Capitulo 5

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Han pasado tres semanas desde que Wienczyslaw entró en la oficina de Kenneth y le dijo que ya no iría a supervisar el proyecto. Había aceptado invertir en un nuevo proyecto, pero este no era tan interesante como aparentó en el documento. Ciertamente extrañaba el proyecto de Kenneth, ya que era desafiante y emocionante. Ya no sabía qué hacer; tenía tantas ganas de regresar. Realmente le gustaba ese proyecto y aún no entendía por qué decidió abortarlo de esa manera. Pero luego recordaba a Kenneth siendo abrazado por ese chico, y todo era más claro. Por alguna razón, ver eso le había molestado.

Estaba tan aburrido que el nuevo proyecto no ayudaba en nada a aliviar su tedio, y el ruido del reloj de su oficina no hacía más que acentuar su aburrimiento. Empezaba a sentirse ansioso; quería salir de ahí.

Maldición, pensó, y agarró sus cosas de manera apresurada, dejando atrás su oficina sin pensarlo dos veces, mientras se dirigía al laboratorio del proyecto de Kenneth.

Al llegar al edificio, Wienczyslaw se percató de que el laboratorio estaba vacío, lo que se le hizo raro, pues la puerta estaba abierta. La sensación de inquietud aumentó cuando caminó directamente hacia la sala principal y descubrió a Kenneth, solo, trabajando. Kenneth lucía tan pulcro como siempre, su cabello castaño se ondeaba ligeramente con el viento de la ventilación del laboratorio. Era una imagen casi perfecta. Ante tal vista, Law volvió a emitir feromonas sin darse cuenta, aunque la persona ahí presente sí lo notó, ya que de inmediato volteó a verlo.

-Law, no me avisaste que venías-, le dijo Kenneth mientras se acercaba con una ligera sonrisa.

-Quise caerte de sorpresa, Kenny-, respondió Wienczyslaw, dedicándole una sonrisa encantadora que, al parecer, fue bien recibida, ya que Kenneth sonrió de regreso.

-Qué bueno que viniste, nos quedamos estancados en esta parte. Nos hacen falta tus brillantes ideas-, comentó Kenneth con un tono de alivio en la voz, lo que hizo que el corazón de Wienczyslaw diera un brinco. Quizás regresar fue una buena decisión después de todo, pensó Law, sintiendo un renovado entusiasmo.

-¿Qué te tiene tan preocupado?- preguntó mientras se acercaba al prototipo que Kenneth estaba estudiando.

-Lo que pasa es que esto gira hacia...- Kenneth comenzó a explicar, pero fue interrumpido por el sonido de la puerta abriéndose.

-Ken~ no conseguí tu soda favorita, pero te compré esta...- Jun irrumpió en la sala con una sonrisa amplia, pero se detuvo al ver a Wienczyslaw al lado de Kenneth. -Oh, tú debes ser Wienczyslaw. Soy Jun, el mejor amigo de este tipo-, dijo, alzando la mano en un gesto de saludo.

Wienczyslaw soltó una carcajada, mientras estrechaba la mano de Jun. -Mucho gusto, Jun. Puedes llamarme Law-, respondió, dándole una gran sonrisa. Así que todo este tiempo solo se trataba de su mejor amigo, pensó Law, sintiendo cómo el alivio se instalaba en él.

-Wow, sí que eres guapo, ¿verdad, Ken?- comentó Jun, haciendo que Law se sorprendiera por el comentario directo.

-Sí, lo es-, dijo Kenneth sin titubear, y el corazón de Law volvió a saltar. -Bueno, regresemos a lo importante-, dijo Kenneth, desviando la vista al prototipo que tenían enfrente, intentando llevar la conversación de vuelta al tema principal.

-Ya veo qué está mal. Con la segunda modificación que te propuse y que no has aceptado, no te hubieras estancado. Te dije que tu terquedad nos iba a atrasar-, dijo Wienczyslaw mientras examinaba con cuidado el prototipo. -¿Lo ves? Por eso se gira a la izquierda en vez de mantenerse recto. Se le debe agregar una columna que pase por atrás del lado derecho-, sentenció, volviendo la mirada hacia Kenneth.

-Pero ya te dije que eso arruina la estética del aparato-, respondió Kenneth, algo frustrado por la insistencia de Law.

-Pero le da estabilidad. ¿A quién le importa la apariencia? Por su futura importancia, este aparato debe ser funcional, no que a los tres usos se rompa-, volvió a decir Wienczyslaw, mirando directamente a los ojos de Kenneth. Vio cómo este suspiraba; le encantaba verlo suspirar porque eso significaba que le daría la razón.

-No creo que Ken quiera cambiar el diseño, después de todo, es el único recuerdo que le queda de su preciado Leo-, intervino Jun, interrumpiendo la discusión con un tono de complicidad.

-¿Leo?- preguntó Wienczyslaw, desconcertado por el nombre desconocido.

-Su exnovio, que aún no supera-, explicó Jun. Wienczyslaw volteó a ver a Kenneth, tratando de entender sus verdaderas intenciones y emociones.

-Ya cállate, Jun. Como sea, el prototipo se queda con el diseño, y fin de la discusión-, sentenció Kenneth, tratando de cerrar el tema de una vez por todas.

-Bueno, si quieres hundir el proyecto por un simple recuerdo, pues hazlo. Yo estoy fuera, retiro mi inversión. No pienso perder millones por culpa de un fantasma-, declaró Wienczyslaw, su voz firme mientras comenzaba a caminar hacia la salida.

-No puedes salirte, firmaste un contrato-, gritó Kenneth, desesperado ante la posibilidad de perder a su principal inversor.

-Sí, sí puedo-, le contestó Wienczyslaw, sin detenerse. Estaba decidido a no permitir que un proyecto mal encaminado afectara sus decisiones financieras.

-Te puedo demandar por incumplimiento-, le respondió Kenneth, tratando de retenerlo de alguna manera.

-Demándame. Perderé menos en la demanda que en este proyecto si sigue por ese camino lleno de basura. Así que, si quieres mantenerme, haz ese cambio, Kenneth-, dijo Wienczyslaw, saliendo del laboratorio y dejando a los dos hombres ahí parados. Por más que le gustara ese proyecto, negocios son negocios.

Polos opuestos (AlfaxAlfa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora