Capítulo 8

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Jungkook salió de la tienda colocándose su mochila en la espalda. Cuando las puertas de vidrio se cerraron detrás de él, Jimin estaba en la esquina, esperando al lado de su bicicleta. Entonces decidió caminar hacia él, la sensación pesada en su pecho no le había dejado en paz por toda la última hora.

Se detuvo a un metro de Jimin y éste le miró con la culpabilidad y el miedo aún expresados en los ojos. Sabía que Jimin no era malo. Por Dios, lo conocía desde su pre-adolescencia, y le amaba por una razón. Sabía que lo que fuese que hiciera, lo hacía con buenas intenciones, pero era desesperante que no se tomara en serio lo tanto que Jungkook se preocupaba por él. ¿Qué había de lo que Jungkook sentía? ¿No importaba? Era terrible no sentirse escuchado por la persona que más le importaba.

- Lo siento... - dijo su amigo con voz arrepentida. Sí, sabía que lo sentía, no era que pensara que lo había hecho con la intención de lastimarle.

- No puedes simplemente esperar que al hacer algo como esto no me afecte.

- No esperaba que no lo hiciera. Sólo... no iba a hacer de esto un gran problema.

- ¿Al ocultármelo crees que no se vuelve un gran problema? Si tienes que ocultármelo, entonces es un problema– le parecía absurda esa lógica – Sabes que no es algo bueno, por eso me mentiste. Porque claro que no quiero que hagas esto. En serio, ¿en qué mierda pensabas? – negó con la cabeza - ¿Vender droga? ¿Crees que necesitamos más problemas de los que ya tenemos? Mi madre está perdida por esa mierda y lo sabes.

- Yo no consumo.

- ¿Y si lo haces en algún momento? – preguntó.

- No lo haré.

- No puedes saberlo. Y de todas formas, vendes esa mierda por allí, sabiendo lo mal que le hace a la gente. Esa mierda destruye familias. Destruye todo.

Su amigo tomó una postura cabizbaja, sin poder mirarle a los ojos. Arrepentimiento del más puro era lo que emanaba la imagen ante Jungkook.

- No... pensé en eso y... - se detuvo un segundo. Se encogió de hombros – ... de todas formas, vendo marihuana. Es sólo una tontería, no es serio.

- ¿Y qué hay de los riesgos que puedes correr tratando con gente de mierda? Todos los días hay crímenes relacionados al tráfico de drogas.

- Yo no estoy ahí, Jungkook – negó con la cabeza, ésta vez volviendo a mirarle. Se animó a acercarse, lentamente, y con cuidado dio dos pasos más cerca de Jungkook – Sólo soy el encargado de las entregas. A nadie le importo, los problemas grandes son para los tipos grandes. No estoy bajo su mira.

- ¿Y la policía? – alzó una ceja, desafiante – No eres menor de edad. Pueden meterte diez años tras las rejas por esto.

- No soy tan estúpido como para que me atrapen.

- Honestamente ya no creo que seas tan inteligente.

Había dicho eso porque no podíacontrolar su enojo, pero luego le siguió una punzada de culpabilidad. No quería herir a Jimin sólo por estar enojado, o decir cosas que pudiese creer que eran ciertas. No quería que se odiase a sí mismo por decepcionarlo.

El rostro de su amigo tenía una expresión que jamás había tenido. Suplicando perdón. Suplicando que no le abandonara. Tenía esa mirada de desamparo que le partía el corazón.

Suspiró, intentando liberar toda la tensión de su sistema, o al menos gran parte de ella.

- Estoy muy molesto, pero no es que piense que no eres inteligente - se retractó - Pero, por Dios Jimin, me aterra que te confíes de las cosas. Hemos tenido demasiada mala suerte en la vida, y que seas así me hace sentir inestable. No estamos en posición para apostar a lo grande. La gente como nosotros no tiene suerte.

• Falling for you  ~ [KOOKMIN] •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora