veintisiete

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T/n Grindelwald

Estaba a punto de tener una cena privada con mi supuesto padre. Esto es tan raro, no conozco a ese tipo y quiere que cenemos como si nos conociéramos de hace años.

Miré la ventana, pensé en escapar, pero ¿cuál era el punto? De todas formas me encontrarían.
¿Suicidarme? Sería la mejor opción, pasar 17 años en una mentira, rodeada de gente que sabía todo y posiblemente no les importaba lo que pensaría, y vaya a saber Merlín que haría mi dichoso padre que por cierto ha matado a miles de personas hasta donde sé, lo peor es que está relacionado con el señor tenebroso, pensé que ese monstruo ya había desaparecido, le dió al pobre Potter un año de paz.

Hasta que me dí cuenta estaba caminando hacía la ventana.
Miré abajo, habían tres personas fuera, papá, Gellert Grindelwald y... Tom...

El verlo me hizo trizas, los momentos en los que me había entregado a él, aquellos besos que sucedían de repente entre nosotros cada que estabamos solos, cuando varías veces sentí que lo nuestro iba a durar para siempre, que él llegaría a ser uno de los últimos en hacerme daño.

Pero veo que dependí mucho de él...

Su mirada va hasta donde estoy, mi ventana, pero creo que no logra verme, ya que se nota perdida su mirada.
Se lame los labios y exhala, volviendo a la conversación que tenía.

No podía verlo más, siento que si lo seguía haciendo me iba a ahogar en mis propias lágrimas.
La puerta se abrió y un elfo me grito.

—Su padre la está esperando —me aviso con cara de pocos amigos, me acerqué con enojo agarrando mi saco.

—él no es mi padre —Exclamé con enojo empujando al elfo para pasar y bajar al comedor.

Abajo había otro elfo esperándome, me hizo una seña de que lo siguiera y así lo hice, llegué a la gran mesa, con dos platos y tres enormes velas, él estaba ahí, con una sonrisa en su cara y una copa de vino en su mano derecha.

—Sientate hija... —Me ordenó señalando con la cabeza la silla a su derecha.

Me acerqué lentamente, no confiaba en ese tipo, ni siquiera para sentarme a su lado.

—¿Que te parece tu habitación? —Preguntó mientras observaba a los elfos darnos la comida.

No respondí, esa habitación es todo menos de mi agrado. Oscura y tétrica, lo único lindo es la cama.

—Esta bien... —exhaló profundamente. Empezando a comer.

¿Debería comer esto? ¿Y si hay algo que me haga ser otra persona o quizás dormirme, o tal vez éste tipo solo quiera matarme?

—No hay nada en la comida, come de una buena vez .—me ordena con un tono elevado, está enojado.

Hice caso, era mejor si esta cosa tenía algo prefiero morir ahora más que nada.

Estaba rico, las papas y la carne sabían bien, no veía la hora de que sintiera la muerte y me dé un paro cardiaco.

Comimos en silencio, al parecer ya no preguntaba nada si de todas formas no le respondería.
Pero la verdad es que aprovechando éste momento, tengo algunas dudas, muchas.

Inhalé y exhale, no estaba segura de lo que estaba por hacer.

—Tienes los ojos de tu madre, T/n... —Dijo Grindelwald, sonriéndome. Yo evite mirarlo. —Y su cabello... Al parecer lo único que sacaste de mí es el color de piel...

La puerta del comedor se abrió, era su hermano, Gellert.
—Lamento haber llegado tarde... —Dijo sentándose al frente mío.

Su mirada era seria y fría, pero cuando me miró, fue todo menos eso. Puedo llegar a decir, que fue como una mirada de cariño.

—Creí que era una cena entre usted y yo... —Dije viendo mi comida.

Sentía la mirada de los dos.
—Es una cena en familia... Nosotros somos tu familia. —respondió Álvaro comiendo su carne.

—No... —susurre, apretando mis manos debajo de la mesa.

—¿Qué? —dijo Alvaro.
Me atreví a levantar la mirada y los observé a los dos.

—¡Ustedes no son nada mío! —Exclamé empujando el plato y levantándome de mi asiento.

Gellert me miraba con suavidad, sin embargo, su hermano me miraba con furia.

—¡Si que lo somos! —Exclamó Álvaro levantándose de su lugar y acercándose amenazadoramente hacía mí.

Gellert se paró de su lugar también.
—Álvaro... —Llamó a su hermano en forma de reproche.

—Mi única familia son los Malfoy... —Dije desafiante, pero con mucho miedo, ya que él se encontraba al frente mío.

—Ellos no son nada tuyo, T/n...

—Entonces prefiero ser huérfana antes de tenerlos a ustedes como familia —Exclamé con enojo empujando con todas mis fuerzas a Álvaro.

Él me miró con enojo, levantó su mano para golpearme, pero su hermano lo detuvo.

—Calmate, Álvaro... —Dijo Gellert, sosteniendo la mano del hombre frente a mí.

Miré con terror a los dos.
Álvaro suspiró y se alejó, volviendo a sentarse en su lugar.

Volteé a ver a Gellert, él me miró con suavidad.
—Puedes retirarte si quieres... —Dijo, volviendo a su lugar.

Y sin pensarlo caminé a la salida del comedor, siendo escoltada por algunos hombres.
Mientras me dirigía a dónde se supone que es mi cuarto, me crucé con mi papá y Tom.

Los dos me observaron, la mirada de mi padre se iluminó.
Mis ojos se llenaron de lágrimas y corrí hacía él, abalanzandome sobre él, abrazándolo fuertemente, sintiendo alivio. Empecé a llorar cuando sus brazos me envolvieron.

—Papi... —sollocé escondiendo mi cara. —No quiero estar aquí, papá...

—T/n...

—Yo soy... Yo soy tu hija ¿No papá? —lo miré con los ojos llorosos, él apartó la mirasa. —Dime que sí papá... Llévame a casa; con Draco, con Mamá...

Sus brazos me soltaron, unas manos me agarraron, yo empecé a patalear.

—¡Suéltenme! ¡Papá! —grité. Sin embargo, él sólo se dió la vuelta y se marchó.

Siendo seguido por Tom, destruyendo mi corazón.

—¡Papi! ¡No te vayas papá! —Grité.

Un hombre de negro me apuntó con su varita.

¡Desmaius!

~•~•~•~•~•~•~

Buenass, dios perdón por haberme desaparecido. Esq literal me dió un bloqueo, uno muy largo la verdad...

Perdón en serio, les dejo este capítulo, no creo que pueda actualizar pronto ya que tengo tantas tareas y demás.
Pero trataré de actualizar seguido!

Xauu<33

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𝙈𝙞 𝙋𝙧𝙤𝙛𝙚𝙨𝙤𝙧 || Tᴏᴍ Rɪᴅᴅʟᴇ [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora