32. "Vergüenza"

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Sakura lo esperó fuera de la sexshop, le había dicho a Naruto que debía ir a Hoorn a comprar cosas para la despensa y que ella lo acompañaría para guiarlo. Le sabía muy mal haberle mentido, y sobre todo sentía vergüenza de tener que recurrir a ese tipo de objetos. Al salir desvió la mirada avergonzada y frotó su nuca con hastío.

—¿Algo te gustó?— preguntó ella en tono fastidioso.

—Odio todo ésto— farfulló de mal humor, metiendo la bolsa pequeña de la sexshop, dentro de las otras compras.

—Es temporal. Aunque después pueden jugar los dos— le dió un codazo cómplice ante la sugerencia —Yo sigo diciendo que deberías comentarle.

—No puedo...— confesó —Además de que debe estar de reposo, pensará que yo estoy tan acostumbrado a... Es patético de mi parte no poder resistir la abstinencia— se reprendió a si mismo y comenzó a caminar cuando la mirada de Sakura se tornó comprensiva.

—Él no lo creería— dijo ella, apresurándose para seguirle el paso —Sasuke, Naruto te conoció en ese mundo, te amó sin importar nada. No puedes ahora sentirte culpable al tener deseos sexuales, simplemente porque te hayas dedicado a "eso"— murmuró muy bajo —Son una pareja ahora, y he sido testigo de lo devoto que eres con él. También es su deber corresponderte...

Sasuke apretó el agarre en las bolsas que llevaba y suspiró. Sakura tenía razón, pero el comprenderlo por alguna razón no le hacía sentirse mejor. Al llegar a un aparcamiento, esperó a que ella sacara su scooter y luego en silencio hizo todo el viaje hasta su casa. No entró, solo le dió una sonrisa de ánimo y se despidió antes de tomar el camino de vuelta.

—Llegaste...— exclamó Naruto sentado frente a la televisión cuando él abrió la puerta —¿Se divirtieron? Que envidia me dan...— rechistó.

—Solo fuimos al mercado. Estoy dejando el tour por Hoorn para cuando te recuperes— dijo cariñoso y se inclinó para darle un beso en los labios —¿Tomaste tus medicamentos?

—Sip...— sonrió alegre.

—¿Deberíamos comprar un auto?— preguntó desde la cocina mientras desempacaba las compras y escondiendo la bolsa de la sexshop en un cajón inferior de la encimera —No podemos depender de Sakura cada vez que necesitemos ir por víveres.

—Mmh, yo no sé conducir— rió el rubio acercarse entonces —¿Tú...?

—Ni idea— confesó con una sonrisa resignada —Quizás un scooter como el de ella. Es más fácil de aprender mientras tomamos clases de manejo.

—Es buena idea, además de que me estarías abrazando todo el trayecto— señaló en tono juguetón y Sasuke carraspeó ante el pensamiento —¿Cocinarás algo delicioso para mí hoy?

—Sí, ¿qué quieres comer?— respondió con dulzura mientras seguía desempacando.

—Las empanadas de carne que hiciste aquel día en tu departamento.

—¿Eso...?— preguntó sorprendido —Puedo hacer algo mejor.

—Amo todo lo que sabes hacer, y me gustaría seguir descubriendo cosas, pero también extraño otras— no supo si fué su imaginación, pero las últimas palabras se escucharon algo sugerentes.

—Empanadas serán entonces— respondió ansioso y se dió la vuelta para guardar alimentos en la nevera. Al terminar y cerrarla, su mano quedó en la puerta cuando sintió a Naruto rodearlo con un abrazo.

—¿No me extrañas a mí?— preguntó con voz melosa.

—Estamos juntos todo el tiempo— señaló nervioso y cerró los ojos cuando otra vez Naruto buscó el contacto con la piel de su abdomen, acariciando sus costillas y subiendo a su pecho.

—Sabes a lo que me refiero— bramó ronco y deseoso.

—No pienso en eso— se forzó a mentir, provocando que su pareja se alejara y lo mirara confundido.

—¿Es por mi cabello?— preguntó ofendido en tono infantil.

—¿Qué?— Sasuke rió y negó, olvidando su nerviosismo.

—Ya está creciendo— Naruto se frotó los cortos mechones rubios, intentando peinarse en vano.

—No seas tonto, no me importa tu cabello— resopló Sasuke —Es solo que...— relamió sus labios al recordar el consejo de Sakura, pero luego negó, incapaz de decirle —Es importante que te cuides. Ya habrá tiempo para esas cosas.

Naruto rodó los ojos con fastidio, pero su molesta se borró al recibir un beso delicado en sus labios. Se quedó en la cocina mientras Sasuke se afanaba en cocinar, intentando incluso hacer algunas empanadas y provocando la risa de su novio cuando éstas le salían todas chuecas o aplastadas, pero el rato en su compañía era increíble. Su chico lo estaba haciendo bien, poniendo todo su esfuerzo en mejorar lo antes posible, ¿por qué no podría él aguantar un poco más?

Sí, sería más fácil si Naruto no luciera como un maldito dios griego incluso después de llevar meses en recuperación. Eso pensó mientras esperaba en la cama a que se vistiera después de una ducha nocturna. Como hacía en varias ocasiones, se quedó a su lado mientras Sasuke ensayaba su lectura bajo la luz de la laparita. Con amabilidad le corregía sus errores y le daba pequeños besos como premio cuando lograba una oración completa sin equivocarse, leyendo en alta voz. Pero cuando las luces se apagaban y el rubio caía dormido a su lado, Sasuke seguía despierto.

En la oscuridad y el silencio, la respiración de Naruto se escuchaba lenta y seductora, pero eran los fuertes latidos los que en verdad le hacían sentir su presencia. Sasuke se apoyó en su codo buscando ver sus facciones; esos labios entreabietos eran una tentación, y su mandíbula fuerte lucía demasiado sexi, así como el inicio de sus clavículas que levemente se asomoban en el cuello de su pijama. Solo un poco no haría daño, quizás si se tocaban... Cualquier cosa junto a él lo complacería a esas alturas, y Naruto había expresado también su deseo más de una vez. Sin embargo, cuando tuvo la intención de despertarlo buscando atenciones, el rubio se volteó en sueños dándole la espalda y mostrándole la cicatriz de su cirugía destrás de la oreja izquierda.

Sasuke apretó sus labios ante la dolorosa punzada y negó al alejarse. Su respiración estaba errática, sus pantalones apretados, el deseo lo quemaba, pero simplemente no podía inmiscuir a Naruto en sus porquerías. En silencio se puso de pie y bajó las escaleras hasta la sala de estar. Terminó sentado en el sofá con la bolsa de la sexshop a un lado, indeciso a empezar.

—Dios, que patético...— siseó entre dientes cuando su erección latió por décimas vez. Entonces miró hacia las escaleras y después de un suspiro, sacó el dildo de su estuche y junto con el pomo de lubricante que había comprado.

Se quitó sus pantalones de pijama y acostádose en el sofá, comenzó a tocarse suavemente hasta que él impulso de llevar sus dedos atrás le hizo levantar las piernas. Morder sus labios le evitó hacer más ruidos que no fuera el chapoteo de sus dedos húmedos y resbalosos. Luego tomó el dildo y lo introdujo lentamente, jadeando mudo y encorvando su espalda ante la añorada sensación de estar lleno. Utilizó la otra mano para masturbarse y pronto sus jadeos mostraron la proximidad de su orgasmo. Sin embargo, su excitación cayó en picada cuando levantó la vista y vió a Naruto de pie en las escaleras.

Sasuke se incorporó rápidamente con el rostro tan rojo y avergonzado, que solo atinó a bajar la cabeza mientras escondía el dildo entre los cojines. Maldijo infinitas veces aún con la expresión seria de Naruto en su memoria, y más cuando escuchó los pasos de éste al subir la escalera sin decir nada.

—¡Mierda, mierda, mierda...!— gruñó angustiado y golpeó el sofá.

HeartBeat (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora