Capítulo 4

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Jungkook escuchó gritos en la sala, apenas pudo comprender qué estaba sucediendo. Su cerebro se sentía sumergido en una solución pegajosa. Las ideas no fluían, los estímulos no eran bien recibidos ni procesados.

Caminó muy lentamente por el pasillo, pasando las puertas de las habitaciones, arrastrándose contra la pared y sujetándose de esta. A pesar de la época fría del año, él vestía sólo un par de boxers. Su piel pálida y falta de brillo dejaban a la fácil apreciación de sus vasos sanguíneos, de algunos moretones y de huesos sobresalientes.

Se quedó parado en el comienzo de la sala, aún manteniendo su peso contra la pared, cuando vio a tres hombres en la sala gritándole a su madre. Uno de ellos había empujado a la mujer para sentarla en el sofá. Ella gritaba que ya les había dado todo el dinero que tenía, pero ellos no parecían creerle. Gritos y más gritos. Todo era como ruido blanco para los oídos adormecidos de Jungkook. Si hubiera estado sobrio hubiera reaccionado e intentado echarles, o hubiera huido de ellos.

Cuando notaron su presencia comenzaron a hablarle a él también. Con un juego de amenazas y risas, uno de ellos se acercó. Su cara se giró por completo cuando recibió una cachetada. No podía sentir dolor, así que tampoco sintió el impacto cuando recibió otra. El tipo parecía divertirse. Aunque él estuviese justo frente a Jungkook, su risa se escuchaba lejana. Se reía, se burlaba.

El resto de los hombres entraron a su habitación y revolvieron todas sus pertenencias –que eran pocas-. Cuando Jungkook vio a los hombres acercarse nuevamente, saliendo de su habitación con la droga que él consumía en su habitación, reaccionó. Aletargadamente se tiró encima de uno de ellos, queriendo quitarle de sus manos las bolsas de droga que llevaban. Pero la fuerza que él tenía era nula contra estos hombres y falló torpemente. Le sujetaron de sus brazos y su cabello, lo empujaron fuera de la casa donde estaba lloviendo. El agua que caía estaba helada y su cuerpo fue cubierto por ella.

Él cayó al suelo, y los hombres se dispusieron a su alrededor.

Él intentó defenderse cuando ellos comenzaron a manipular su cuerpo y a tirar de la única prenda que tenía puesta.

No pudo hacer nada para evitar terminar completamente desnudo sobre el asfalto, mientras los hombres se reían de él, decían algún que otro insulto o broma degradante, y se fueron luego de subirse a una camioneta.

Le habían dejado allí sin droga y no tenía dinero para comprar más, se lo había gastado absolutamente todo.

No podía salir todo tan mal. Era increíble.

Volvió a su casa, pasó de su madre y su llanto, y siguió caminando hacia su habitación.  

Su colchón estaba revuelto, las sábanas esparcidas por todos lados. Los cajones de la mesita de noche y un escritorio abiertos, algunos en el piso. Las puertas de su ropero balanceándose, una de ellas torcida y rechinando. Toda su ropa había sido sacada de allí y arrojada al el suelo. La funda de su guitarra abierta, afortunadamente aún conservando el instrumento dentro.

Intentó encontrar algo de droga, alguna bolsita o frasco que los hurtadores no hubieran descubierto y que siguiera allí. Se decepcionó demasiado cuando no logró encontrar nada. 

Fue hacia el living, su madre estaba hablando por teléfono con vaya a saber quién.

Jungkook le quitó el teléfono y lo lanzó al suelo. Comenzó a gritarle a su madre, a decirle que por su culpa aquellos hombres se habían llevado sus cosas. Que se merecía joderse ella sola con su mierda y no arrastrarlo a él.

Aunque le costaba hablar y expresarse, sus gritos salían al igual que los de ella echándole la culpa de vuelta.

Él se lanzó sobre ella y le rodeó el cuello con las manos. Le apretó tan fuerte que ella comenzó a ahogarse y su cara se puso roja. Sus manos se movieron rápidamente, dándole golpes a él y arañándole el rostro. Finalmente la soltó. Alejándose de ella y caminando hacia afuera de la casa, dejando la puerta abierta e importándole una mierda si su madre estaba bien o no.

• Falling for you  ~ [KOOKMIN] •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora