentando respirar con tranquilidad otra vez. Fue hacia la cocina en busca de un vaso con agua para ambos, a pesar de casi haberlo estrangulado deseó que este haya sido el final de la tonta obsesión que sentía su novio por Matthew. Si Zhang Hao dejaba todo en el pasado, nada malo sucedería como le prometió, podrían vivir finalmente en paz como hace meses atrás.

Antes de regresar a la sala, tomó el vaso con agua servido para sí mismo.

Mientras trataba de calmarse, el sonido de un celular timbrado se escuchó por todo el departamento. Hanbin se apresuró en ir hacia la sala.

—Se te cayó mientras… ya sabes —Zhang Hao le extendió su celular.

"Número desconocido" leyó.

A pesar de no tener a Matthew agendado en contactos, Hanbin reconoció todos esos números. Lo que nunca imaginó, es que Zhang Hao también lo sabía y es posible que su falta de interés al no preguntar el tan clásico "quién es", lo haya delatado.

Sin tomarle más tiempo decidió ignorar la llamada y guardó el celular en su bolsillo.

—Bebe. —Hanbin le entregó el vaso con agua.

Zhang Hao bebió desesperado, sin importarle que por la comisura de sus labios el líquido transcurra. Hanbin se sentó a su lado, mirando fijamente la marca que dejó en el cuello de su novio, sin embargo la manera en la que todo ese lugar era invadido por las gotas de agua captó su atención.

—No iré a ningún lado. Me quedaré.

—Dijiste que no le dabas explicaciones a nadie. —Zhang Hao evitó verlo, sobre todo cuando sintió la mano de Hanbin tocando su muslo, la misma que hace unos minutos estaba cortándole la respiración. —Siempre fuiste libre de ir a dónde quisieras… con quién quisieras y mis súplicas nunca fueron un impedimento para ti. Así que ahora hazme el favor de irte.

—¿Quieres una disculpa? Tú fuiste el primero en sobrepasar la línea golpeándome. No tienes derecho a estar enojado conmigo.

—Tú sobrepasaste la línea hace mucho tiempo. No soy yo quien tiene que pedir perdón. —Zhang Hao se limpió el agua de los labios con la manga del suéter. —Lo que hiciste hoy ni siquiera es lo más doloroso que puedes llegar a hacerme. Ya me has lastimado y es difícil seguir. Todos los días me despierto esperanzado de que deje de sentir esto por ti y resulta siempre lo contrario.

—Zhang Hao, yo…

—No te puedo querer más, porque desde el inicio te di todo lo que puedo ofrecerte y creo que tú no diste ni la mitad. Cuando tengas la oportunidad, por favor, no dejes que vuelva a respirar.

Hanbin observó como Zhang Hao se puso de pie sin devolverle la mirada. Esperó verlo llorar pero no había rastro de ninguna lágrima. Cuando el sonido del portazo de la habitación pudo escucharse, las lágrimas no tardaron en aparecer.

Hanbin se dió cuenta que pensar en un mundo sin Zhang Hao, ya no tendría nada de sentido para él.