𝙈𝙞 𝙋𝙧𝙤𝙛𝙚𝙨𝙤𝙧 || Tᴏᴍ Rɪᴅᴅʟᴇ [+18]

treinta

Unos días antes

Gellert Grindelwald

-Llama a Tom Riddle... -pedí a mi elfo.

Despues de unos minutos, Riddle entró por la puerta.

-Señor... -Saludó Tom, quedándose parado en su lugar.

Yo me levanté de mi asiento, caminando hacía él.

-me imagino que sabrás por qué te he llamado... -hablé. -Dime, ¿Lo has pensado?

No respondió. Lo miré con impaciencia.

-Me habías dicho que la amabas... Si me ayudas, podremos alejarla de todo el mal que quiere hacerle mi hermano. -Dije apoyando mi mano en su hombro.

Sentí como se puso inquieto al escuchar nombrar a mi hermano.

-Si señor... Lo haré. -respondió finalmente. Yo sonreí.

-Perfecto... -Dije volviendo a mi escritorio. -Seras su tutor, tendrán clases privadas. De ahí tendrás que persuadirla poco a poco, hasta que finalmente puedas platicarle del plan. -Expliqué, él asintió. -Puedes retirarte.

Tom salió de mi oficina. Yo suspiré.
Saqué la fotografía de Chloe y yo juntos. Sonreí.

-protegeré lo poco que queda de tí, Chloe...

Actualmente

T/n Grindelwald

Estaba nerviosa, tenía que admitirlo.
Hoy era el primer día de las clases, el hecho de saber que vería a Tom cuatro horas todos los días me ponía la piel de gallina.
No quería verlo, porque eso implicaría llorar.

Tocaron a mí puerta. No respondí.

-T/n... Soy Gellert. -Llamó mi supuesto tío. -Abre la puerta.

Me levanté de mi cama y me arreglé el cabello. Me acerqué a la puerta y la abrí, encontrándome con él.

-¿Estás lista? -Preguntó el mayor.

-No... No quiero que Riddle sea mi tutor -Respondí de mala gana, azotando la puerta al salir.

Él me siguió sin decir nada más. Seguimos por un pasillo hasta llegar a la última puerta, volteé a verlo, él estaba esperando a que yo entrara.

-Por favor... No quiero. -Dije alejándome de la puerta.

-Es él o un viejo con una regla -Me dijo Gellert.

Yo suspire y entré. Cerré la puerta y suspiré. Él se levantó de su asiento y me miró algo apenado.

-Buen día... -Saludó. Yo solo lo ignoré y me crucé de brazos mirando el piso.
-Puedes sentarte aquí y sacar tus cosas.

Me acerqué a donde me indicó, no lo miré a la cara, no podía.
Comencé a sacar algunas cosas de mi mochila, todo en silencio.

El ambiente claramente era incómodo. Odiaba esto, antes era tan sencillo hablar con él y ahora no puedo ni mirarlo a los ojos. Es un completo desconocido para mí.

Tuve que soportar escuchar su voz mientras me enseñaba. En lo único que podía pensar era en que ahora mismo, si tuviera una vida normal, estaría con mis amigos en clases y sientiendome bien.

Mientras escribía en mi pergamino, sentía su fuerte mirada sobre mí.
Realmente incómodo.

No puedo evitarlo así. De todas formas será mi tutor de ahora en adelante. Tengo que enfrentarme a él y demostrarle que no me interesa en lo más mínimo su existencia.

Levanté la mirada y lo enfrenté. Una pequeña electricidad recorrió mi cuerpo al encontrarme con esos jodidos ojos grises.

Abrí mi boca para decir algo, él me miró esperando a que hablara. No evité sentirme nerviosa y apreté mis labios, volviendo mi mirada al pergamino.

Quedé más estúpida de lo que ya parecía.

—¿Alguna duda, T/n? —Preguntó aclarándose la garganta.

Lo miré de nuevo, ahora enojada.

—No me llames T/n, Tom. —Dije con fastidio, apretando inconscientemente la pluma.

Pude ver una pequeña sonrisa asomarse en sus labios.

—¿Entonces te digo señorita Grindelwald?

Ugh, que asco.

—Como sea... —Volví a escribir en mi pergamino.

—Esta bien, no te hablaré con tanta confianza. Y tú tampoco. —dijo, haciendo que lo mirara. —Llamame Profesor Riddle.

Lo miré incredula.
Me levanté de mi asiento y empecé a guardar mis cosas de mala gana.
Aquél libro que él me había dado, se lo tiré en las piernas.

—Me voy. —Dije dándome la vuelta y yéndome de la sala. —Tú y tu libro de mierda...

Sentí como me agarraron del brazo.
—¿A dónde vas? Tus clases no han terminado. —Dijo Tom.

¿Como mierda me siguió tan rápido?

—Sueltame —Quise safarme de su agarre.

—Me meteras en problemas con tu padre si te dejo ir así tan fácilmente. —Susurró en mi oído. Yo lo empujé con mi otro brazo.

—Voy a gritar y haré que te despidan... —Amenacé, él rió cansado.

—¿A caso tendré que callarte? —Dijo acercándose peligrosamente a mi cara.

Tenía que detenerlo antes de que hiciera una locura, y yo se la siguiera.
Con mi rodilla pateé su entrepierna y despues pise fuertemente su pie.

Gimió adolorido, soltándome finalmente.
Caminé con rapidez para alejarme de él.

—Joder, ¿cuál es tu obsesión con golpearme en la entrepierna? —Escuché que exclamó mientras jadeaba.

Me encerré en mi habitación. Esperando a que nadie viniera a molestarme.

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Xauu<33