Capitulo 6

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Maldición, pensó Kenneth, mientras dirigía su mirada hacia la dirección por donde se fue el pequeño alfa. Estaba frustrado por cómo se había desarrollado todo y cómo había terminado la conversación con Law. Quería que las cosas funcionaran, pero también estaba atrapado en su propio dilema.

"Vaya, sí que tiene un temperamento fuerte", dijo Jun, mirando hacia la puerta que acababa de cerrarse tras Wienczyslaw. "Pero el chico tiene razón, ¿para qué seguir adelante con un proyecto que no funcionará? Debes elegir, y espero que elijas bien", terminó de decir Jun, con un tono serio y reflexivo. Después de un momento de silencio, se retiró, dejando a su amigo solo con sus pensamientos.

Kenneth sabía que Jun tenía razón. Sé que el diseño debe cambiarse, lo sé, pero no puedo hacerlo. Es difícil. Wienczyslaw tiene razón, estoy dejando que mis sentimientos se interpongan. Lanzó un leve suspiro, consciente de que necesitaba tomar una decisión clara. Será mejor que arregle esto, se dijo a sí mismo, mientras agarraba su celular y rápidamente escribía un mensaje de texto.

Hay que hablar, veámonos en el mismo lugar de nuestra primera reunión. Te estaré esperando. Llego en 20 minutos.

Sin esperar una respuesta, Kenneth salió del laboratorio y se dirigió hacia aquel hotel cuyo restaurante tenía una vista espectacular. Mientras conducía, no podía evitar pensar en lo que había sucedido y en lo que Law significaba para él. Había tanto en juego, tanto personal como profesionalmente.

Al llegar al hotel, se acercó a la recepción y pidió que le dieran la misma mesa donde había conocido a su pequeño socio por primera vez. Al dirigirse hacia allí, el paisaje del atardecer le proporcionaba una calma temporal. La puesta de sol teñía el cielo de tonos naranjas y púrpuras, una vista que contrastaba con la tormenta de pensamientos que se arremolinaban en su cabeza.

Hacer esto es lo correcto, pensó Kenneth mientras se sentaba y contemplaba el horizonte, tratando de ordenar sus pensamientos. Minutos después, una voz lo sacó de su ensimismamiento.

"Hola, ¿usted es el Sr. Kenneth?", la voz que escuchó no era la que esperaba, así que volteó lentamente para ver a la persona que le estaba hablando.

"Sí, soy yo", contestó Kenneth, un poco confundido.

"El CEO Law me mandó a decirle que no podrá venir. Me pidió que le dijera que mejor ordenara sus pensamientos y que aceptará una reunión para la próxima semana. También dijo que, como disculpa, puede ordenar lo que quiera, que él lo pagará", explicó el chico, mientras observaba a Kenneth en busca de alguna reacción. Tras unos segundos de silencio y al ver que Kenneth no decía nada, se retiró del lugar.

Kenneth se quedó mirando el paisaje, decepcionado, pero también aliviado de tener tiempo para reflexionar.

Una semana después, Kenneth se encontraba nuevamente en el mismo lugar, en la misma mesa, mirando el paisaje mientras esperaba. Estaba más tranquilo, pero aún preocupado por la decisión que debía tomar.

"Veo que aún no ordenas nada", dijo Law mientras se sentaba frente a él, sin hacer ruido, como siempre.

Kenneth, al escuchar su voz, volteó rápidamente. "Veo que no se te quita la costumbre de aparecerte sin hacer ruido", comentó Kenneth, tratando de sonreír.

"Y yo veo que aún no te acostumbras a eso", le contestó Law con una sonrisa, lo que hizo que el ambiente se volviera un poco más relajado. "Entonces, ¿ya sabes qué harás respecto al proyecto?" preguntó Law, interesado.

"¿Qué te parece si primero cenamos antes de tomar una decisión?" sugirió Kenneth, queriendo posponer la conversación por un momento más.

Law soltó una pequeña carcajada, recordando su primera reunión. "Así que ahora robas mis tácticas", señaló con un tono divertido.

"He aprendido del mejor, ¿no lo crees?" respondió Kenneth, logrando que Law volviera a sonreír.

Llamaron al mesero y ordenaron lo mismo que la vez anterior. La cena transcurrió de manera tranquila. Hablaron de cómo les había ido en la semana, compartiendo anécdotas y evitando cuidadosamente el tema principal de la reunión. Había una comodidad en su interacción que ambos valoraban.

Al terminar la cena, Kenneth fue el primero en hablar. "Sobre el diseño, he decidido mantenerlo", sentenció. Pudo sentir las feromonas de Law esparcirse, creando un ambiente pesado. Al parecer, el pequeño alfa no tomó de buena manera esa decisión.

"No, por las razones que piensas", continuó Kenneth, intentando aliviar la tensión. "Si bien la modificación que propones le dará estabilidad al aparato, no le dará la facilidad de manejo al usuario, y esto hará que no sea rentable", finalizó, su mirada se dirigió a la mesa pues no podía mirar de frente al pequeño alfa, que aún no se calmaba.

"¿Me estás diciendo que me citaste aquí para decirme que no harás ningún cambio? Vaya, pérdida de tiempo", dijo Law, mientras se levantaba, dispuesto a irse.

"Espera, aún no termino", comentó Kenneth, atrayendo la atención de Law. "Hablé con los técnicos y logramos incluir tu modificación sin cambiar el diseño. Ven al laboratorio mañana. Si no te convence, aceptaré lo que decidas hacer respecto a tu inversión, pero si te convence lo hecho, volverás a prestarle el 100% de tu atención al proyecto", finalizó Kenneth, viendo los ojos azules del chico. Sí que tiene una mirada muy intensa, pensó.

"Es un trato justo, está bien, mañana pasaré. Pero si no me convence, cambiarás ese diseño, y si me convence, regresaré al proyecto con la condición de que se cambie todo lo que haya hecho tu querido Leo respecto al proyecto. ¿Aceptas o no?" cuestionó Law, liberando feromonas más intensas.

"Acepto", contestó Kenneth, decidido a encontrar un punto medio en el conflicto y dispuesto a hacer lo necesario para que todo funcione.

Polos opuestos (AlfaxAlfa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora