capitulo nueve

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Salimos de almorzar con Isabella, y como habíamos acordado, nos dirigimos hacia casa, dónde ella preparo su mochila con ropa provisoria para pasar el fin de semana en lo de Agustín.

—¿Y vos te vas a quedar sola acá?— pregunto, mientras agarraba el cepillo de pelo y me lo daba, para así yo poder peinarla.

—Si, ¿por?— pregunte, con mi ceño levemente fruncido, agarrando el cepillo.

—Te pregunto— se encogió de hombros, y se sentó en la cama, para que yo pudiera peinarla, ya que recién salía de bañarse.

Yo asenti, y no respondí nada, ya que sabía que había una pregunta disfrazada detrás de la que ya había hecho. Me senté detrás de ella, y comencé a cepillar su pelo con cuidado.

—Es lindo Agus, ¿viste?— soltó luego de unos segundos, mientras giraba levemente su cabeza para mirarme, con una leve sonrisa extendida en sus labios.

Yo alce mis cejas y sonreí, ladeando mi cabeza.

—¿Y a qué viene eso?— cuestione, con diversión, ya que sabía por dónde venía la cosa.

—Nada, solo digo— respondió en un tono picaro e inocente, a la vez que volvía a mirar hacia el frente, dejando que la peine. Yo solté una leve risa, mientras rodaba mis ojos con diversión.
Termine de peinarla, haciéndole una colita de pelo alta.

—¿Y a vos Agus no te gusta?— cuestionó, de la nada, soltando por fin la pregunta inicial. La mire, con un poco de sorpresa, aunque ya sabía por dónde venía la conversación desde el inicio.
Ella se había levantado para agarrar su campera, mientras que yo me quede sentada, asimilando un poco su pregunta.

—¿Por qué me preguntas eso?— contraataque, sabiendo que ella tendría una respuesta aún más ingeniosa que mi pregunta.

—¿Por qué no me contestas?— alzó una ceja, mirándome con obviedad, al mismo tiempo que se colocaba la prenda.

—No, no me gusta Agus— subí y baje mis hombros, levantándome para ayudarla a colocarse la campera.

—A Agus si le gustas— comento, haciendo que mi ceño se frunza, demostrando mi confusión.

—¿Y quién te dijo eso a vos?— pregunte, con curiosidad, prendiendo su campera.

—Lauti me contó. Dice que lo escucho hablar con un amigo, y que al amigo le dijo: "a mi Zoe me re gusta, boludo, pero ella ni ahí conmigo"— puso un tono más grueso al final, intentando imitar al morocho, haciendo que yo suelte una risa.

—¿Ah si? No sabía nada— me volví a encoger de hombros, a la vez que movía mi cabeza de un lado a otro, negando. Me volví a sentar en la cama de la pequeña rubia, pero está vez subiendo mis piernas al colchón, para quedar sentada en forma de indiecito.

—¿Y a vos? ¿Él no te gusta?...— repitió su pregunta, con una sonrisa traviesa extendida en sus labios.

—Agus es... Lindo— trate de expresar. Ella rápidamente hizo una mueca, reflejando obviedad, ironía.

—Si te gusta— se respondió su pregunta, asintiendo—. Y si los dos se gustan, ¿por qué no son novios?. A mí el me cae bien, y a Lauti vos también le caes bien, ¿No es suficiente todo eso?— interrogó, como si fuera tan fácil.

Mordí con levedad mi labio inferior, ocultando una sonrisa. Isabella es tan inocente, y a la vez tan pilla. Eso nunca deja de sorprenderme.

—Porque yo no quiero tener novio, estoy bien sin novio— afirme—. A parte Agus es mi amigo, yo lo quiero como amigo— comenté, asintiendo lentamente y reiteradas veces.

sueños | truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora