Saudade (PitchxJack)

O C H O

Anteriormente...

“¿Será posible algún día traspasar tus límites y que ambos dejemos esta extraña dinámica?

Mientras pensaba en lo mucho que deseaba adentrarme en sus pensamientos, volví a recostarme en la nieve, y de a poco cerré mis ojos.
Creo firmemente que la imagen del señor carbón al lado mío se sintió muy acogedora, ya que en esta estación que abraza con tanta frialdad, ambos compartimos esta extraña inmunidad al sufrimiento humano. Porque somos únicos y si él lo desea, espero compartir a su lado esta peculiaridad.”

<...❄️⚫❄️⚫❄️…>

Narrador Omnisciente:

Al cabo de varios días la situación entre ambos individuos variaba entre bromas y uno que otro momento de profundidad. Aquellos momentos en donde podían compartir sus sentimientos y vivencias eran de total agrado para el menor de ellos, ya que al ser un adolescente que poco o nada recuerda de su vida antes de ser un espíritu andante, es algo frustrante. Pero que su querido señor de carbón haya tenido una vida tan extensa y llena de historias le hace admirar todavía más–obvio no admitiría–a ese enigmático sujeto.

Por otra parte, cierto ser que parece la mezcla entre un canguro mutante y un huraño–bien por su carácter–se aparecía un regularidad para intentar convencer al peliblanco de que aceptara la fastidiosa invitación. Jack ya comenzaba a molestarlo en que parecía tener un crush con él debido a las constantes insistencias:

—¿Por qué no me dices por fin para qué debo ir?

—No puedo, hay muchos oídos cerca, sobre todo uno muy cubierto de carbón— Dijo con sus orejas tensas del estrés.

—¡Oye! ¡No seas irrespetuoso!– Fingía enojo y lo repelía con su querida adquisición: su palo golpeador de molestos canguros mutantes.
Aprovechó un poco de desquitarse con sus golpes al aire, porque estaba demasiado cansado en que dicho sujeto apareciera cuando él deseaba compartir un lindo momento con su “amigo”

—¡Esta es la última oportunidad que te doy! ¡O será por la fuerza!

— Canguro que ladra no muerde—Jack lo ignoró para seguir volando en busca de alguien un poco menos gruñón.

—Adolescente odioso– Dice el malhumorado conejo, mientras toma un atajo hacia la guarida de sus compañeros, esperando convencerlos de que enviarlo a él no fue para nada una buena idea.

<...❄️⚫❄️⚫❄️…>

Por otra parte, Jack volaba a paso lento esperando visualizar a la única silueta que podría tener muchos rastros de carbón. aunque la tarea en cuestión se estaba haciendo muy compleja, ya que la única luz que lo acompañaba provenía de la luna. Sentía incómodo de dicho astro, siempre lo ha sentido, pero es un sentimiento que al no comprenderlo, trata de hacer lo posible por evitarlo y no profundizarlo.

Por el momento, se concentraba en que su compañero de pláticas apareciera pronto, y que en caso de hacerlo, éste no huyera a penas se diera cuenta de él.

Fue mucha su alegría cuando por fin lo encontró. Estaba cerca del famoso lago que estaba a unos metros del bosque.
Mientras se le acercaba, pudo ver que estaba experimentando con una de sus criaturas favoritas: los caballos hechos de cenizas y pesadillas, verlos cada vez más fuertes lograba hacerlo sentir muy dichoso y orgulloso de sí mismo. Él susodicho puede ser un poco egocéntrico a veces, particularmente cuando se trata de su espeluznante labor en este mundo.