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Aunque Alexandra esperaba que su vida volviera a ser normal de inmediato, se encontró con muchas dificultades. No podía comer mucho a pesar de los platos de maravillosa comida casera que le ofrecían, y no podía dormir a pesar de la cama tan cómoda que le habían dado. Se estremecía ante cualquier ruido que le pareciera fuerte y se negaba a mirarse al espejo por miedo a lo que pudiera ver. Estaba mejorando físicamente, pero no tanto mentalmente. Harry, Ron y Hermione hacían todo lo posible por ayudarla, pero nunca entenderían por lo que había pasado en aquella casa, y eso era algo que tenían que aceptar.
—"Creo que por fin se ha dormido", —susurró Hermione, uniéndose a sus compañeros escaleras abajo.
—"¿Qué tan lastimada estaba?"— le preguntó Harry a Luna, sabiendo que era inapropiado preguntarlo, pero dejándose llevar por la curiosidad.
—"La torturaba casi todos los días. Cuando él no estaba, Bellatrix Lestrange ocupaba su lugar. Era bastante horrible oírla gritar tanto", —explicó Luna.— "A veces le ponía la mano alrededor del cuello mientras la torturaba hasta que no podía respirar. Al principio tenía cuidado de mantenerla con vida, pero cada vez era más imprudente. Tuvo suerte de que llegaras cuando lo hiciste".
Los tres amigos se miraron, sintiéndose igualmente culpables por haber esperado tanto. Dejaron que el miedo les nublara el juicio, y su amiga sufrió mucho por ello.
—"Tienes mucha suerte de que Malfoy no te delatara, Harry. Si Hermione no te hubiera hechizado..."
Su conversación fue interrumpida de repente por un fuerte golpe en la puerta. Todos volvieron la cabeza y Bill sacó inmediatamente la varita.
—"¿Quién es?" —Preguntó.
—"¡Remus!" —Sonó una voz familiar. Harry se relajó por un momento, pero la relajación se convirtió en miedo cuando pensó que algo debía haber pasado para que Remus apareciera tan de repente, sobre todo cuando Remus declaró que su visita era la de una emergencia.
—"Lupin",— dijo Bill en voz baja, corriendo hacia la puerta para dejarle pasar. Su rostro contenía una sonrisa al entrar en la habitación, mirando a su alrededor para ver quién estaba allí antes de empezar a animarse.
—"¡Es un niño!"
Todos se pusieron de pie de un salto en celebración, dándose cuenta de que quería decir que Tonks finalmente había dado a luz a su hijo.— "Le hemos puesto Ted, como su padre".
—"¡Felicidades!" —Hermione chilló.
—"¿Ha nacido el bebé?" —preguntó Alexandra, bajando las escaleras para reunirse con ellos. Se había quedado dormida, pero los golpes en la puerta la habían despertado.
—"Sí, sí, un niño", —sonrió Lupin, asimilando el aspecto de la niña. Decidió no hacer preguntas por el momento y dejarla celebrar con todos. Por un momento, volvería a sentir que pertenecía a un lugar.
—"Felicidades", —sonrió ella. Él la saludó con la cabeza. Durante la siguiente hora más o menos, todos excepto Alexandra empezaron a beber vino para celebrarlo.
—"Tal vez una copa te ayude a dormir por fin",— ofreció Hermione, tendiéndole a su amiga un vaso pequeño. —"¿Recuerdas la última vez que bebimos juntas? Fuiste y te besuqueaste con Malfoy".
—"Sólo después de que Ginny y tú os durmierais encima de mí",— sonrió Alexandra. Ambas chicas rieron, recordando vagamente la noche del decimoséptimo cumpleaños de Alexandra. Hermione metió la mano en su calcetín, sacando la bolsa que tanto divertía a Alexandra. Sacó tres collares: uno con una esmeralda verde, otro con un amuleto de ancla y otro con la llave que le había dejado Dumbledore. Hermione colocó con cuidado los tres alrededor del cuello de su amiga, observando cómo sonreía.
—"¿Me mandas con Lupin, entonces?". —preguntó Alexandra, preguntándose por qué Hermione le había devuelto sus cosas ahora. Hermione asintió.
—"También tengo tu varita", —explicó Hermione, tendiéndosela.
—"Puedes quedártela. La necesitarás más que yo", —sonrió Alexandra.— "Además, ya tengo una. Me la regalaron y prefiero no dejarla ir".
—"¿Estás segura?" —preguntó Hermione. Alexandra asintió. —"Haré lo posible por no romperlo".
—"Te lo agradezco", —se rió Alexandra.
—"Será mejor que nos vayamos, querida. Todos tienen muchas ganas de verte en casa de Muriel" sonrió Lupin, ayudando a Alexandra a levantarse del sofá. Sabiendo que estaría en compañía de su familia, se sentía mucho más cómoda saliendo de la cabaña que antes. Además, estaba bastante emocionada por ver a Ginny y a los gemelos. Si alguien podía animarla, eran ellos.
—"Ten cuidado", —le suplicó Hermione, saltando del sofá y tirando de la chica en un fuerte abrazo.
—"Dile a mi familia que los quiero, ¿quieres?". —Preguntó Ron, uniéndose a ellos. Alexandra asintió.
—"Repasa tu oclumancia", —ordenó Harry. —"No le dejes entrar".
—"No hagáis que os maten", —suplicó Alexandra, agarrándose a cada uno de ellos.
—"No podemos prometer nada", —bromeó Ron, haciendo que Hermione lo golpeara.— "Lo siento. Mal momento".
—"Nos veremos pronto. Intenta descansar un poco. Nunca se sabe cuándo puede pasar algo, y necesitas estar lo mejor posible".
—"Buen trabajo asustándola, Hermione", —argumentó Ron.
—"Vamos, entonces",— animó Lupin, notando que la conversación se intensificaba.
—"Gracias por todo. A todos", —sonrió Alexandra, despidiéndose de todos con la mano antes de salir de la cabaña.
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3. Anchor ✔️
De Todo"Esta ancla es para representar la paz, la fuerza, la determinación y la pasión, todo lo cual nunca debes dejar ir". Orden de la saga 1. Touch ✔️ 2. Dove✔️ 3.Anchor ✔️ Traducción Autorizada por: @modern-july