3. Anchor ✔️

7.

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Después de que Draco y Narcissa ayudaran a Alexandra la mañana de Navidad, la habían dejado sola durante más de una semana mientras Voldemort intentaba idear un nuevo plan. Quería hacerle daño, pero la necesitaba viva y cuerda hasta que pudiera capturar a Harry Potter y matarlo delante de sus ojos. Hacer esto, pensó, sin duda destruiría la única cosa que la hace tan poderosa; el amor.

—"Sigue viva",— le dijo Draco a Ginny cuando regresó a Hogwarts. —"Al igual que Luna".

Al borrar los recuerdos de Hermione aquella noche en la Torre de Astronomía, también borró cualquier recuerdo que ella tuviera de él sugiriéndole el Juramento Inquebrantable. Pero no sabía que Ginny también conocía esa información. Sin embargo, ella decidió evitarle la vergüenza y no mencionó que sabía de su desesperación.

—"Todavía no he podido contactar con Harry", —le dijo Ginny. —"Pero seguiré intentándolo".

Su conversación terminó tan rápido como empezó, separándose los dos y regresando a sus respectivas casas.

Tres días después de Navidad, el patronus de Snape finalmente se acercó a Harry. Atrayendo a Harry a un lago helado, el patronus le reveló la ubicación de la Espada de Gryffindor, el objeto que más tarde se utilizaría para destruir el medallón. Más o menos al mismo tiempo que Harry encontraba la espada, Ron había regresado.

Hermione, que se había quedado en la tienda, sostenía entre los dedos la llave de Alexandra. Al rebuscar en su bolso algo de ropa, Hermione tropezó con el pequeño objeto.

La llave no tenía ningún número grabado, lo que significaba que no era para ninguna cámara acorazada. La única otra opción que se le ocurrió fue que tenía que abrir algo dentro de Hogwarts.

—"Traedme a la chica",— exigió Voldemort, esperando a que Alexandra fuera arrastrada a su presencia una vez más. Hizo un gesto para que todos los demás se marcharan, decidiendo que era el momento de hablar con ella a solas. —"Te lo advertí".

—"Lo sé", —respondió Alexandra, observando cómo se acercaba a ella. —"Estaba dispuesta a morir por mis amigos entonces, y estoy dispuesta a morir por ellos ahora".

—"Una vez admiré tu valor",— le dijo él, rodeándola. Se detuvo cuando estuvo de nuevo frente a ella. —"Fui un tonto al pensar que podríamos gobernar juntos".

—"Fui tonta al pensar que podría amarte", — le dijo ella. Él se rió.— "¿Por qué me has llamado?"

—"Únete a mí", —le ofreció, sonriendo casi diabólicamente. —"Vuelve a la vida que una vez viviste, Alexandra. Tu familia..."

—"Tengo una familia", —dijo ella con severidad.

—"Una familia que no te quiere, que no puede protegerte", —continuó. —"Únete a mí,  y sus vidas serán perdonadas".

—"Todo lo que te dice, todas las promesas que te hace son mentira", —resonó la voz de Ron en la cabeza de Alexandra. —"No cedas ante él a menos que sea absolutamente necesario, ¿lo entiendes?".

—"No", —le dijo ella. Al no gustarle su respuesta, Voldemort lanzó a la chica contra la pared detrás de ella y le rodeó el cuello con la mano, sin sentir nada. Alexandra, sintiéndose bastante segura a pesar de su situación actual, decidió darle una explicación a su respuesta. —"El amor es debilidad".

Sacando su varita, Voldemort volvió a torturarla. Con su agarre alrededor del cuello, Alexandra era incapaz de respirar. Cada grito le apretaba el pecho y los pulmones hasta que todo el aire quedó atrapado, haciendo que se desmayara por completo. Voldemort se aseguró de que Harry Potter pudiera ver el daño que había hecho, dejando caer a la chica inconsciente en el suelo antes de escoltarla de vuelta al sótano.

—"¿Qué pasa, Harry?" —preguntó Ron, corriendo hacia su amigo.

—"La está matando", —admitió Harry, recuperando el aliento. —"No puedes decírselo a Hermione".

—"¿Estás loco? Están torturando a nuestra amiga-"

—"No podemos ir a buscarla sin un plan, o lo más seguro es que la mate",— se defendió Harry, disgustado también por lo que tenía que decir. Lo único que deseaba era que su amiga estuviera a salvo, pero tampoco podía confiar en lo que estaba viendo. Voldemort ya le había metido falsos recuerdos en la cabeza antes, y no podía volver a caer en ellos sin arriesgar tanto la vida de Alexandra como la suya propia, la de Ron y la de Hermione. Hasta que no supiera con certeza dónde estaba Alexandra, no podía hacer ningún movimiento.— "Sólo tienes que confiar en mí".

—"Si ella muere..." —comenzó Ron, caminando amenazadoramente hacia Harry con la espada aún en la mano. Después de su partida, se quedó en Shell Cottage con su hermano. Juntos hicieron todo lo posible por encontrar a Alexandra, pero no tuvieron suerte. Ron mencionó la posibilidad de que estuviera retenida en Malfoy Manor, pero incluso Bill dijo que era peligroso ir sin un plan. Esa fue la razón principal por la que Ron decidió volver con sus amigos; pensó que la única forma en que podrían ayudar a Alexandra era juntos.

—"Lo sé", —respondió Harry, poniéndose de pie y quitándose las hojas de los vaqueros. —"Recuerda, no-"

—"No le digas nada a Hermione",— terminó Ron. Ya se sentía culpable por haberla dejado, y ahora tenía que mentirle. —"Entendido.

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