~5~Escondidas

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Al salir Rubius por fin pudo ver la gran ciudad, gracias a la capa y la mascara el miedo de ser visto no lo atormentaba. Aunque no muchos sabían del hijo del cura, era obvio que por las características inconfundibles del joven la gente estaría hablando de el y el cura podría enterarse de su salida. Ahora por fin vería todo lo que en libros había imaginado. Los chicos le mostraron la calle principal llena de casonas y varias tiendas tanto de empeño como comercio en general en donde quedo fascinado, los olores del mercado se mezclaban y aunque al principio le costo acostumbrarse ver como todos sus amigos lo cuidaban le izo querer seguir con su paseo así que para descansar lo llevaron a la gran plaza central y decidieron comer algo. La plaza central de la ciudadela se encontraba al rededor de grandes tiendas de alimento o abarrotes, poseía varios arboles con diversos tonos de hojas y pequeñas bancas para sentarse, en le centro de esta una gran pileta con esculturas.

La tienda de dulces y panes era bastante hogareña y era atendida por un joven de cabello negro, quien conocía al grupo, pues varias veces habían pasado a comprar ahí. En esa tienda se encontraban varios mostradores donde divisabas las exquisiteces que preparaban, galletas, dulces y tartas además del pan. El estilo de esta era como de una gran cabaña con tonos café, donde en unas cuantas mesas la gente se relajaba a conversar y comer.

La panadería ofrecía varias delicias, que ya había probado pero ahora veía la dulce y gran tienda. Los chicos se decidieron por comprar galletas y aunque el chico que los atendió quedo bastante sorprendido del nuevo chico que acompañaba al grupo, cuando vio como este levantaba su mascara hasta dejar su boca descubierta, no dejo de mirar esos labios algo carnosos de color rosa, para su mala suerte los chicos se lo llevaron a la plaza.

A: Rubius ¡que haces¡ no deben ver tu rostro recuerdas- preocupado-

R: perdón, es que el aroma era tan delicioso y tenia hambre

Alexby: bueno ya no importa ¿Qué te parece hasta ahora la ciudad?

R: es mas bella de lo que imagine

M: y aun faltan lugares por recorrer

L: aun no has visto nada

Los chicos querían mostrarle toda la cuidad pero la hora cada ves avanzaba y si no llegaban a la iglesia , sabrían de su ausencia y aunque antes se habían salvado esta ves si salieron y el temor al castigo de no volver a ver a sus amigos izo que decidieran volver. Una ves de vuelta en la biblioteca el cura fue a buscarlo y hay estaban todos, por suerte, el cura no sospecho nada y sus amigos se fueron a casa con la promesa de verlo para mañana.

Rubius esa noche antes de dormir quiso recordar de nuevo todo lo que había visto, lo bien que lo paso y lo hermosa que era la ciudad, el cura por otra parte se adentraba en su cuarto para descansar después de un largo día, cada ves estaba mas cansado, necesitaba ayuda pero su hijo no podía con la iglesia, tendría que pedir otro cura. Después de eso un pensamiento cruzo su mente, el se encontraba cada ves más cansado, si el no estaba aquí mas, quien cuidaría de Rubén, tantos años cuidándolo del mundo, que pasaría cuando el saliera, parecía que su decisión de alejarlo del mundo fue la incorrecta, ahora parece una idea ridícula.

Pero sabia que si algo pasaba al menos tenia amigos, ahora después de años donde lo había encerrado había decidido que era tiempo de que conociera el mundo. Después de todo sus amigos cuidaban bien de el. Quien pensaría que el mismo día en el que Rubius sale, el cura, su padre quien quería mantenerlo a salvo de todo se daría cuenta de que hacerlo salir al mundo seria lo mejor para cuando el ya no estuviera para el.

Por suerte el cura tenia una cabaña a las afueras de la gran ciudad, su antigua casa, para cuando no estuviera Rubius viviera cómodamente, aunque paso su vida en la iglesia no podría quedarse si otro cura llega, solo podría ser un ayudante y ya, por su conocimiento de como es la iglesia, a menos que se convierta en cura, no podría seguir si el no esta.

Para el cura Rubius tenia mucha curiosidad como para ser cura o quedarse para siempre aquí en la ciudad, aunque el esperaba que Rubius tuviera a alguien que lo amara y cuidara, para que no estuviera solo. Para el Ruben aun era su pequeño lleno de alegría, su bendición de los dioses que le dio mas felicidad a su vida, y como cualquier padre el quería lo mejor para su hijo. Y el que alguien lo ame y lo cuide era algo que quería para el, para su pequeño hijo.

-Quien hubiera pensado que la vida del chico daría un giro dándole algo mucho mas valioso que diamantes. La vida suele dar sorpresas y Rubius pronto vera que su gran atractivo lo volvería un gran tesoro para una persona, que jamás imagino. -

edad de los chicos:

Rubius 21, Auron 22, Alexby 20, Mangel 23. Lolito 24.

 Lolito 24

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