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—¡Deja a ese hijo de puta! — oíste a través del teléfono — me vale una mierda que sea muy amigo mío, él no es para ti...no te merece
Mordías tus uñas, nerviosamente.
Miraste hacia el reloj de la pared, ya iban a dar las 2 de la mañana y todavía ningún rastro de tu Leon. Estabas tan nerviosa que decidiste llamar a Chris, para ver si estaba con él tomando algunos tragos, como siempre. Pero no.
Todo mundo lo sabía y no era ningún secreto, tu relación con Leon cada vez iba decayendo...y a pesar de las advertencias de tus amigos...tú decidiste seguir y al parecer ahora te pasaban factura.
—Chris...yo...lo amo — murmuraste algo triste
—Lo sé chaparra, pero entiende que Leon jamás dejará de ser así y creo que eso tú también lo sabes
Estabas por responderle cuando oíste las llaves del departamento.
—Ya llegó, te marco mañana, gracias
Y colgaste, dejándolo algo confundido y preocupado. Chris tenía muchas cosas que decirte y una de ellas era que Leon aún seguía viéndose con esa mercenaria...y no precisamente para hablar.
Te paraste del sillón, y caminaste un poco hasta que paraste en seco. Leon ya estaba en el sala.
Él frunció el ceño
—¿Qué haces despierta? — preguntó confuso
Al parecer leon no le agradaba mucho que siempre lo esperaras.
—Mmm bueno...sólo...estaba preocupada por ti — murmuraste mientras movías tus manos algo nerviosa
—Ah...— respondió mientras se quitaba la chaqueta azul
Aspiraste el aroma. Ese perfume...ese maldito perfume de nuevo.
—Leon...ese perfume — pausaste — otra vez
Él bufó mientras se desabrochaba el botón de su camiseta
—Por dios Jess, ¿no puedes dejarme en paz con eso?
—¡Dime dónde estuviste! — alzaste la voz
Viste la mandíbula tensa, hasta que se relajó.
—Jess...creo que no...
—¡Dime! — no podías calmarte
Suspiró
—Estaba con Ada...¿contenta?
Quizás ya lo sabías pero no esperabas escucharlo de su propia boca. ¿Sentías que lo merecías? Pensabas que sí y todo por tonta.
—Jess...habíamos hablado de nuestra situación...nunca significó algo más...te dije cómo era y aún así aceptaste estar conmigo — escuchaste de repente — así que, por favor, vuelve a la cama y hablamos mañana
Sentiste tus ojos llorosos. Lo sabías perfectamente, todo, pero aún así, creías que Leon sería diferente y apenas veías que no sería así.
—¿Sabes que? — murmuraste mientras tratabas de mirar a otra parte, no querías que te viera llorar
Tomaste tu teléfono y caminaste al lado de él
—Vete a la mierda, Kennedy — refutaste sin mirarlo
Abriste la puerta y saliste a la calle. Te daba igual que fuera de noche.
Aún con tus tennis y tu pijama rosa pastel, caminaste por la calle. Oías los gritos de Leon pero no te paraste en ningún momento en mirarlo.
Miraste tu teléfono, rápidamente marcaste a Chris. Él se encontraba en su casa, tomando algunas cervezas, siempre hacía eso cuando no podía dormir y pensaba demasiado. Escuchó y no dudó en responder
—¿Si? — preguntó
Escuchó tu llanto. Ahora sabía que la próxima vez que vería a leon, lo golpearía, y no le importaba perder su amistad de años.
—¿P-puedo ir contigo solamente hoy?
—Claro que sí Jess, eso no se pregunta — se paró rápidamente de su silla — quédate ahí, ya voy para allá
—N-no, llego dentro de poco, me salí del departamento de Leon
—¿Que?
—No quiero verlo
—Te alcanzaré
Y colgó. Tú aún seguías caminando, estabas tan metida en sus pensamientos que sentiste una mano en tu hombro. Te quitaste rápidamente, asustada.
—Jess — lo oíste
Rodaste los ojos, aún con algunas lágrimas en los ojos, estancadas
—Déjame...por favor — murmuraste, rendida
Lo único que querías era dormir y no pensar en que la persona que amabas nunca te había tomado enserio.
—No puedes andar así sola en la calle, no puedo dejarte ir así...— pausó — a pesar de todo...me preocupas y...
Sólo se escuchó el sonido de la cachetada que le habías dado. Sólo viste que su pelo se movió.
—Cállate, cállate, cállate — lo repetiste varias veces — si te hubieras preocupado por mi...no me hubieras hecho todo ésto...sé que yo acepté y tengo que vivir con eso...— algo sentiste en tu garganta — pero...debiste hacerme entender que no debía estar contigo...debiste hacerlo
Tallaste tus ojos
—Es tarde Jess, vamos a casa — trató de tomar tu mano, tú lo apartarte
—No te preocupes por mi, Chris viene en camino...así que no te molestes
—¿Chris?
—Sí...¿acaso no oíste que lo mencioné? — preguntaste algo serena pero enojada
Estabas por decirle otra cosa cuando de lejos viste unas luces, era la camioneta de Chris. Él los vió a ambos, así que solamente se paró a una distancia adecuada y salió. No quería hacer el problema más grande
Miraste a Leon
—Mañana te daré tu llave del departamento...— pausaste — vendré temprano por algunas cosas que tengo ahí y te las dejaré en la mesa
No dijiste otra cosa, sólo empezaste a caminar hasta Chris. Que a pesar de la distancia, no dejaba de mirar a Leon. Era su amigo pero admitía que lo odiaba tanto en ese momento. Tú eras muy importante para él y no le gustaba verte así.
Chris caminó hasta la otra puerta, la abrió para ti, como pudiste le regalaste una sonrisita de agradecimiento y te metiste a la camioneta. Le dió una última mirada a Leon, que él aún también seguía por parado a media calle, procesando todo lo que habia pasado. Sabía que en algún momento pasaría. Y claro, se sentía un mierda pero no podía dejar de ser así. Le encataba estar con esa mercenaria.
Chris dió vuelta a la calle y sólo empezó a manejar, alejándose de aquél lugar.
Rompiste en llanto, en verdad no querías hacerlo pero no pudiste evitarlo. Chris se estacionó en la calle, apagó la camioneta y te abrazó.
