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Primera parte: La sala


Seúl, Corea del Sur

Jaemin

—Voy a matarlo

—Cálmate, ¿quieres? no debe tardar en llegar.

—Es de mi hermano de quien estamos hablando, ¿sabes? Ese hombre es capaz de llegar tarde a su propio funeral

—Basta, no estamos ganando nada con pelear

—¿Y qué quieres que hagamos? ¿Nos sentamos como si nada?

—¡Yo no dije eso! Digo que deberíamos llamarlo para ver dónde demonios está

—Jaemin debe llamarlo, es su hermano

—Exacto, lo que significa que si yo lo hago, voy a encontrar la manera de traspasar la línea y sacarle los ojos

—Tienes razón, Jaemin no

—¡Llámalo tú! A ti te gusta

—¿Y eso qué tiene que ver con esto?

—Mucho, para empezar con que tú le dijiste que no era necesario que nos diera la pista ayer, ah no, Mark pensó que no pasaba nada si nos la hacía llegar hoy, ¡como si no lo conocieras!

—Es porque él dijo que aún no estaba lista! Tenía detalles que ajustarle, sólo quería que fuera perfecta

—Deja de justificarlo y ve a llamarlo o yo me voy a asegurar de que los dos estén muertos antes de la tercera llamada— dije empujándolo, para que fuéramos los tres a la salida

—¡Bien, cálmate!

—LLÁMALO— gritamos Jisung y yo al unísono, ambos sabíamos que él era la única persona a quien le respondería aún si estuviera en problemas.

Mark al fin tomó el teléfono, y se volteó al realizar la llamada para ocultar de nosotros su expresión preocupada, pero puso el altavoz para que pudiéramos oírlo también.

—Hola guapo— su voz se escuchó al otro lado de la línea y casi pudimos ver cómo sus mejillas se enrojecían, pero fue interrumpido por Jisung antes de que pudiera emocionarse de más

—Que no te distraiga con sus encantos!— lo volteó por los hombros hacia nosotros y lo zarandeó un poco, haciéndolo enfocarse.

—Hola Hyuck— dijo con una sonrisa que no pudo evitar— oye, eh... están por dar la tercera llamada ¿estás muy lejos?

—No realmente... es sólo que tuve un pequeño percance

Se materializó un silencio sepulcral entre nosotros, sabíamos que lo que se venía no era bueno.

—¿Qué clase de percance?

—Digamos que perdí de vista el disco por un momento.

Más rápido de lo que yo pude reaccionar, Jisung ya estaba sosteniéndome por los brazos, vaya que me conoce bien

—¿Qué?... pero ya lo tienes, ¿no? Por Dios dime que lo tienes, estamos arruinados si no

—Tranquilo, ya estoy en el metro, voy corriendo hacia allá— y en efecto, por el altavoz se escuchó el sonido que el transporte hace para anunciar que está por cerrar las puertas, junto con un quejido de Haechan

—¿Hyuck?¿Hyuck estás bien?

—Sí, agh... es sólo que corrí para alcanzarlo y me aplastó un poco la puerta

c1b3r l0v3 [nct dream]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora