S E I S

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<...❄️⚫❄️⚫❄️...>

Anteriormente:

["....Solo espero no encariñarme, y que se vaya luego de mi vida, porque no estoy listo para formar de nuevo un lazo de amistad y que este termine siendo otra "enseñanza" en mi vida que parece no querer terminar nunca.

Pero todo esto es algo que no se lo contaría a él, y que tal vez nunca lo haría…"]

<...❄️⚫❄️⚫❄️...>

Pov Jack:

El señor de carbón tenía la mirada algo pérdida
¿Recordando su existencia tal vez? Me pregunto si habrá sido larga, alegre, triste, sobre sus amores… ¿Qué preferencias tendrá? Si es que se nos tiene permitido tener romances. Es una pregunta que posiblemente le haga, una vez me deje hablar.

Después de varios minutos donde él observa los árboles con tranquilidad, fue cuando habló de forma seria.

—Ellos eran personas de verdad talentosas, pero por la religión fueron mal vistos. Ya que muchos ni eran brujos como tal, sino eruditos y eruditas que dedicaban su vida al conocimiento…

Él continuó relatando con pequeñas pausas sobre aquellas personas, las cuales pudo conocer desde la distancia y las sombras. Cómo iban desde jóvenes, adultos y ancianos. Supe que de vez en cuando él se inmiscuyó en los sueños de alguno de esos adultos para simplemente tener una plática de los misterios de este mundo.

En ese momento realmente me ganaron las ansias de saber más, porque no pude evitar gritar mi pregunta de imprevisto:

—¡¿Puedes causarles pesadillas a todas las personas?! ¡Siempre creí que solo asustas a los niños!—
Obviamente mi interrupción no le sentó para nada bien, y me miró con total desagrado. Su cara tenía escrito ”Que niño más desagradable" Pero aún así se dió su tiempo para responderme:

—Principalmente atormento en los sueños de los niños ya que son más fáciles de impresionar. Soy el coco, ¿acaso nunca escuchaste de mí? Puede que hasta te haya asustado y no recuerde— Comenzó a deambular cerca de un árbol, mirando de sus ramas con atención.

Lo último me desconcertó muchísimo, ya que sabía a lo que se dedicaba, no obstante, no recuerdo haber asociado aquello con el espeluznante "el coco"

—Ay niño, ya se te rompió una neurona, ¿no? Creí que eras… un poquito más listo— Procedió a mirarme con decepción y cansancio. Creo que mi efecto en él será siempre ese.

—No seas, tenme paciencia que todavía me acostumbro a todo esto—Otra vez me embargó una duda— ¿Por qué no espantas adultos? No te veo como alguien que sigue las reglas.

—Lo hago rara vez—Seguido carcajeó de forma sarcástica— La vida de los adultos normalmente ya es una auténtica pesadilla, no hay mucho que hacer ahí. Al ver que nuevamente rió, no pude evitar hacer lo mismo.

—No sabía que tenías sentido del humor señor carboncito— Dije entre pequeñas risas. No obstante luego recapacité, me avergonzó mucho haberlo llamado "carboncito" ¡Realmente espero que no lo haya escuchado!
Miré al suelo tratando de calmar mis hormonas algo alborotadas, y para cuando lo miré nuevamente, él estaba de espaldas a mí, así que no pude saber qué cara puso cuando lo llamé por ese apodo.
Tosí algo incómodo y comencé a jugar con la rama que tenía cerca. Acto seguido el tuvo la decencia de girarse, pero de vez en cuando miraba hacia atrás como buscando algo.

—La vida inmortal es todo un caso, ¿No? Ya quiero aprender a hacer cosas geniales.
De seguro también tengo magia—Usé la rama en mi mano simulando tener una vara de hechicero, aunque me costó, puesto que esta era demasiado larga.

El señor coco me miró con un semblante extraño, y me respondió:

—No quiero deprimirte, pero una vida inmortal no es tan grandiosa como suena—suspiró—Sobre todo si tu rol, solo te hace ver un villano de cuarta más.

No supe bien cómo contestar aquello, ya que no recuerdo bien mi vida antes, tal vez fuí un niño normal, pero y después… ¿Qué habrá paso con mis memorias y todo lo que dejé atrás? Desgraciadamente ninguno de los dos continuamos con nuestras reflexiones personales, porque llegó un visitante no deseado.

Genial, era el canguro gigante y molesto ¿Qué hacía en medio del bosque? Estábamos muy lejos de celebrar el día de Pascua.

El susodicho se presentó de forma altanera como siempre:

—Que sorpresa ver esta combinación, veo que se llevan muy bien. Dime niño, ¿Ya te estás yendo para el lado oscuro?

Instintivamente me coloqué en frente de mi "amigo", y traté de parecer firme, ante esa actitud tan hostil, para la cual no me sentía preparado en este momento.

—¿Y eso te incumbre canguro mutante?— Le dije burlándome de él, tratando de verme como siempre soy, ante sus desprecios. Aunque en el fondo me sentía desganado y serio por la conversación anterior.

—Como siempre tan imprudente niño— Miró hacia atrás y con enfado— ¿Podrías irse con este sujeto? Realmente no sabes con qué clase de ser repugnante te estás juntando.

Sus palabras me enojaron, y agarré con más firmeza mi palo en caso de que tratara de acercarse.
—No vuelvas a decirle eso, él que debería irse eres tú—

—A ver niño, yo vine aquí porque me lo ordenaron, no es por voluntad propia, así que dile a tu amiguito que se largue ahora…— comenzó a sacar de forma tranquila sus boomerangs.

Ya para este punto los dos estábamos más que listos para una linda pelea en medio del bosque, y por fin descargar este odio y desprecio que sentíamos por el otro.
De pronto comienzan a salir caballos de cenizas que nos rodean en círculos.

—Wow, wow, wow…, no necesito que nadie me saque de aquí, o que me defienda— Me miró y comenzó a avanzar hacia el canguro—Será mejor que no te atrevas a volver a referirse así de mi, y vuelvas a pintar huevitos

—¡No menosprecies lo que hago! Al menos no asusto a inocentes como tú, sabandija sin alma—

—En algo tienes razón, alma ya no tengo.— Procedió a tirar al canguro de un solo soplido entre los árboles, por supuesto se levantó lo más rápido que pudo para intentar golpearlo con sus patas de canguro anormales, yo traté de ir a defenderlo, pero con un movimiento de manos, los caballos negros se interpusieron en mi camino, imposibilitanto mi visión de ellos.
Lo siguiente que escuché fueron gritos de dolor y risas realmente espeluznantes del señor de carbón.
Para cuando ya hubo terminado todo esto, se despejaron los cabellos de cenizas, y en la escena estaba el canguro siendo transportado por uno de los caballos. Se veía de verdad muy mal. Mientras que yo me sentía muy asustado por lo anterior.

—Creo que fue mucho por hoy niño— De forma muy poco considerada se fue entre las cenizas, sin dejarme ni hablar.

Caí al suelo procesando todo lo ocurrido, sin saber bien cómo reaccionar.

¿Estaría mal...haberme asustado, por alguien que podría ser mi amigo, pero que por otro lado no ha dejado de cautivarme...?

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Dejaré este capítulo aquí, como si no hubiera desaparecido ocho meses (⁠・⁠_⁠・⁠;⁠)

En mi defensa, se me borraron algunos capítulos que tenía por ahí y me desanimé.

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Saudade (PitchxJack)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora