Capitulo 3

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Los párpados del joven de cabellos castaños se alzaron con lentitud, revelando una mirada aturdida. Se hallaba recostado en su cama, el dolor en su cabeza resonaba de manera indescriptible, como un eco constante. Al extender su brazo hacia la mesilla de noche, tomó su celular y se encontró con una multitud de llamadas perdidas, todas ellas de Susan. La hora en la pantalla del dispositivo marcaba pasadas las 12 del mediodía; era evidente que no había asistido a su trabajo y no había notificado su ausencia.

Deslizando el dedo por la pantalla, continuó revisando sus notificaciones, y entre ellas, destacó un mensaje de alguien bajo el nombre de "Law". Con una mezcla de curiosidad y sorpresa, pulsó para abrirlo, y sus labios se curvaron en una sonrisa irónica al leer las palabras escritas.

"Hola Kenneth, soy Law. ¿Te desperté? Espero que no. Veras, como ya no me contactaste anoche, comencé a pensar que tal vez fui demasiado exigente y te arrepentiste del trato. Así que te envío este mensaje esperando que aún me consideres para la inversión. Si lo deseas, puedes agregar un millón más, pero, por favor, envíame el contrato. Espero tu respuesta muy pronto."

La risa escapó de sus labios en una carcajada liberadora. El chico que anteriormente lo había hecho esperar ahora parecía suplicar su atención. Pero lo que más lo divirtió fue la hora del envío; Law evidentemente había madrugado para enviar el mensaje. Kenneth estaba a punto de redactar una respuesta, cuando su teléfono empezó a vibrar en su mano, indicando una llamada entrante de Susan.

-¿Qué sucede, Susan?- Contestó, bostezando y frotándose los ojos.

-Señor Kenneth, el CEO de Inversiones Corp. está en la empresa. Dice que no se irá hasta que lo reciba- informó Susan, con un toque de urgencia en su voz.

Una nueva carcajada brotó de los labios de Kenneth. La persistencia de Law, de hacerlo esperar a buscarlo sin tregua, le resultaba divertida –Dile que estaré allí en media hora, que me encuentro en una reunión importante- instruyó a Susan antes de colgar.

Se apresuró a vestirse y alistarse lo más rápido que pudo, consciente de la importancia de llegar a la oficina en el tiempo prometido. Al subirse a su coche, manejó con prudencia.

Finalmente, Al llegar a las instalaciones de la empresa, divisó desde lejos el característico cabello ondulado de Law. Su sonrisa se ensanchó, y no pudo evitar pensar en cuán inusual y entretenido había sido su inicio de día, con su principal inversor demostrando un nivel de insistencia que superaba todas las expectativas.

-Buen día, lamento la tardanza- expresó Kenneth al joven que aguardaba pacientemente –Estaba en una reunión importante, pero ahora vamos a la oficina- añadió mientras se encaminaba hacia el interior del edificio.

El joven asintió y respondió con cortesía –Hola, es mi culpa por venir sin avisar, pero no contestaste mi mensaje, así que decidí venir de todas maneras-. Siguió a Kenneth hacia la oficina, listo para abordar el motivo de su visita.

Una vez dentro de la oficina, Kenneth amablemente invitó al joven a sentarse en la silla frente a su escritorio. Sin embargo, Law, siempre seguro de sí mismo, optó por acomodarse en el sofá, una elección que Kenneth ya esperaba. Este pequeño alfa había demostrado en el pasado que hacía lo que quería, sin importar las convenciones sociales.

Después de unos minutos de conversación, Kenneth entregó el nuevo documento a Law. El joven lo examinó con atención, una sonrisa juguetona se dibujó en su rostro, y procedió a firmarlo sin dudarlo. Su carisma y confianza eran innegables. Kenneth temía que un futuro fuera imposible negarle algo.

-Muy bien, ahora sí me retiro- anunció Law, poniéndose de pie con gracia –Nos vemos... tal vez mañana- agregó antes de salir de la oficina.

La puerta de la oficina se abrió de nuevo, pero esta vez quien entro fue Susan, portando una bandeja con bebidas. Con una sonrisa amable, la asistente de Kenneth depositó la bandeja sobre el escritorio del director, junto con un par de pastillas.

-Oh ya se fue- susurro Susan, al notar la usencia del joven alfa. Con cuidado, dejó la bebida y las pastillas frente a su jefe.

Kenneth agradeció a Susan con un gesto de cabeza, invitándola a quedarse con el otro vaso. Mientras se acomodaba en su silla de escritorio, Susan aprovecho para compartir una información importante –Señor, durante su ausencia, el joven Leo pasó por aquí. Venía a recoger algunas cosas que había dejado en la oficina- Comentó Susan antes de retirarse. –Sé que usted me había dicho que no importaba si Leo entraba, ya que es su pareja y puede hacerlo en cualquier momento, pero pensé que era importante informarle que venía acompañado de un chico alto parecían estar muy cariñosos-

La noticia impacto a Kenneth, y su semblante cambió visiblemente. Agradeció a Susan por su sinceridad –Gracias por comunicármelo, Susan. Creo que debí haberte explicado antes. Leo ya no tiene autorización para entrar a su antojo. Ya no somos pareja. Por favor, si vuelve a presentarse aquí, no lo dejes pasar y pídele que se retire- solicitó, mientras giraba su silla hacia la ventana para contemplar el paisaje. En ese momento, anheló estar en ese restaurante donde se había encontrado con su nuevo socio.

Susan asintió y cerró la puerta tras de sí. Mientras tanto, Kenneth cerró los ojos un momento, incapaz de evitar la imagen de su exnovio con su nueva pareja, lo cual le generaba una incomodidad inmensa. Mientras reflexionaba sobre esa escena, le asaltó la duda de cómo Leo había sabido que no estaría en la oficina en ese momento, o si había tenido el atrevimiento de presentarse allí con su nueva pareja, como si nada hubiera sucedido. Estos pensamientos solo lograron aumentar su irritación.

Tomó su celular con un gesto de determinación y marcó el mismo número que había marcado la noche anterior. El teléfono sonó tres veces antes de que contestaran.

-Se atrevió a venir con su destinado- sentenció Kenneth con una mezcla de molestia y decepción.

-Hola amigo, claro que amanecí muy bien, gracias por preocuparte- respondió Jun, con un toque de sarcasmo en su tono.

-Lo siento, ¿cómo estás?- contestó Kenneth a su amigo, tratando de llevar la conversación hacia un tono más amigable.

-Ya no importa. Dime que lo corriste- comentó Jun, su interés evidentemente centrado en el suceso importante que le acababa de informar su amigo.

-No lo vi. Acabo de llegar a la oficina. Susan me lo dijo- contestó Kenneth, compartiendo la información con su amigo.

-Ken, trata de no mortificarte por ello. Tenemos que salir este fin de semana; eso te ayudara- Sentenció Jun, ofreciendo su apoyo y al mismo tiempo insinuando que un respiro sería beneficioso.

-No lo creo. Como ya va a comenzar el nuevo proyecto, estaré ocupado con ello. Además, Law ya me amenazó con venir mañana. Eso significa que estará al pendiente de la evolución del proyecto- mencionó Kenneth, recordando la advertencia de su nuevo socio. Luego, añadió –Lo siento, tengo que colgar. Me surgió algo- con un adiós rápido Kenneth finalizó la llamada con su amigo.

Luego, buscó el nombre de Law en su lista de contactos y lo llamó. A los cinco segundos, Law respondió.

-Hola, Kenny. Sabía que llamarías. No te preocupes, mañana que vaya te daré lo prometido- dijo Law antes de colgar la llamada.

-Vaya- murmuró Kenneth para sí mismo. Miró su celular y sonrió al escuchar el apodo que le había otorgado su nuevo socio. Colocó el celular en su escritorio y se dispuso a trabajar, enfocado en las tareas del día que se avecinaba.

Polos opuestos (AlfaxAlfa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora