El fuego eterno (El Nuevo Orden # 4)

Mil años después

          El mismo par de ojos que miraron hacia el cielo en aquella ocasión lo hacían de nuevo, esta vez desde Vikthora, una vez que bajó la vista, Miisha se deleitó con lo que estaba observando, un hermoso planeta lleno de plantas y animales de todos tipos que a su vez convivían con criaturas iguales a ella de todas las edades, debajo de un renacido sol y una renovada luna que la hacían recordar a sus padres... con una enorme sonrisa dibujada en su rostro, observó cómo jugaban los más jóvenes no muy lejos de ahí, al pie de una bella cascada que adornaba el paisaje, aunque dos de ellos se estaban quedando atrás y separándose del resto.

          Miisha: ¡Nirveth! ¡Miljhor! ¿Acaso ya se cansaron?

          Miljhor: No podemos volar tan rápido como los demás.

          Nirveth: Solo es cuestión de seguir practicando, dentro de poco iremos a su ritmo.

          Miisha: Por supuesto que sí, pero ahora acompáñenme un momento y descansen.

          Miisha guio a los dos pequeños a un punto específico del planeta, eran hermanos y uno de ellos era niño y la otra era niña, con grandes ojos grises y una piel muy blanca, la joven tenía el cabello plateado y el de su hermano era de un color negro bastante oscuro, ambos lo tenían tan largo que casi llegaba hasta el suelo y pasaba por encima de sus alas.

          Nirveth: ¿Qué hacemos aquí, mamá?

          Miisha: En esta parte del planeta se respira una tranquilidad especial, mi mamá me la mostró hace mucho tiempo y ahora es mi turno de mostrárselas a ustedes.

          Miljhor: Y hablando de eso ¿Nos vas a terminar de contar esa historia? ¡Por favor di que sí!

          Nirveth: ¡Sí, mamá! Dijiste que si nos portábamos bien nos contarías el final y ya pasaron varios días.

          Miisha: Sean pacientes, hijos... estaba esperando que llegara este día para terminar de contarles, justamente hoy se cumple un milenio de aquel suceso.

          Miljhor: ¡Genial! Podremos conocer el desenlace el día de su aniversario... nos quedamos en la parte en la que Storm se despidió de todos ustedes.

          Fascinada con la curiosidad de sus pequeños, Miisha continuó relatándoles lo que había transcurrido durante los últimos mil años... una vez que Storm se marchó a la dimensión espiritual, los demás regresaron a Vikthora y quedaron maravillados desde el momento en el que llegaron, ya que el planeta estaba comenzando a renacer de sus cenizas, con pequeñas plantas asomándose de la tierra y unas nubes que regalaron su lluvia para ayudar en el proceso de reconstrucción.

          Transmitieron el mensaje al resto del universo, juntos habían conseguido derrotar al Guardián Supremo y ese día sería recordado como el comienzo del nuevo ciclo... planetas enteros comenzaron a renacer también y poco a poco la oscuridad desaparecía, ambas dimensiones recuperaron su equilibrio y gracias a la contribución de Storm y de la llama eterna, las almas en pena encontraron el camino de regreso al eterno descanso, en un espectáculo hermoso e irrepetible en el cual dichas almas se dejaron ver mientras volvían al plano espiritual.

          Cantidades inmensurables de espíritus se mezclaron por última vez con los vivos para darles las gracias y despedirse de ellos, la oportunidad que todos habían anhelado para despedirse de sus seres queridos se hizo realidad... Dakota por fin pudo despedirse de Verónica y Vinicius, mientras que Leonard y Mónica hicieron lo mismo con Claire, Frank, Russell e incluso Ethan, quien finalmente había encontrado la paz.

          Una vez que eso sucedió, lo siguiente que debía hacerse era restaurar aquellos planetas que fueron injustamente destruidos por los krotherianos, quienes a su vez lo habían hecho para combatir a los trascendentales, por lo que ambas razas, habiendo superado sus diferencias del pasado, viajaron juntas a donde se encontraban anteriormente cada uno de esos planetas... combinando sus energías, fueron capaces de reanimar los núcleos de cada uno de estos planetas, es decir, el corazón de estos... llevaría algo de tiempo pero gracias a que los espíritus de dichos planetas jamás abandonaron el plano terrenal y ahora contaban con un restaurado núcleo, eventualmente se darían las condiciones necesarias para que nueva vida surgiera en ellos.