Capítulo 13 - Siempre estaré aquí para ti

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Me quedo pensando todo el camino de lo que acaba de pasar. Me empiezo a sentir mal por haberme ido sin avisar. Voy a enviarle un mensaje para disculparme por mi torpeza, pero me doy cuenta de que no tengo el móvil. Y un "click" suena en mi cabeza.

Mierda, ¿¡qué hora es!?

Decido acelerar el paso, no sé muy bien dónde me encuentro y soy mala para orientarme. Para colmo, mi quirk está muy gastado. Decido quitarme las orejas de gato y utilizar el olfato de lobo. Lo único que huelo es la sangre que no he conseguido limpiarme del todo. Tengo el borde de mi camiseta manchada de rojo.

— Mierda mierda mierda mierda...— Empiezo a murmurar. Pienso en una manera inteligente para encontrar mi casa. Decido coger las orejas de lobo y me concentro en escuchar los gritos de mi madre, o de mi hermano, o algo que reconozca. Empiezo a caminar durante lo que me parece una eternidad, tratando de recordar el camino por el que había venido guiándome por los tejados de las casas por las que había pasado en forma de gato.

De repente oigo mi salvación.

Se trata del chihuahua de la vecina, que como siempre se encuentra ladrando. Voy corriendo hacia el sonido y después de un rato veo por fin de lejos el tejado de mi casa. Cuando llego, veo que alguien sale de la casa cabreado.

— ¡Katsuki! — Le grito faltándome el aire, aliviada de haber encontrado el camino de vuelta a casa. Levanta la cabeza al oírme. Llego a donde está él.

— ¡¿Dónde estabas, idiota?! — Me grita sin importarle que ya sea de noche y la gente debe de estar durmiendo.

— ¿Qué haces en la calle a estas horas?

— ¿¡Qué te crees que estoy haciendo!? ¡Iba a buscarte, inútil! — De repente se me queda mirando y luego mira mi camiseta. Se acerca y me la levanta para mirar más de cerca. — ¿Por qué te ha sangrado la nariz?

— Ehh... Esto...

— ¡¿Qué ha pasado, Haiyoru?! — Me grita cabreado. — ¡¿Dónde mierdas está nuestra cena?!

— ¡No la tengo, Katsuki, es una larga historia! — Me aparto de él cansada y entro en casa tambaleándome por el cansancio. Me quito la camiseta en el salón quedándome en mi top deportivo y la tiro a la ropa sucia. Me acuesto en el sofá bocabajo y suspiro. Siento el olor de algo y veo que delante de mí hay un plato de sopa.

— Veía que tardabas y como tenía hambre he preparado yo algo. — Me dice sentándose. Me devoro el plato. — Ahora cuéntame qué ha pasado. — Decido explicarle por encima lo sucedido, puesto que sé que no me dejará en paz hasta que lo haga, ahorrándome la verdadera razón del por qué me sangró la nariz, sustituyéndola con que fue porque al caer del tejado me di en la nariz sin querer. Después cada uno se fue a su cuarto tras Katsuki estar regañándome un buen rato más, ahora en silencio para no despertar a mamá y a papá, quienes se habían ido a dormir tranquilos porque mi hermano ya les había dicho que él iría a buscarme.

***

El lunes siguiente, nada más entrar en clase, cojo a Todoroki de la muñeca y me lo llevo fuera rápidamente. Gracias a dios aún no ha llegado Aizawa.

— Buenos días, Todoroki. — Le digo seriamente.

— ... Buenos días. — Me responde confundido. Me doy cuenta de que sigo cogiéndole la mano. La quito. Me aclaro la garganta.

— Solo quería... pedirte disculpas. El viernes mi comportamiento fue... inadecuado.

— No pasa nada. ¿Te encuentras mejor? Parecías indispuesta.

— Sí. Siento haberme ido como lo hice. No era mi intención.

— Está bien. Me alegro de que llegaras a salvo a casa, ya era bastante de noche.

Haiyoru Bakugo - TEMPORADA 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora