24. La daga.

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Esto no me puede estar pasando una segunda vez, porque hacer sufrir a Hera, a Jhalia y ahora a Alice de esta manera tan terrorífica.

Asesinada por el amor de su vida, que clase de juego macabro sin recompensa es este. Él deja de llorar y endurece su rostro, al no bajarme el lo hace y me saca del auto, me suelta y me pide que entre con un movimiento de cabeza.

Esta es la oportunidad.

Mientras ambos nos miramos el uno al otro saco la navaja y corro hacia el, está desprevenido así que no espera lo que haré, me lanzó sobre el y entierro la navaja en su clavícula mientras el suelta un grito de dolor, yo giro la navaja dos veces, cuando intento sacarla para seguir apuñalandolo se parte aún dentro dejando solo una pequeña parte filosa, el me toma de los brazos y me lanza a los escalones de la cabaña.

Cuando se acerca le lanzó una patada en el estómago y el escupe, nuevamente se va a acercar cuando le propinó un puñetazo, seguido de un gran golpe en el abdomen. El escupe sangre en el suelo he intento buscar algo con que golpearlo.

No me matara está vez, tomo una rama y le golpeó la cabeza y lo veo sangrar, soy más fuerte que Jhalia, no será tan fácil matarme. Lo mataré así sea lo último que haga.

Cuando lo golpeó en la cabeza este cae como muerto, no puede ser que haya Sido tan fácil. En eso escucho una voz detrás.

—Ese golpe fue bueno.

Me giro al instante aterrada para ver a Matew recostado en el marco de la puerta. Mis piernas empiezan a temblar, un asesino como él no será fácil de vencer.

—Me ahorraste trabajo, tu como siempre pensando en todo— el me sonríe dejando ver esos dientes perfectos, de verdad que estoy apunto de morir.

No tengo otra idea que correr, si, es lo que debo hacer, mis piernas inician el trabajo antes de que lo piense y veo que el corre tras mi. Solo pasan unos segundos cuando el está sobre mi.

Mis manos empiezan a intentar soltarse de su agarre, mi cuerpo se estremece mientras grito de todo. El está riendo. El miedo empieza a invadir mi mente, estoy perdiendo la calma, que va a hacer ahora? Cómo puedo uir de el? Aún no entiendo quien es este hombre y porque está aliado con Edwart.

El acerca sus labios a mi oído susurrando esas palabras que me enloquecen, mi cuerpo necesita la libertad de mis manos, es increíble lo incapaz que soy de escapar de su agarre

—Quieres que te cuente un secreto... Hoy vas a morir.

Su voz me resulta familiar, la voz del esposo de mi amiga que la asesino en su sala. Ella jamás fue culpable, la persona más dulce del mundo, me brindo su amistad y yo solo le ofrecí muerte, como a todo el que me rodea.

Seguido de eso me golpea la cabeza y pierdo la conciencia.

***

Cuánto desearía que esto fuera un sueño, despertar en casa frente a la chimenea junto a mi hermano en una tarde fría mientras lo cubro para que el asma no acabe con él, mi madre en la cocina preparando sandwich con algo de mantequilla mientras la clima amenaza con llenarnos de nieve.

Tu llegas a visitarme y me encuentras frente al fuego, me tomas de la mano y te acuestas junto a mí con mi manta mientras papá pide a mamá que añada más mantequilla a sus panes, lo maravilloso que habría sido nuestra vida encarnando una y otra vez juntos.

Abismos Eternos © [ Parte 1 Y Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora