Capítulo 1

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Jungkook abrió sus ojos por un sobresalto, tras sentir un ruido en la sala. Era la maldita puerta siendo golpeada una y otra vez. A las jodidas 4 de la mañana.

La misma mierda de siempre.

Se giró en el colchón, removiéndose y quejándose. Apretó su almohada y se tapó la cabeza con ella por completo, presionándola contra sus costados para tapar sus orejas. El sueño aún pesaba sobre sus ojos y su cuerpo, no deseaba moverse, tampoco sentía como si fuese físicamente posible. Quería que le dejasen en paz, quería que ese hijo de puta se fuera de una jodida vez de su casa.

Pero ahora que el sueño comenzaba a dejar su cuerpo por los disturbios, comenzó a escuchar los gritos y llanto de su madre.

Se puso de pie, tambaleándose un poco. Dio un paso en falso y tropezó con las sábanas enmarañadas. Gracias a que no tenía cama y el colchón estaba situado directamente sobre el suelo, no cayó al piso, pero pateó una botella de alcohol que había dejado allí de la noche anterior, haciéndola estallar en pedazos.

Gruñó por el dolor punzante de algunos vidrios que golpearon y rasparon su pierna, pero tenía prisa por salir de allí y no dio más importancia a los leves rasguños en su pierna y pie derecho. Caminó, pisando parte de la pintura vieja y reseca que había caído del techo. La casa era vieja, y por todas partes había manchas de humedad y pintura gastada deshaciéndose.

Salió de su habitación, cruzó el pasillo, y se encontró con su madre empujando la puerta desde dentro, mientras alguien quería entrar a la fuerza.

- ¡Dile que se vaya! – gritó Jungkook - ¡Es tu puta culpa! ¡Cierra la puta puerta con llave! – todo lo que podía sentir era pura furia.

- Él tiene la llave... - lloró su madre, con el maquillaje de sus ojos corriendo por sus mejillas y su espalda contra la puerta.

Un fuerte golpe fue dado a la madera y la puerta se abrió bruscamente, empujando a su madre hacia al suelo. Ella cayó con las palmas de las manos contra el suelo, y un hombre entró con las llaves en la mano.

- ¿Quieres dejarme fuera? ¡Luego de todo lo que te he dado! ¡A ti y al jodido engendro que tienes como hijo! – el tipo se rió y dejó las bolsas con botellas de alcohol y algo de comida en el suelo. Levantó su mano frente a la cara de Jungkook, sosteniendo un fajo de billetes - ¿Ves esto? No podrías hacer este dinero ni en toda tu jodida vida – soltó con una risa y lanzó los billetes sobre la cara de su madre, quien acababa de ponerse de pie – Par de malditos desagradecidos.

- Vete de nuestra casa – exigió Jungkook. El tipo se le quedó mirando con una sonrisa llena de suficiencia, de brazos cruzados – Si yo robara también conseguiría ese dinero.

- ¿Robar? Son negocios, rata. ¿Quieres que te deje en la calle?

- No puedes hacerlo. Ésta es mi casa.

- ¿Ah, si? Dime ¿Quién paga el alquiler? – Jungkook mantuvo su boca cerrada, apretando los labios y los dientes, mientras la sangre le ardía de furia e impotencia tras la confiada actitud del novio de su madre – Si sigues siendo una puta piedra en el culo, me largaré de aquí y no obtendrán ni un jodido won.

- ¡No! – la madre de Jungkook se acercó a él y le sostuvo de las manos – Por favor, Jungjae. No le hagas caso, sólo está molesto... es sólo un adolescente...

- No soy un adolescente. Tengo diecinueve años... - reprochó. Su madre le miró con ojos bien abiertos, deseando que cerrara la boca.

- Jungkook, corazón, no quieres que se vaya Jungjae... él es parte de esta casa también...

- No es parte de esta casa...

- Mira, pequeña mierda, en esta casa yo soy el hombre, y quien trae comida todos los días para alimentar a un niño vago que ni si quiera es mi hijo. Así que será mejor que cierres esa boca sucia que tienes si no quieres quedar en la calle.

• Falling for you  ~ [KOOKMIN] •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora