Capitulo 6 🏀📚: Nunca te dejaría sola, muñeca

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Capitulo 6: Nunca te dejaría sola, muñeca.

(Hold on - Chord Overstreet)



—Y entonces...—Pato dejo a medio camino la frase.

—¿Entonces qué? —pregunte con el ceño fruncido mientras la miraba. 

Ella suspiro y se acomodó en su asiento.

—¿No me vas a contar nada?

—Bueno... ¿Qué quieres que te cuente? —alce una ceja.

—Lo que tú quieras, recuerda que yo estoy para escucharte y lo último que me contaste digamos que no me lo esperaba.

—¿Qué me sacaron de la cafetería por estar peleándome con el idiota de mi vecino?

Si, le había contado sobre Alex y ni siquiera sé por qué.

Asintió.

Me acomode en mi asiento sin dejar de mirarla.

—Bueno, digamos que cuando agarro confianza soy una fiera —sonreí inocente.

—Eso veo.

—Aja.

—Bueno, pero no me refería a eso —lo pensó un momento —Ósea en parte sí, pero al mismo tiempo no.

—¿Entonces? —fruncí el ceño. No estaba entendiendo nada.

—Lo que me contaste antes de eso —al ver como fruncia más el ceño, se explicó: —Lo de que no entendías porque ya no te sentías cómoda con tu familia.

—Ah... eso.

—Si.

—¿Pues que quieres que te diga? No tengo ni la menor idea de porque me pasa eso, digamos que tengo mis desbalances, a veces me siento cómoda con ella, otras veces no, cuando estaba chiquita prefería mil veces a la familia de mi mamá porque me hacía sentir cómoda, en cambio con la familia de papá era otra cosa, pero cuando crecí... ya no prefería a ninguna de ellas porque ambas me hacían sentir la peor persona del mundo —dije atropelladamente.

Como lo dije en el anterior capitulo —y si no te acuerdas, regrésatelo a leer que nada te cuesta, haragana— me cuesta mucho abrirme con las personas, pero con Pato... sentía que podía contarle todos mis problemas sin ser juzgada, era una persona seria y callada, pero cuando abría la boca era para darte buenos consejos y aparte transmitía muy buenas vibras. En estos últimos días que he venido a sus terapias me ha contado un poco de ella. Está casada y tiene un hijo que ya está en la universidad y no ha parado de hablar de lo orgullosa que se siente de él.

Me pregunto si mis papás también hablaran así de mí.

—De acuerdo —asintió varias veces ante mi respuesta y anoto algo en su libreta que no alcance a ver. Maldita libreta —Y ¿Sabes porque te pasa eso? —volvió a posar sus ojos en mí.

Negue con la cabeza.

—Nop.

—Pues yo si porque, aunque no lo creas yo también pase por lo mismo que tú, llego un tiempo en el que no me sentía cómoda ni hasta con mi propia familia y pensarlo —se quedó callada un momento —no sé, supongo que me hacía sentir culpable porque ellos me habían ayudado mucho, pero al mismo tiempo me dieron la espalda varias veces, pero ellos eran mi familia, aunque ellos me daban la espalda yo era incapaz de dársela, porque ellos eran los únicos que estarían para mí en todo momento, y no fue hasta que una persona sabia me dijo: Cuando no te sientes bien en un lugar, donde antes te sentías plena, es porque esa etapa ya termino. Aplicándolo en amistades, relaciones amorosas y familiares. —bajo la mirada y cuando la volvió a subir vi melancolía en sus ojos —Y ahí fue cuando entendí todo, mi etapa ya había terminado y por más que me esforzara en volver a esos tiempos, ya no se podía, porque esa etapa ya nunca volvería.

Algún día nos volveremos a ver © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora