𝐋𝐚𝐳𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐬𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞.[𝐊𝐲𝐨𝐤𝐨 𝐤𝐢𝐫𝐢𝐠𝐢𝐫𝐢]

血─── Capítulo 9.❞

Capítulo 9: Búsqueda.

...•Academia Hope's Peak.

—Hey Kirigiri —saludó el joven, no levanté la cabeza de mi cuaderno para mirarle. Tomé un sonoro sorbo de café con pesadez, quizá si hacía notar de manera más exagerada mi disgusto se terminaría marchando. Con una mano sostenía una lata de café helado que había comprado de la maquina expendedora, con la otra pasaba las hojas de mi cuaderno mirando todas las notas que había escrito desde mi llegada a Hope's Peak, reparando sobre todo en la nota de nombres que me había pasado Celestia.— Quería, esto... disculparme por lo del otro día en la azotea.

Subí una mano a mi cara, apretando mis sienes mientras daba un suspiro molesto.

—Por dios, Hajime —me quejé—. creo que estoy siendo bastante expresiva con el hecho de que me molestas.

El chico me miró, sorbiendo su zumo de una manera que me generó el impulso de darle un manotazo y tirarselo. Suspiré, la verdad es que el chico me resultaba más que sospechoso y molesto aunque la verdad es que el pobre no parecía tener nada que ver con la residencia de Hope's Peak, de hecho, tenía entendido que ni siquiera vivía ahí y mucho menos se relacionaba con los Ultimates, aunque parecía admirarlos excesivamente. Cada día sentía que me frustraba aún más el repentino interés que parecían tener todos sobre mi.

Mis ojos seguían fijos en él, quien parecía apenas inmutarse con mis palabras frías, su expresión era de cierta incomodidad pero  a la vez parecía no importarle mucho... nada en absoluto. 

—Mira, Hajime... —Cuando estaba por continuar sentí una chispa en mi cerebro, me detuve un segundo mirando a mi compañero. Quizá podía serme de cierta utilidad, no parecía precisamente un mal chico, no tenía idea de sus intenciones pero podía intentar sacarle cierta información aprovechando su interés acérrimo por los Ultimates.— ¿Te gustan mucho los Ultimates verdad?

—Así es, ¿por qué preguntas? —El chico se veía ahora confundido mientras me miraba con tranquilidad.

—Hagamos esto, durante el almuerzo puedes sentarte conmigo y hablar todo lo que quieras sobre eso —dije, notando claramente alegría en su cara mientras se acercaba a mi con emoción, tuve que detenerle alzando mi mano hacia él.— A cambio necesito que por favor dejes de seguirme por la escuela como si fueras un niño pequeño que no se quiere separar de su madre, ¿vale?

Hajime se llevó la mano al pecho haciéndose el dolido antes de que le dejara sentarse a mi lado. Cerré mi cuaderno, no quería arriesgarme a que pudiera ver nada, aunque dudo que pudiera entender mis garabatos apurados y flechas de un lado a otro que para cualquier otra persona que no fuera yo no tendrían ninguna lógica o significado.

—Mira, yo... se sabe por toda la academia que vives en la residencia de los Ultimates —explicó Hajime, jugando ahora con el envase vacío del zumo que sostenía en las manos. Suspiré mientras terminaba mi café, era de esperarse que tarde o temprano se sabría, y aún me costaba entender la razón por la que a todo el mundo le interesaba saber aquello—. Y bueno, digamos que el hecho de que vivas literalmente con los Ultimates pero estés un una clase como la mía es, bueno, bastante raro.