Se toman ambas los días que Alma estuvo en casa del trabajo y los niños también faltan a la escuela, estos días los cuatro lo han pasado bajo la carpa donde comen duermen y juegan.
—Mamá —dice Alma a Atenea que está en la cocina— mami está más gordita.
—No amor, mami está igual.
—No, mamá. Agh tú porque la ves con ojos de esposa.
—Alma dice mami que vengas asi dibujamos los 3 mientras mamá cocina.
—Ya voy.
Luego de dejar a Alma en la casa de los padres de Emma, llegan a casa para desarmar la carpa ya que todo muy lindo pero a la diosa griega no le gusta el desorden y tener la de casa hecha un desastre no es lo suyo.
Al día siguiente con el ajetreo del los días anteriores olvida cargar el telefono y recién prende el corporativo, viendo las llamadas perdidas de su esposa. Prácticamente todo el mundo la ve llegar y cuchichea en voz baja.
—Que pena con todo lo que ha pasado.
—Tan joven.
Esos son los comentarios que escucha decir, entonces la voz de alarma en su cabeza suena. Al cruzar el lobby su presencia hace en el lugar un silencio sepulcral, ella sabe que su presencia intimida pero no para tanto.
Levanta la vista y toda la oficina tiene la mirada puesta en ella, se acerca uno de los socios.
—Atenea te buscan en tu oficina, lo siento mucho.
Lo mira sin entender y al llegar se puede hacer más o menos una idea de que puede ser, empalidece al ver a los oficiales, mira de vuelta su teléfono con las llamadas perdidas de Scarlett y comienza a llamarle con la mano temblandole un poco y claro gesto de desesperación en su semblante, pero ella no atiende
—Dra. Antonopoulos —le cuesta leer el apellido al oficial— temo que tenemos malas noticias, por favor sientese —los escucha mientras sigue llamando—¿ podría dejar el teléfono? necesitamos que nos escuche con atención —ella lo guarda en su cartera— señora hablamos con su esposa. Hubo un accidente... su hija está implicada y la persona que la llevaba, Emma Cartagena. Me temo que tiene que acompañarnos.
—¿Porqué? Que han omitido.
—Señora.
—Señora nada, díganme que pasa. No vinieron hasta aquí para decirme que hubo un accidente. ¿Que pasó?
—La menor falleció y necesitamos que la identifiquen.
—¿Dónde? —el oficial intenta acercarse— ¡¿DONDE ESTÁ MI HIJA?!
—Hospital St Berry.
Atenea toma sus cosas y corre al ascensor, los oficiales intentan detenerla pero ella se safa y sigue su camino. Saca su auto a toda velocidad y se dirige al hospital mientras llora e intenta llamar a Scarlett nuevamente, que no responde
Nunca ha sido religiosa y mucho menos creyente de algún Dios, dogma o fe, pero si alguien supremo a ella existe le pide, le pide con todas sus fuerzas que esa niña no sea su hija.
Pasa en el camino por el lugar del accidente, ve el auto de Emma con un gran impacto, maneja aún más rápido pasándose semáforos en rojo mientras toca bocina. Una moto de policía la sigue con la sirena pidiendo que ella se detenga, pero hace caso omiso y sigue hasta el hospital, deja el auto aún en marcha y baja corriendo con el oficial detrás.
—Señora alto.
—Entra a recepción tiritando— Soy la madre de Alma Antonopoulos, recién han tenido un accidente —el oficial le toca el hombro— no puedo lidiar contigo ahora —le dice mirándolo pálida y temblando— me avisaron que mi hija tuvo un accidente y quizás este... —comienza a llorar— trajeron a una niña muerta, eso... eso... —Cae al piso y comienza a hiper ventilar— Está por cumplir los 6 años en un mes, quiere unicornios fucsias —llora desesperada en crisis en el suelo, el oficial se saca el casco.
—Trate de respirar.
—Solo es una niña, va a cumplir 6, por Dios santo, solo 6 años.
El policía ayuda al médico a que la levantén para sentarla en una silla, quisieron darle calmantes pero ella se niega, el oficial mueve su auto de la zona de ambulancias dónde lo ha dejado mal puesto y le devuelve las llaves, la mayoría de la gente la mira con compasión.
—Tengo que ir a hacer el reconocimiento, mi esposa ella no puede ver a nuestra hija así. ¿Dónde está la morgue?
—Señora es mejor que...
—Ya hemos perdido demasiados embarazos, ella no puede ver así a nuestra hija, lo tengo que hacer yo.
Cruza las puertas, escuchando gritos y llantos desesperados. Su corazón late más deprisa y siente su alma abandonar su cuerpo, las manos le transpiraron frías. Busca con la mirada el foco de los llantos. Una vez que encuentra el centro se dirige a paso firme, sintiendo como se mueve el piso bajo su pies, como le falta el aire y unas ganas de vomitar la invaden. Ve a Scarlett apoyada en una pared llorando.
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La favorita de la profesora 2
Lãng mạnAlguien del pasado vuelve a complicarles la vida. Esto pondrá a prueba relaciones de familia, de amistad y de pareja. ¿Podrán mantenerse juntas a pesar de todo? Publicada 04/06/23