Empezar de nuevo

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- ¡Rápido Goku-sa que llegamos tarde! - exclamó una arreglada pelinegra.

- ¡Ya voy! ¡Ya voy! - respondió su torpe esposo.

- Ay, siempre llegamos a las fiestas de Bulma porque tardas en arreglarte siglos Goku-sa, ¿no podrías darte prisa por una vez? - preguntó agotada Chi-chi.

- Je je, lo siento Chi, pero sabes que no me gustan las fiestas - se excusó Goku.

- ¡Eso no es excusa para llegar siempre tarde Goku! Tú, o no vas, o llegas tarde. - se llevó una mano a la cara avergonzada - No sé cómo Bulma sigue invitándote.

- Ni idea. - se encogió de hombros - Pero hoy no vamos a llegar tarde, te lo prometo- dijo saliendo de la casa, junto a su esposa, ya arreglado.

- Más te vale - suspiró.

Pasaron 30 minutos después de la conversación de la pareja (Goku llevó a su esposa volando) hasta que llegaron a la casa de su amiga peliazul.

Chi-chi estaba anonadada por la decoración de la "pequeña" fiesta que organizó Bulma.
Era una terraza enorme, de aproximadamente 5 km, con piscina y jacuzzi incluidos. Todo estaba decorado tan bien que parecía hecho por profesionales. En el centro estaba la comida, que tenía alrededor la comida hecha por los chefs de la Corporación Cápsula, y en el centro la comida que Chi-chi había hecho de favor a Bulma para su celebración. Había una zona de bar y - para añadir más comida - un restaurante.

Como Bulma dijo, bueno, más bien ordenó, no había niños en esa fiesta, era algo exclusivo para adultos. Debido a esto, Chi-chi y Goku tuvieron que dejar a Gohan - que aún no tenía la edad suficiente para esa fiesta - y Goten en la casa de su abuelo. Al principio la mujer no estaba muy de acuerdo con la regla, sin embargo su esposo consiguió convencerla con sus "encantos".

Nada más llegar, la peliazul se abalanzó a Chi-chi y le dió tal abrazo que casi la asfixia.

- ¡Chi-chi que hermosa te ves! - esta halagaba a su amiga, sonrojandola.

- Gra-gracias Bulma, pero no hace falta que me asfixies. - dijo, apartandola suavemente.

- Perdón, ¡pero es que te ves espectacular! - la miró de arriba a abajo con una sonrisa coqueta.

La princesa de Fry-pan, llevaba puesto un vestido azul claro ceñido al cuerpo sin tirantes, que dejaba ver un poco de su pecho. Se puso unos tacones negros con poca punta, ya que nunca le gustó llevar tacones con demasiado tacón. Se había dejado el pelo suelto, solo sujetándose en un lazo azul dos mechones de pelo. De accesorios solo llevaba unos pendientes de perlas junto al collar que el saiyan le había regalado en su quinto aniversario, de perlas también. No se había puesto ningún perfume, ya que, a Goku le gustaba más su olor natural, y ella tampoco quería gastarse el dinero en esas cosas que usaría un día.

Decir que Goku se estaba conteniendo al ver a su esposa tan hermosa era poco. Para él, Chi-chi siempre era hermosa, podría ponerse una bolsa de basura, que para él seguiría siendo la más hermosa de todas. Sin embargo, al verla con el pelo suelto, ese vestido pegado a su cuerpo, dejándole ver parte de sus pechos y resaltando su trasero, Goku se había puesto más caliente que un horno, y sus vaqueros ya le empezaban a apretar, y lo único que quería era tenerla bajo él, gritando su nombre y suplicando por él. Sin embargo, tuvo que contener esos pensamientos obsenos y seguir con la fiesta. Lo malo era que, no solo estaba incómodo por ver a su atractiva mujer, sino que la ropa que llevaba no era de su agrado, y según el le "picaba" y le "daba comezón".

El saiyan de clase baja llevaba unos vaqueros negros, junto a una camisa, a la que, se podía apreciar el cuerpo bien trabajado por los constantes entrenamientos. Llevaba un abrigo negro, que se dejó abierto, dejando ver su camisa blanca. Llevaba los mismos zapatos marrones que llevaba a todas las fiestas, pues, tanto él como a Chi-chi, no querían comprarle unos nuevos, ya que los que llevaba le quedaban perfectos.

One-shots GochiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora