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Jisung

No dormí absolutamente nada.

Bueno, un par de horas, pero, ¿alguna vez, aunque duermas, te ha pasado que es como si no hubieras descansado en absoluto? Pues eso me pasó hoy.

Las piernas me duelen terriblemente, y siento que los brazos me pesan una tonelada cada uno. Estoy comenzando a arrepentirme de haberme quedado practicando todo lo que pude. Pero supongo que no puedo, es extraño, es como si se lo debiera a mis amigos.

No me mal entiendas. La competencia comenzó siendo algo para ayudar a Jaemin, pero es gracioso, ahora es igual de importante para todos.

Me levanté mucho más temprano que de costumbre, tengo que dejar hechas todas mis tareas de la escuela para que el grupo de hoy pueda salir en tiempo y yo pueda ir con los chicos al estudio de Ten. Así que voy a la cocina para servirme el desayuno. Como rápido y cuando termino, me dirijo a los establos.

Debo limpiar 8 caballos y preparar el mismo número de equipos. Sillas para montar, cascos y demás cosas para que la clase fluya como debe, y mientras hago todo esto, aunque no lo creas, en mi mente sigo y sigo bailando sin parar, es como si esa coreografía se me hubiera tatuado en la cabeza. 

Estoy por terminar cuando escucho que la puerta se abre, no volteo, pues es demasiado temprano y seguramente debe ser mi papá o hasta mamá. Así que me sorprendo cuando algo se materializa a mi izquierda y lo que veo, es a Chenle. Lo que me faltaba, estresarme en un día tan importante.

Trato de no hablarle, porque si no le hablo debería no hablarme a mí tampoco, con la vista periférica, puedo ver que comienza a pulir la silla que me faltaba, y es perfecto, pues el tiempo extra me viene de maravilla, así que, cuando termino la que yo tenía en las manos, me quito los guantes y los pongo en su lugar antes de marcharme.

—Jisung— él me llama cuando estoy a punto de llegar a la puerta. No lo puedo creer, te lo juro.

—¿Sí?— respondo sin voltear.

—¿Te vas ya?

—¿Por qué?

—Necesito hablar contigo.

—Llevo prisa, tendrá que ser en otro momento.

Escucho que resopla tras de mi, como si estuviera cansado.

—Nunca hay otro momento si se trata de hablar conmigo, ¿no es así?

—Que bueno que lo entiendes— retomo mi marcha e intento salir del establo, pero antes de que la puerta se cierre, la detiene, y así es como sé que ahora viene tras de mí.

—¡Jisung!

—¿Qué rayos quieres?

Él tira ligeramente de mi brazo y me voltea, para que ahora estemos de frente.

—No puedes seguir evitándome, ya es suficiente, tú sabes que tenemos que hablar, y lo intento, ¡pero es ridículo! No puedo entrar a una habitación sin que te marches, ya me cansé de seguirte a todos lados tratando que me escuches

—Pues no lo hagas, no hay absolutamente nada de lo que yo deba hablar contigo, y ya te lo dije, tengo muchísima prisa.

—¿Cómo puedes decir que no hay nada de lo que debamos hablar? Sucedió hace días, no puedes fingir que no fue así, ¡acéptalo! ¡Nos besamos! ¿Qué tiene eso de malo?

—¡Cállate!— intento safarme de su agarre, pero él me atrae un poco más y me resulta imposible.

—Jisung, sé que sentiste lo mismo que yo, te hubieras separado al instante si no hubiera sido así.

c1b3r l0v3 [nct dream]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora