capítulo trece

349 34 4
                                    

Saboree sus labios por una milésima de segundos, y antes de caer en la tentación, pose mis manos sobre sus hombros y lo empujé por estos.

—¿Que mierda haces, enfermo?— reproche, alejándome.

Él me miró, y aunque al inicio tenía una mueca algo divertida, esta pasó a ser una seria.

—¿Que mierda te pasa a vos, flaca?— cuestionó con un tono bastante brusco, dando un paso hacia mi—. Me odiabas, nos amigamos, y terminaste encarándome cuando estábamos en tu casa... Me fui, creyendo que estaba todo piola, y a las horas me llega un mensaje tuyo diciendo que no querías confundir las cosas, ni que yo flashee... ¿Quien te entiende, Zoe?— ahora quien reprochaba, era él, y supongo que con razón—. Tenés un re mambo en la cabeza, en serio... Posta que me re queme el bocho pensando todos estos días en por qué mierda sos así, y que hice yo para que me cortes el rostro de esa forma— a esta altura, el tono de su voz era de alguien frustrado, y claramente, confundido.

Yo lo observé, anonadada, diría. No me gustaban los planteos, siempre los evité, sin embargo este se me hacía algo interesante...

—Es que las cosas no son tan fáciles, Mateo... Yo se como son las cosas, desde un inicio. Yo se que coger con vos, es dar paso a que empecemos a pasar más tiempo juntos, a que nos veamos seguido, a que nos volvamos cercanos... Y pum, te termines enganchando o las cosas se terminen mezclando— asegure, relamiendo mis labios y manteniendo silencio durante algunos segundos, para luego continuar—. Y cuando yo trate de aclarar las cosas, vos te vas a enojar, y lo más probable es que aparezcas de la mano con Martina, o con alguna hueca, tal y como lo estás haciendo ahora.

—¿Que te hace creer que me voy a enganchar? ¿Que las cosas se van a mezclar?— cuestionó, con sus cejas enarcadas. Yo lo mire, sin saber que responder, completamente en silencio.
Él al notar eso, continuó hablando—. Zoe, vos y yo nos llevamos demasiado mal como para que terminemos siendo "algo", pero sabes qué hay tensión, sabes bien que te pasa algo cuando estamos cerca, y...

—No hables por mi, ni por mis sentimientos— lo interrumpí, provocando en él un nuevo suspiro de frustración—. Habla por vos, y por tu calentura, o sentimientos, o como te guste llamarlos... Yo tengo mambos, una nena y una casa a mi cargo. Vos no tenes los mismos problemas, vos no estás acostumbrado a este tipo de problemas, Mateo— afirme, asintiendo con mi cabeza—. Y yo no quiero estar, ni siquiera de manera sexual, con alguien que no está listo para seguirme el ritmo. Lo que hiciste hoy, es de imbecil, y yo no tolero esas cosas., No por celos, sino porque ese tipo de cosas me demuestran que a la primera de cambio, vos vas a hacer lo posible para joderme la cabeza, y ya la tengo bastante jodida como para engancharme en esas pelotudeces— despeiné mi flequillo, despegándome de la pared, dispuesta a terminar con esta ¿charla?.

—¿Y como se supone que tengo que reaccionar yo si te veo con otro wacho de la mano? ¿Eh?— cuestiono, plantándose frente a mi, haciéndome enarcar una ceja.

—De ninguna manera. Vos y yo no somos nada, a parte de que yo hago las cosas en silencio, no ando paseándome de la mano con el primer pelotudo que me cruce en la calle— le sonreí a boca cerrada, falsamente—. Lo que pase entre vos y yo, pasa entre vos y yo, y en todo caso, las cuatro paredes. Pero de ahí no sale, ¿entendiste?— apoye mi dedo índice sobre su pecho.

—¿Estás accediendo?— murmuro, bajando su mirada a mi dedo, para luego subirla por mis labios y hasta mis ojos, terminando por sonreír.

—No te la voy a dejar tan fácil, Palacios— chiste mi lengua, para luego empujarlo levemente con mi dedo, haciendo que se aleje, ya que inconscientemente se había acercado—. Nos vemos, que te vaya bien con la rubia hueca— le dedique una nueva sonrisa falsa, y me dirigí hacia uno de los portones, trepando con cuidado por este para poder salir.

—Estás enferma— lo oí decir, y una vez que tuve los pies sobre la tierra, desde el otro lado del portón, le respondí.

—No sos el primero que me lo dice— le lance un beso al aire, y comencé a caminar, alejándome lo más rápido posible de aquel edificio.

Nadie, y ni siquiera yo, sabía por que me estaba metiendo en esto. Por que había accedido de esa forma. Era una pelotuda, y me merecía el premio del primer puesto.

Saque de mi bolsillo la etiqueta de cigarrillos y luego de encender uno, comencé a caminar rumbo a mi casa. Faltaban algunas horas para que Isabella saliera del colegio, y ahora que lo recordaba, estábamos a miércoles, día en el cual mi tía la iba a buscar para llevarla a pasar tiempo con mis primitos.

Suspiré, dándole una calada al cigarrillo, pensando en que iba a hacer, ya que hoy tampoco debía trabajar. Había empezado una chica nueva, y a todos nos recortaron las horas para darle algunas horas a ella.
¿Qué significaba eso? Tener que conseguir otro trabajo, de medio tiempo, para aquellas horas y días que tuviera libre.

Mi celular vibro en mi bolsillo, lo saque y mi ceño se frunció con levedad al ver de quien se trataba, aunque debí suponerlo apenas baje de esa reja.

Mateo=
haces algo hoy?

Lo deje en visto, y volví a guardar mi celular en el bolsillo, tomando el camino para ir a mi casa.
¿Así sería ahora?.

Termine de fumar mi cigarrillo, tire la colilla al suelo y la pise para apagarla. Luego, me agache y la levante, tirándola en el tacho de basura más cercano.
Mi mamá siempre hacía aquello, y lo justificaba diciendo: "es una colilla menos ensuciando la calle". De niña me reía, hoy lo hago.

Para momentos como estos, deseaba tener al menos a alguien que cumpliera el rol que ella tenía. Aunque en sueños, añoraba que siguiera siendo ella.
Que fuera ella quien me despertara para ir al secundario, o quien me esperara con la comida al llegar. Durante toda mi vida lo hizo, fue mi compañera y la persona que más se preocupó por mi.
Hoy no había nadie, más que Isabella. Pero era ella quien necesitaba de mi, más de lo que yo necesitaba de ella. Es mi motivo y mi razón de ser, de levantarme y afrontar la vida. De hacerme grande a las patadas.

Quizás necesitaba pasarla bien, aunque sea un rato...

Zoe=
Estoy libre, no hago nada.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 29 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

sueños | truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora