Contra el escritorio

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Eran las 7 am de la mañana y se encontraba en la calle de enfrente al edificio donde Tomas lo estaba esperando, recostado en la puerta con una mirada seductora. Cruzó la calle con una pequeña sonrisa en los labios, el cuerpo de Tomas en aquella musculosa se veía totalmente deseable. Él tomó su mano y al entrar se giró hacia Rodrigo, sin perder el tiempo, lo tomó de la cintura y comenzó a caminar hasta estamparlo en una de las paredes pasando su lengua por su cuello.

_ Hola ¿No?_ Susurró Rodrigo. El subió hasta su oreja, estremeciéndolo.

_Hola_ Susurró, moridéndolo suavemente. Rodrigo suspiró y llevó su mano hasta su remera, levantandola un poco para acariciar su abdomen. Tomas estaba en muy buena forma, tenía músculos que nunca había visto en el cuerpo de Ivan. El rastro de vello de su abdomen bajando hacia su pantalón era realmente exquisito, quería lamerlo todo. Tomas levantó una ceja al ver los círculos que los dedos del ojiverde hacían en el elástico de su pantalón. Rodrigo sonrió maliciosamente mientras metía una mano en su pantalón y con la otra apretaba su nuca para devorar sus labios. Tomas soltó un jadeo al sentir las caricias en su ereccion, lentas pero sucias mientras intentaba sacarla de su pantalón_ Que directo _ Susurró. Rodrigo sonrió pasando su lengua por los labios entreabiertos de Tomas.

_ Más que directo _ Susurró y comenzó a bajar por su pecho y abdomen dejando pequeños besos mojados. El lo miraba fijamente, ansioso por su llegada y por sentir sus labios en su entrepierna. Rodrigo se deleitó con la vista, labios abiertos y esos ojos marrones llenos de lujuria. Se arrodilló en el suelo y tomó la erección entre sus manos mientras jugueteaba con su lengua en la punta, Tomas echó la cabeza hacia atrás suspirando del placer_Mando yo_ Susurró, él sonrió mientras Rodrigo introducía toda la longitud en su boca, moviéndose lentamente mientras él acariciaba su cabello. Levantó la mirada, quería mirar sus expresiones mientras lo devoraba al igual que Tomás quería disfrutar de los labios rojos bien extendidos sobre su erección. Rodrigo gemía sobre la longitud, moviéndose con fuerza como si realmente disfrutara de tener la pija de Tomas tocando su garganta, gimió ante la idea llevando su mano hasta su cabello para jalarlo hacia arriba y tomar sus labios en un beso fuerte y dominante.

_ Ahora mando yo _ Susurró, desabrochandole los pantalones para bajarlos hasta los tobillos. Rodrigo sonrió extasiado al sentir como los dedos de Tomas tanteaban su entrada. Soltó su cabello, llevó ambas manos hacia sus caderas y comenzó a caminar, pero lo mejor llegó después. Al llegar a una de las oficinas lo estampó contra un escritorio de espaldas apoyándose en su trasero generando una fricción adictiva e insoportable, quería sentirlo ya dentro suyo, no quería esperar más.

_Tomi_ Susurró en un gemido. Tomas corrió su cabello y comenzó a besar su nuca, era una sensación cosquillosa que se mezclaba con la dureza con la que apretaba su cuerpo. Rodrigo apoyó ambas manos en el escritorio dejándose caer. Tomas suspiró al verlo así, tendido y listo para él. Acarició su espalda hasta llegar a su trasero introduciendo un dedo dentro de él, haciendo que se exaltara y lanzara un gemido. Tan lindo, pensó, mientras movía su dedo en su interior acariciando su espalda con la otra mano. Era excito sentir a Tomas así, dominandolo y otorgándole un placer que no había sentido antes, ni siquiera con Ivan. Luego de unos segundos, introdujo dos dedos más, causando un poco de dolor que fue apaciguado con unos dulces besos en el cuello. La sensación que tenía el cuerpo de Rodrigo en ese momento comenzó a elevarse, al igual que su respiración_ ¡Más! No pares_ Susurró. Mientras apretaba las piernas al sentir que ya llegaba. Gimió contra el escritorio soltando chorros de semen mientras que Tomas pasaba su lengua por su agujero ya estirado. Luego subió con besos por su espalda hasta llegar a su oído.

_ Necesito hacertelo _ Susurró, mientras sacaba el paquetito y se lo colocaba. Observó el paisaje primero, sus piernas largas y blancas abiertas y su trasero redondo con unas cuantas pecas en él. Observó el vaivén de sus caderas, su cintura, los músculos de su espalda y su cabello ondulado rozando su cuello, dejándolo ver a penas su bello rostro de costado con los brazos apoyados en el escritorio con fuerza. Sus piernas temblaban por el reciente orgasmo y Tomas no podía evitar sentirse el chico mas afortunado del mundo por ver al "Gran carrera" en esa posición para él. Acarició sus caderas y rozó su pene con su entrada, Rodrigo desesperado, arqueó la espalda para darle mejor acceso. No quería perder el tiempo, dio una fuerte estocada generando un dulce gemido de parte del ojiverde que se sentía completamente sobreestimulado. Tomas se movió fuerte y rápido dentro de él, la mezcla del calor que emanaba su cuerpo y la sensación que le causaba aquella posición haciendo que perdiera por completo la razón. Ambos gemían mientras el escritorio crujía debajo de ellos en un sonido sucio y lascivo. 

_¡Mas fuerte!_ Pedía, mientras Tomas enterraba sus dedos en sus caderas probablemente dejando unas grandes y delatoras marcas. Rodrigo temblaba al sentir que estaba cerca otra vez, al igual que Tomás que daba estocadas erráticas y fuertes persiguiendo su orgasmo. Terminaron al mismo tiempo, soltando fuertes suspiros y risitas cansadas. Tomas se desplomó sobre él, dejando besos en su espalda _ Levantate taradito que tenemos que cambiarnos _ Susurró, girando su rostro hacia él. Tomas sonrió sin darle importancia y lo tomó del cuello para introducir su lengua en su boca, perdiéndose un rato en la sensación. Una vez que se separaron Tomas comenzó a buscar su ropa hasta que encontró unos bonitos boxers rojos, Rodrigo los estaba buscando por todos lados dejando ver su lindo trasero respingón por toda la habitación maldiciendo de forma tierna por lo bajo. 

_¿Que buscas lindo?_ Preguntó Tomas, entre risitas.

_ Mi Boxer _ Susurró, perdido entre las cosas sin notar que Tomas lo tenía en su mano_ ¡No te rías!_ Gritó, girándose hacia él.

_ Acá está taradito ¿Sos ciego ahora?_ Dijo, colocándolo en frente de sus ojos. El sonrió y se acercó agarrándolos, pero Tomas no los soltó. Generando que luego de un poco de forcejeo Rodrigo lo mirara frunciendo el ceño_ Te lo doy con una condicion _ Dijo Tomas. El ojiverde revoleó los ojos y con la otra mano hizo un gesto para que prosiguiera _ ¿Me das un beso?_ Preguntó, haciéndole ojitos de cachorro. Sus labios quisieron sonreír pero él lo contuvo y se acercó lentamente dandole un suave y dulce beso, que le causo escalofríos. Al igual que Rodrigo, que miró rápidamente hacia un costado y caminó evadiendo la tensión.

_ Quiero un café, ahora_ Dijo cortante. Tomas negó con la cabeza y tomó su mano hasta llevarlo a la cocina, ignorando la electricidad que le causaba tocarlo. Una vez allí, Rodrigo tomó un saquito de café_ ¿Me lo vas a hacer vos?_ Preguntó levantando una ceja.

_Voy a enseñarte a hacer un buen café, para que dejes de tomar esa poronga _ Dijo, tirando el saquito de café a un costado y sacando la bolsa con granos de café de la alacena. Él se encogió de hombros y se paró a su lado mientras unos pasos se escucharon acercándose a ambos. Ninguno reaccionó ya que no estaban haciendo nada delator.

_Hola Robleis_ Dijo Martín, pasando en frente de ambos sin notar a Rodrigo. El largó una risita que hizo que Martín girara hacia ellos confundido_ ¿Carre? ¿Otra vez vos?_ Dijo. El revoleó los ojos y se puso a calentar el agua_ ¿Se puede saber qué hacen ahora?_ Interrogó.

_¿Siguen hablando de "cosas serias"?_ Dijo Pedro, apareciendo por la puerta. Ambos largaron una risita.

_ Estoy enseñándole a hacer Café ya que, como el pibe es una diva total, nunca había tocado la cocina _ Dijo Tomas. Los dos comenzaron a reírse y Rodrigo lo miró asesinamente.

_¿Por qué no te callas mejor?_ Dijo, mientras buscaba la taza_ Ahora por bocón, lo termina vos y lo servís vos _ Dijo, mientras se acomodaba el cabello y salía de la cocina.

_Te ganó _ Dijo Martín, mientras miraba hipnotizado las piernas de Rodrigo en ese short azul. Si no fuera porque él y Rodrigo no eran nada y porque quería mucho a Martín ya le hubiera partido la cara. Por alguna razón comenzaba a molestarle un poco la idea de que alguien más lo tocara, pero eran idioteces, a él le gustaba Roier y siempre le iba a gustar Roier...


Now or never- RodritomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora