20. "Una promesa"

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Aún tenía un terrible mareo, que hacía que las luces de la sala del hospital le molestaran mucho. Había despertado con un pijama azul y una solución salina intravenosa. No estaba seguro de lo que había pasado, solo recordaba a Yahiko poniendo una inyección en su brazo.

Una enfermera entró a ver su estado, pero no dijo palabra, y tampoco él preguntó nada. Par de horas después, Shikamaru llegó. Ese semblante somnoliento que siempre tenía, ahora estaba transformando en uno severo y contraído. Sasuke esperó a que hablara, pero fué una doctora que entró detrás, quien lo hizo con un saludo formal.

—Es él...— señaló Shikamaru, y ella asintió seria, para mirar la tablet que traía en sus manos.

—¿Usted es la pareja de Naruto Namikaze?— preguntó. Sasuke se sintió aún más desorientado ¿Pareja? ¿Namikaze? ¿Por qué de repente esa mujer hablaba de Naruto?

—Yo...— murmuró.

—Sí, es él— siseó Shikamaru con voz quebrada, lanzándole una mirada fría.

—Sé que es mal momento, pero necesitamos informarle a alguien cercano de su condición— señaló la doctora.

—¿Condición?— inquirió ¿Naruto también estaba en el hospital?

—¡El hijo de puta de ese ruso le disparó en la cabeza!— la oración salió como una puñalada de la boca de Shikamaru. Sasuke se quedó tan quieto, que su pecho apenas se movía al respirar.

—Le realizamos una trepanación de emergencia, pero ninguno de los cirujanos nos atrevimos a sacar el proyectil. Es una operación muy costosa y difícil, y el paciente fué diagnosticado recientemente con muerte cerebral. No despertará del coma. Debemos obtener su consentimiento para desconectarlo del respirador.

—¡Dí algo!— exigió Shikamaru, al ver que Sasuke no respondía, y sacó de su saco las pertenencias de Naruto.

Sobre sus piernas cayeron su billetera, el celular y las llaves de su departamento.

—No... no tiene mi consentimiento— raspó y luego se arrancó la aguja del dorso de su muñeca. La doctora se acercó para detenerlo cuando intentó ponerse de pie, pero Sasuke la alejó con un gesto.

—Espere, aún tiene... Por favor— intentó ella —Cálmese, lo llevaré a verlo.

—No quiero verlo— respondió —No quiero saber nada de él, nada de nadie...— gritó tembloroso y desorientado.

—¡¿Entonces por qué lo quieres mantener así?!— reclamó Shikamaru.

—Si lo que te preocupa es la factura del hospital, yo la pagaré. Deja de joder...— gritó y con las pertenencias de Naruto salió del hospital haciendo caso omiso del llamado de los médicos y las enfermeras.

Las personas lo miraron cuando llegó a la calle, pero Sasuke estaba tan encerrado en si mismo, que no le importó recorrer las avenidas de Amsterdam descalzo y en pijama médico, sin poder entender del todo lo que estaba pasando.

+++

Ese lugar le era demasiado familiar, un pequeño portal en la parte posterior de la casa, donde su abuelo solía seleccionar la fruta antes de meterla en cestas y pasarlas a la tienda. A pesar de la confusión, Naruto se alegró al ver al viejo de cabello cano, sentado en una mesedora tomando la brisa perfumada que llegaba allí, después de recorrer los sembrados de flores.

Había tanta paz, que solo se sentó a su lado y suspiró.

—Siempre apresurándote— regañó el viejo, mientras se mecía lentamente, mirando hacia el horizonte.

—Lo siento, abuelo— respondió y miró sus manos, ahora limpias, al igual que su ropa.

—Hasta eres torpe para morir. Siempre deseé que tuvieras una larga vida, y tú insistes en meterte en problemas.

—Él me necesitaba...— afirmó en voz baja y tocó su pecho cuando pensar en Sasuke aceleró sus latidos.

—Sí, y por su culpa no puedes pasar al otro lado— señaló severo, al fin volteado a mirarlo. Naruto frunció el ceño sin entender —El juramento que hiciste de protegerlo te mantendrá en la tierra hasta que ese chico deje de sufrir.

—¡¿Entonces podré verlo de nuevo?!— preguntó entusiasmado, recibiendo un golpe en su nuca.

—¿Serás tonto, muchacho? ¿Eso es lo que te preocupa?

—Pues sí...— sonrió, pero luego esa expresión se borró cuando pensó en como debería estar Sasuke en ese momento —¿Qué debo hacer?

—Tú no puedes hacer más, solo esperar a que él supere sus demonios por sí mismo. No será algo bonito de presenciar, y cabe la posibilidad de que nunca lo haga.

—Yo confío en que podrá— afirmó, apretando sus manos entre sí.

—También confiaste en que ese sujeto había quedado fuera de combate, y mírate aquí, con un agujero en la cabeza, ni vivo ni muerto.

—¿Qué pasó con él?— preguntó frío.

—Huyó...

—No...— murmuró furioso y el cielo del paisaje, como respondiendo a su estado de ánimo, se nubló —Debo volver con Sasuke, él está en peligro aún. Abuelo...— llamó al ver que no decía nada al respecto. Entonces se levantó y arrodilló delante de él, apoyando la cabeza rubia en sus rodillas.

—Sí hubiera podido quedarme más tiempo contigo, a lo mejor no fueras tan alocado— dijo el viejo, colocando una mano cálida sobre su cabello —Aún así, estoy muy orgulloso de tí.

—Gracias, abuelo— balbuceó sentido, y luego miró los ojos negros del anciano.

—Anda ve, observa como la rueda avanza con el impulso que le diste.

La imagen del anciano desapareció junto a su antigua casa, y Naruto regresó a la tierra, pero no el lugar que esperaba, sinó en el departamento de Sasuke. Miró sus manos; su cuerpo no más que un espectro blanco intangible. Era genuinamente su alma la que estaba en el cuarto vacío.

Cuando la puerta se escuchó, giró rápidamente. Sasuke había entrado. Caminó hasta él ignorando sus pies sucios y la ropa que vestía, pero por más que lo llamaba o quisiera tocarlo, no pudo. El pelinegro dejó caer en la cama unos objetos que identificó como suyos y luego se acostó en el suelo, mirando hacia el techo.

Lo siento...— murmuró al ver sus ojos aguados, pero ni una sola lágrima salió. Sin embargo, a Naruto no le hacia falta verlo llorar para reconocer el dolor. Cuando Sasuke se giró para adoptar una posición fetal, supo que estaba complemente roto.

Se suponía que debía dejar de sufrir, ¿entonces por qué parecía que deseaba morir también?

HeartBeat (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora