Capítulo 7- Sabes mejor que el alcohol

59 9 37
                                    

Y así pasó el tiempo, el primer mes desde que no hablaba directamente con Axel llegó, mi vida había vuelto a lo que antes era normal completamente, me había acostumbrado de nuevo a ser "yo" aunque aún así me sentía extraña en esa piel.

Iba a salir con Sabrina en la noche. Era fin de semana y sabía que sería alocado pues era su cumpleaños. Había dejado mis sueños de ser diseñadora de lado, tenía más oportunidad con mi carrera de modelo.

Tomé el batido que la cocinera había preparado, mi madre me impuso una dieta estricta para mantenerme en la línea.

La relación de mentira con Cameron iba cada vez mejor para mí madre y peor para mí, los padres de él estaban encantados conmigo a pesar de que les he puesto en su lugar un par de veces, dicen que es lo que quieren para su hijo. Una mujer "de carácter fuerte".

Mi teléfono sonó en la repisa de la cocina, estiré mi mano rápidamente, era el sonido de las notificaciones de Instagram.

El perfecto mundo que había vuelto a construir se tambaleaba. Una foto. Una pareja. Mi corazón roto.

La rubia de la foto estaba besando alegremente la mejilla del chico de lentes que en algún momento hace un mes me había gustado hasta querer dejar todo lo que conocía. ¿Aún sentía algo por él? Había querido olvidarlo después del cumpleaños de Cameron, no era sano para mí y lo más probable es que para él tampoco, pero, ¿Por qué dolía tanto?

Al leer lo que decía la foto debajo un nudo se formó en la garganta. ¿Qué esperaba? No estaría soltero el resto de su vida, que ilusa.

Subí a cambiarme de ropa, pero me topé con una Clara que estaba sentada en frente de una ventana, tenía en su rostro cansancio dibujado en su rostro, cada día la veía más demacrada y eso me preocupaba, pregunté si estaba bien y asintió con la cabeza. No quise preocuparme en ese momento.

Me vesti, puse mis tacones más altos. Salí de casa en cuanto llego Sabrina, me senté en el asiento de copiloto de su auto y con la sonrisa más hipócrita le dí su regalo, una cartera cara que quería.

El camino estuvo lleno de cuentos y comentarios que ella quería que fueran hirientes, lo sabía, puesto eran del Nerd.

Axel había sido un capítulo corto en mi vida, pero uno que dejó una marca que nadie podría borrar más que el mismo.

Cuando llegamos al bar me bajé casi corriendo par poder alejarme por un momento de Sabrina, no quería seguir escuchando mientras metía el dedo en mi herida. Me acerqué a la barra para pedir.

—Me das... —No terminé la frase, no era posible—. Me das el trago más fuerte que tengan.

Axel me devolvió la mirada pero rápidamente apartó sus ojos de mi.

—No creo que debas...

—Ni se te ocurra terminar esa frase, cuida a tu novia, yo me puedo cuidar sola.

Tomé el trago y le intenté alejar pero me tomo la mano antes de que me fuera a bailar.

—Mi turno termina en diez minutos ¿Me puedes buscar afuera? —susurro.

Tragué saliva ¿Era capaz de ir y no lanzarme a sus brazos?

—No.

Pero ambos sabíamos que solo decía eso sin que fuera real.
Me alejé de la barra y me dispuse a bailar.

Quería disfrutar el momento pero no podía hacerlo, no dejaba pensar de que quería decirme, la expectativa me tenía los nervios de punta, revisaba mi teléfono de vez en cuando para ver la hora.

Cameron llegó al lugar para arruinar el momento, quiso acercarse como si pudiera leer en una bola de cristal que me vería con Axel.

—Tu madre dijo que te vigilará —susurro a mi oído mientras tocaba mi cintura. Su aliento apestaba a alcohol.

¡Ayuda! me obsesione con el nerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora