10.

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Mis manos están heladas en una fría tarde de invierno, una gran tormenta amenaza con cubrir toda la ciudad de nieve.

Gracias a Dios George no ha tenido complicaciones esta noche, mamá y papá están en su cuarto por si algo pasa.

Nuestras habitaciones están en el segundo piso, la mía es pequeña.

Escucho algo en la ventana, parece que lanzaron una Roca.

Me levanto de la cama hacia la ventana lo único que veo es nieve, y en la calle, en la reja, está Henrry que se congela mientras mira caer los copos.

Abro la ventana y con la nieve acumulada en ella formó una bola y se la lanzó.

Me mira con una sonrisa mientras sus labios tiritan del frío y se frota sus manos contra su abrigo azul.

Lleva un gorro también azul y está bien cubierto, pero el frío sé que está tocando sus huesos.

Pelié con él, no debería hablarle pero no puedo dejar que se muera de frío.

Sus labios estan totalmente morados por la llovizna de nieve y sus mejillas Rojas más de lo normal.

Le hago un ademán para que suba hasta acá, ya lo ha hecho muchas veces, cuando se escapaba de su casa o venía verme.

Sube en un segundo y cierra la ventana como si fuera a quedarse toda la noche, se quita los guantes y el gorro y solo camina hacia a mi con su cabello desordenado.

Sin decir nada acomoda sus labios contra los míos de un momento a otro.

Sus manos heladas tocan mis pómulos y puedo sentir frío en mi cuerpo.

—Te extrañe tanto— musita.

No espero mucho para empujarlo sobre mi cama mirándolo con ira, porque sé que esta haciendo esto porque sabe que estoy enfadada.

Lo aparto y el nota mi frialdad.

¿Qué quieres? Mamá y papá están en el segundo piso es mejor que te vayas rápido— digo.

Que fría, ¿qué paso con el "siempre te amaré, Henrry"?— contrarresta —son las 4:45 pm la paciente acaba de morir en mi corazón— Me dice recordándome que mamá quiere que estudie medicina.

No digo nada.

Hera, vine a disculparme, si, se que no fue lo correcto y no tengo ninguna excusa, fue un momento que no controlé, y solo paso, ella lo hizo con el solo propósito que tú lo vieras y así fue, no puedes culparte por algo que tu también habrías hecho— habla por tercera vez.

Vete— solté.

Un silencio nos invade, que luego es roto por él.

Her, sabes que te amo, ¿verdad?— habló por última vez antes de irse.

No respondí a su pregunta, tenía un gran nudo en mi garganta porque en el fondo sabía que yo habría hecho lo mismo y él lo habría entendido.

Lo último que escuché fue como la ventana hacia ruido cuando salía.

Lentamente me acerqué a ella para encontrar en medio de la nieve a Henrry que me lanzaba un beso con su mano.

Lo vi limpiar algunas lágrimas de sus mejillas antes de darse la vuelta y desaparecer entre la nieve.

No pude más contener todo lo que sentía, porque no quería estar enojada con él, no quería que estuviéramos distanciados, quería poder abrazarlo, decirle que también lo amaba, que no importa nada seguiríamos juntos.

Abismos Eternos © [ Parte 1 Y Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora