2

7 0 1
                                    


Muestrales quien manda.


Camine por los pasillos de la escuela mientras bostezaba realmente despertarme temprano no era lo mío, seguí caminando por los pasillos viendo a varias personas en peores o en la misma condición que yo, suspire a ver muchas caras nuevas, pero a lo lejos capte un rostro familiar el cual entre tantas personas resalto.

—Ojos bonitos Baja bragas—susurré para mí misma mientras rascaba mi codo.

Me giré mientras empecé a seguir mi camino a la dirección de la escuela, pero con el objetivo de ir por mi nuevo horario, así que no me sorprendió sentir la presencia del chico, el cual paso por mi lado observándome de reojo, me sonrió en forma de saludo, pero lo ignore siguiendo mi camino.

Entre y la secretaria me miro con una sonrisa, seguro era la de la mañana, porque si me conociera no estaría sonriendo... Por lo que solo asentí mientras recibía el papel dándome cuenta de que el chico estaba parado frente a mí mirando su papel, por lo que me moví y seguí mi camino mientras a lo lejos veía el basurero de la escuela, sonreí.

Hogar dulce hogar, me vendría bien ver qué hay de nuevo ahí, con mi son risita, empecé a caminar hacia allá viendo varios papeles y cuadernos tirados en el suelo, sonreír y junte mis manos mientras me preparaba para entrar a la basura a ver documentos y facturas del centro.

—¡Viola Hood!—agregaron Harley y Clara al mismo tiempo mientras corrían por los pasillos mirándome fijamente—Dime que no te vas a meter allí, por favor, No te puedo descuidar cinco minutos porque mírate ya ibas a la basura.

Las chicas corrieron hasta mí mientras me abrazaban fuertemente, las tres se veían horribles, ya que no estaban acostumbradas a estar despiertas tan temprano, no me sorprendió ver a los deportistas caminar hablando una mierda rara, puesto que ellos estudiaban por las mañanas y practicaban en las tandas vespertinas.

Pero lo que si me sorprendió fue ver a las chicas caminar hacia mí con sus uniformes completos, con una sonrisa, mientras a lo lejos aparecía Diego, el cual sonrío al ver como nos abrazábamos la una a la otra sonriente.

—No puedo separar mis tres terremotos—habló él acercándose.

—Te amamos Diego—hablamos las tres al unísono mientras nos lanzábamos a abrazarlo sonrientes.

Harley era la chica del grupo, mientras que yo era la estúpida que buscaba problemas, mientras que Clara era la que apoyaba todas mis estupideces, éramos tal para cual, tres locas sin remedio que nadie podía separar, caminamos a aulas distintas mientras sonreíamos.

—Nos vemos en el recreo...

Las tres entramos a nuestras aulas, mientras que yo solo me sentía insegura al ver muchos ojos clavados en mí, el salón de clases estaba en absoluto silencio, abracé mis cuadernos a mi pecho mientras que me acercaba a un asiento libre, con cada paso empecé a escuchar murmullos.

—Escuche que es lesbiana...

—Escuche que es una buscapleitos...

—¿Mira su cabello, acaso no tiene un cepillo en casa?

—Mira su cuerpo, seguro a de tener anorexia...

—Su rostro está lleno de acné...

—Que poco femenina...

Escuchaba cosas que hicieron que me sintiera inferior y que sintiera miedo al mismo tiempo, era una sensación desagradable, la cual quería borrar, quería desaparecer porque todos me miraban fijamente y algunos me señalaban sin tener razón alguna.

Las chicas Cool Nunca lloranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora